Revista Comunicación
Elciberespacio se ha venido presentando como escenario aterritorial donde elusuario era el rey, o al menos eso se ha vendido desde algunos sectores. Sinembargo, hemos comentado en otras ocasiones como esta libertad es muy relativay que Internet, en tanto en cuanto es un medio de comunicación en manos decorporaciones mediáticas, ha sufrido y sufre censuras selectivas. Los mediosoccidentales gustan de publicar noticias al respecto cuando se trata de China,Corea o del mundo árabe. Sin embargo, cuando la censura se produce enoccidente, la noticia se llena de matices. En España la primera acción políticadestinada a controlar los contenidos de páginas webs vino de la mano de lapolémica ley sinde, inicialmente puesta en pie por Zapatero y rechazada porRajoy en la oposición, y finalmente alabada por el mandatario pp-ista. Unafuerte oposición ciudadana alegó, entre otros motivos, que la aleatoriedad dela norma podría dar opción al gobierno a iniciar una caza de brujas y atacar awebs con contenidos no afines con la ideología gobernante.
Efectivamente,en política es más difícil dar el primer paso que los posteriores, sobre todocuando se trata de iniciar posiciones controvertidas. Por ello tras un primerintento de censura sobre la red, los siguientes que lleguen no causarán unasorpresa, ya que se asentarán sobre un precedente. El ministro del Interior,Jorge Fernández Díaz, ha avanzado hoy en el Congreso de los Diputados que seincluirá como "delito de integración en organización criminal"alterar "gravemente el orden público" y concertar concentracionesviolentas por cualquier medio de comunicación como Internet y las redessociales. Igualmente es delito la resistencia pasiva en la propuesta p-popular.Si miramos atrás y reflexionamos sobrelos hechos acaecidos en los últimos meses, en el punto de mira de esta reformalegislativa está eliminar en su origen los posibles movimientos de protesta aimagen de los que conmovieron los cimientos sociales del mundo árabe acomienzos de 2012, con fuertes réplicas en Europa: movimiento 15-M en España ogeneración a rasca en Portugal.
Dicela sabiduría popular que siempre nos quedará el derecho a la pataleta, peroparece ser que los políticos del siglo XXI, alejados de las corrienteshumanistas y condicionados por intereses mercantilistas, pretenden incluso prohibir esa pequeña vía de escape yatar los cabos para un cambio de rumbo, donde en vez de trabajar con máquinas,trabajemos como máquinas. Todo ello en un día en que el FMI “alerta” del riesgode que la gente viva más de lo esperado...
alfonsovazquez.comciberantropólogo