¿Hasta cuando?

Jonathan Bottineli está cerca de no jugar más con la camiseta de San Lorenzo. Un escándalo que tiene un condimento bien propio de nuestro fútbol: las barras. Mauro Fulco nació en Buenos Aires, en 1980. Es periodista; comenzó a trabajar en diario Perfil en 2005 y actualmente es redactor de la revista 7 Días. Además, escribe para el diario Crítica, la revista Rumbos y colaboró para la revista Un caño. Ayer en su cuenta de twitter contó con detalles el episodio ocurrido ayer:

La barra de San Lorenzo fue a “conversar” con el plantel pero a pedir la cabeza de Bottinelli, quien habría hablado de más en los medios. Apenas Jonathan asomó la cabeza le pegaron un arrebato. resultado: ojo inflado. Entró a enfermería con ganas de salir a pelear…Algunos jugadores manifestaron sus intenciones de plantarse. Incluso algunos deslizaron ir al gym a porlas mancuernas para revolearlas. Bottinelli puteó a sus compañeros porque no lo defendieron. Ahí Migliore se sacó y le dijo: “Preguntate por que nadie te defiende, gil”. 

Bottineli entró a la enfermería por el ojo. Migliore se metió en el vestuario y empezó a patear todo buscándolo. El que se metía a separar, ligaba. Cuando ubicó al defensor en enfermería, el arquero entró, revoleó 3 camillas y le metió un par de tortazos. Dicen que si lo agarraba lo mataba. Bottineli, muerto de miedo, sabe que tarde o temprano va a cobrar. Amenazó con no volver más al club. Y no es para menos. Migliore enojado es un asesino. Atentos que si Bottinelli va a Agremiados no es por la agresión del barra, es por el miedo de que lo agarre Migliore. y no es para menos.

La cuestión acá no pasa por una mera pelea entre jugadores de un mismo equipo, cosas que son comunes en un grupo, sino que acá se desnuda una situación mucho más grave, de algo que en el ambiente futbolístico es moneda corriente: el apriete de la barra brava.

Es sabido también el mal momento que pasa San Lorenzo en el campeonato. La suma de malas campañas lo han puesto, como alguna vez, de cara a la zona baja e, incluso, de promoción. Hoy es el famoso quinto equipo que está fuera de todo y si bien quedan 19 fechas el antecedente de River el año pasado todavía pesa y mucho en la conciencia de los hinchas.

Sin embargo, lo ocurrido ayer parece ser algo más que la exigencia de victorias. Si no no se explica la reacción de Pablo Migliore. Los medios hablan de una relación muy cercana entre éstos famosos “hinchas” y el ex Boca y el blanqueamiento de éste tema por parte de Botinelli hacia el resto del plantel, habría provocado el desenlace que todos conocemos. Pero, ¿quién dejó pasar a los barras al entrenamiento del equipo de Asad si era a puertas cerrradas? ¿Hasta cuando vamos a seguir con la complicidad? ¿Quienes son los encargados de desbaratar a ésta mafia? 

Los interrogantes son muchos, pero la realidad marca que si tanto jugadores como dirigentes se alían a los “violentos”, ese combo se hace indestructible. Por más que haya algunos honestos, terminan siendo reducidos por la mayoría y todo queda debajo de la alfombra, o “sigue pasando” como afirma el anillo del máximo dirigente de AFA.

¿La consecuencia? El próximo partido de San Lorenzo, frente a All Boys, será a puertas cerradas.