[7/10] Margarethe von Trotta (“Visión: La historia de Hildegard Von Bingen”) continúa prestándonos su mirada femenina e inquisitiva para contemplar realidades del siglo pasado, con retratos de mujeres luchadoras y de gran altura humana e intelectual, y con una perspectiva humanista que atiende a cuestiones morales en las que se radiografía nuestra sociedad. En esta ocasión, se acerca a la filósofa alemana y judía Hannah Arendt, discípula de Heiddeger, para penetrar en su pensamiento acerca del mal, y hacerlo primero desde la teoría política y después desde la propia experiencia sufrida. Exiliada en los Estados Unidos desde 1933, trabaja como escritora para la revista The New Yorker cuando, en 1961, es enviada a Jerusalén para cubrir el juicio contra el nazi Adolf Eichmann, recién capturado en Argentina por los servicios secretos israelíes.
Para ella, asistir al juicio supone un reto intelectual y también personal por su condición de judía, por lo que decide afrontarlo desde posiciones especulativas y no emocionales, tratando de entender lo que ha impulsado a ese hombre mediocre a cometer esas tremendas atrocidades. Al final, se cuestiona la responsabilidad de quienes, obedeciendo de manera autómata a sus superiores, han perdido su capacidad de reflexión y por tanto su identidad como sujeto moral. Desde ese momento, piensa, esos individuos no son susceptibles de condena alguna aunque sus actos hayan sido ciertamente criminales y horrendos. En realidad, han dejado de ser humanos y por eso la aproximación a esa triste realidad debe hacerse considerando la banalidad del mal, su carácter a-personal y meramente burocrático.
Son conclusiones puramente filosóficas con las que no pretende justificar la barbarie nazi, y que encuentran certificación en su propia vida cuando autoridades políticas y académicas la someten a un vacío y desprestigio… que no era sino una nueva forma de “holocausto intelectual” e intolerancia, ahora a cargo de una comunidad judía a la que Arendt había responsabilizado indirectamente de lo sucedido en la guerra por su calculada, tibia e interesada resistencia (próxima a la colaboración) a la política de Hitler. Es la manera intelectual de adentrarse en el subconsciente colectivo del pueblo judío, que se considera víctima y no co-responsable de lo sucedido, de ponerles un espejo frente al que mirarse y donde reflejar en su posterior conflicto con los árabes.
Con lo dicho hasta ahora, se desprende que “Hannah Arendt” es una película densa en su discurso filosófico y político, con todos los matices que exige un pensamiento tan elaborado y profundo. Ciertamente, es una cinta de visionado arduo porque obliga al espectador a permanecer atento a cada palabra y reflexión, a esforzarse por comprender su pensamiento y por liberarse de prejuicios, aparte de conocer la realidad histórica contemplada. Sin embargo, el interés de la cuestión y la espléndida interpretación de Barbara Sukowa hacen que merezca la pena sacar la entrada. La actriz consigue, con su actitud ponderada y su mirada reflexiva, transmitir un pensamiento ajustado y contener unos sentimientos dolorosos, dar vida a una mujer valiente que fue fiel a sí misma y a la intelectualidad.
Posiblemente el guión sea excesivamente discursivo y filosófico, y eso dificulte que la película llegue a un público amplio, pero no todo el cine es de palomitas. Por otro lado, la historia queda fragmentada en dos partes bien diferenciadas que actúan a modo de tesis y antítesis, para llegar a una síntesis sobre el origen del mal… que corre por las venas de la condición humana. En definitiva, estamos ante un biopic de gran interés intelectual e histórico, pero minoritario por su factura y enfoque… porque la banalidad del mal no está al alcance de quien no quiera pensar.
Calificación: 7/10
En las imágenes: Fotogramas de “Hannah Arendt”, película distribuida en España por Surtsey © 2012 Heimatfilm. Todos los derechos reservados.
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Publicado el 20 junio, 2013 | Categoría: 7/10, Alemania, Año 2013, Biopic, Críticas, Drama
Etiquetas: Barbara Sukowa, conciencia, Hannah Arendt, mal, Margarethe Von Trotta, Visión: La historia de Hildegard Von Bingen