Hasta cuando dormido, la sombra del iluminado

Para empezar indaguemos que la sombra filosóficamente se podría llamar a el aspecto oscuro de la persona, también puede ser el conjunto de sus contenidos reprimidos. Su integración mediante el proceso de cada persona es lento y complicado que además puede durar toda una vida y ni siquiera llegar a ser culminado.

Lo anterior nos lleva aceptar que todo supuesto proceso de auto trascendencia espiritual pasa primero por una larga fase de auto transformación psicológica, y eso es algo que no se suele suceder en las actitudes internas de los llamados despiertos.

El sujeto se debe quitar las justificaciones o excusas para incluir en el mundo interior lo que no es más que cariño por cosas materiales de los que la persona no tiene valor para desprenderse ni fuerza de voluntad suficiente para ejecutar un verdadero camino de desarrollo interior.

Para que la persona pueda alcanzar este desarrollo es necesario que se entren en el bosque oscuro donde las cosas no son buenas ni nadie se muestra agradable, o también haber atravesado un océano agitado por tormentas en un barco viejo y dañado. Más bien todo lo opuesto, pues por algo la sombra es el descenso a los infiernos.

Sin embargo por eso en la actualidad el profeta de cualquier nuevo movimiento con un mínimo de éxito entre las personas no lo sabe.  Porque por algo ha tenido aceptación entre los que hace: porque promete cosas buenas y disfrute en la travesía. De lo contrario, si expusiera la verdad no tendría gente que asistiera a sus conferencias.

Búsqueda del iluminado

En la búsqueda de estos procesos ni siquiera hay una certeza, abundan también de las incertidumbres y dudas, mucho menos de que habrá un final concreto, de ahí la angustia y el vacío de muchas personas.

En la aventura de este recorrido del iluminado, están garantizadas las acciones heroicas y buenas porque se trata de salir de la rutina actual llena de negativismo y pintar la vida con algo más de entretenimiento, desprenderse de lo material y lograr hacer lo que tanto anhelamos.

Por otro lado La identificación del yo con el sí-mismo da lugar a una aparición de los impulsos inconscientes que aparece como endiosamiento.

La persona envuelta en el “yo mismo” no tiene necesidad de realizar el objeto, es decir, a todas las cosas externas, y  que confía a ojos cerrados en su voz interior, que no es más que la voz de lo exterior, de todos los condicionantes sociales.

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