Revista Psicología

¡hasta los cojones de las romantizaciones!

Por David Salinas @psicopositivo
¡HASTA LOS COJONES DE LAS ROMANTIZACIONES!Nos encontramos a las puertas de San Valentín y, como cada año, toca hacer post relacionado con el temita. Y esta vez he elegido hablaros de las romantizaciones. Y, fijaros, preparando el post, me he encontrado con esta información en la Wikipedia, referida al romanticismo, el  movimiento cultural que se originó en Alemania y en Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción contra la ilustración y el neoclasicismo. Ojo, eh, que no tiene desperdicio:

"El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes".

¡Guau! Alucinante, ¿verdad? Desconocía esta información, pero me he venido como anillo al dedo para hablar de esto de las romantizaciones, que es un término que se relaciona con una visión de la vida, o de diferentes aspectos de la vida, ingenua, naif, idealizada y, por ende, irreal, y que por ello genera falsas expectativas y frustraciones en las personas, ya que promueven pensamientos y actitudes que no nos ayudan a adaptarnos a las condiciones reales de las cosas.

Por supuesto, mucha gente romantiza hoy día el amor, pero no, no es lo único que tendemos a romantizar, como veremos enseguida:

- El trabajo. ¿El trabajo te tiene que dar felicidad? ¡Ja! El trabajo no se inventó para hacernos felices a los trabajadores, ¡sino al patrón! Así que si podemos apañárnosla para trabajar poco (o no demasiado) y autorrealizarnos y satisfacernos mucho fuera del trabajo, ¡eso sí que nos dará felicidad! Y al patrón que le den. Si tienes la suerte de que te encanta tu trabajo y te aporta felicidad, agradece: eres uno de los pocos. Y tanto en un caso como en el otro, es totalmente normal que no te guste madrugar, que odies aguantar al capullo de tu jefe o que estés deseando que lleguen tus vacaciones y que te jinches de llorar a la vuelta, y no, no eres un desgraciado por ello, solo humano.

- El sexo. Frungir es una actividad sensitiva que provoca placer y que se puede hacer con amor y sin amor. Punto. No hace falta sentir mariposas en el estómago ni ver fuegos artificiales ni tener una conexión con la otra persona que te sientas uno con él... Hay polvos malos, regulares, buenos del montón, y excepcionales (los que menos). A veces da pereza, a veces entra sueño o hambre, a veces tenemos la cabeza en otro sitio. Ah, y no, no, no le pidas a tu pareja sexual que sea un/a porn star cuando, seguramente, tú no lo eres (y si lo eres, sabes perfectamente que finges y que el sexo no es tan tan maravilloso como pretendes hacer ver). Particularmente, prefiero comer y reír (la risa es el orgasmo del intelecto).

- La amistad. Amigos para siempre nananainonainoná... Pues no, no existe la amistad para siempre, o rara vez se da, ni los amigos pueden estar siempre ahí para ti (ni deben). Romantizamos la amistad y, claro, luego nos llevamos los chascos que nos llevamos. Lo normal es que una amistad dure un tiempo determinado, los amigos de toda la vida son las excepciones, y cada uno de nosotros está muy ocupado como para estar disponible para ti cada vez que te haga falta. Por otra parte, sí, es verdad que es preferible tener amigos con los que puedas contar tanto para lo bueno como para lo malo, pero créeme, si eres de esos/as que suelen hacer acto de presencia solo cuando se encuentran mal, ¡búscate un psicólogo, los amigos queremos divertirnos!

- La familia. En un mundo ideal, como el de Aladín, todos tendríamos una buena familia, que te protegiera, respetara y cuidara, con la que estar muy unidos por siempre. Pero en el mundo hay mucha gente sin familia o con familia muy escasa o muy distante, por distintos motivos. Hay padres que han sido maltratadores, hay madres que son narcisistas, hay hijos que son auténticos hijos de p... Si te identificas, ¿pensar que eres uno de los pocos desgraciados a los que la vida le ha maldecido con una mala familia hace que te sientas mejor? Lo que se supone que debe ser no suele coincidir con lo que luego es; la realidad es muy diversa y, a veces, muy cabrona. Pero se puede seguir adelante y encontrar momentos de felicidad... si no nos victimizamos ni nos atormentamos.

- El aquí y ahora. Sí, así es. Yo, ¡yo!, que he defendido a capa y espada, en muchos de mis posts y charlas, la atención plena en el momento presente, que he hecho talleres de mindfulness, ahora os digo: ¡hemos romantizado el puto aquí y ahora! Es absolutamente imposible estar plenamente consciente en el aquí y ahora durante un periodo de tiempo estable. La tendencia natural de la mente del ser humano es la de pensar, no la de observar, y al pensar se desconecta del aquí y ahora. Aún así, sigo defendiendo que a muchas personas les puede venir muy bien meditar y cultivar la atención plena, pero bajad las expectativas, máquinas. Por otro lado, se endiosa el momento presente, porque este es lo único que existe, y se demoniza el futuro. Pues amigos, es bueno pensar también en el futuro, y en prevenir cosas malas que puedan pasarnos (por mucho agobio que dé), anticiparnos parar crear condiciones ventajosas, y tomar consciencia de que si no hacemos algo ya nos cargamos el planeta de nuestros hijos (de nada).

- La felicidad. Por supuesto. Cómo no. Hemos romantizado tanto tanto la felicidad que, hoy día, es necesario hacer cosas muy especiales todo el tiempo para ser inmensamente felices, y que no falte colgarlo en RRSS, claro. Si no tienes una vida exitosa y destacada, si te limitas a tener una vida tranquila y sencilla y a disfrutar de placeres muy banales, eres un mierda; si te sientes mal, ve a terapia o tomate una pastilla. En fin, para saber más, ¡cómprate de una vez mi libro, gilipichis! La dictadura de la felicidad.

¡HASTA LOS COJONES DE LAS ROMANTIZACIONES!
- El amor de pareja. Hoy, precisamente, he visto una noticia que me ha dejado atónito: en España hay catorce millones de solteros. ¡Somos una barbaridad! Y cada vez hay más gente que afirma sentirse muy bien con su soltería y no tiene intención de cambiarla. Pues sí, señora, señor (o señorita y señorito), se puede ser muy feliz sin nadie a tu lado que te suelte ronquidos ni te deje pelos en el baño. Y, en el caso de estar ya enganchado (pobre), ten presente que la pareja no es (o no debería ser) tu vida, que hay más cosas, más personas, y un amor muy importante que uno no ha de perder nunca: el amor propio.

Y si Cupido te lanza alguna de sus flechas con la intención de convencerte de lo contrario, cógela por la parte del palo ¡y clávasela en el p*** ojete! 👊

Este año, después de 10 años ininterrumpidos, no hago mi habitual Taller Desarmando a Cupido, eliminación de creencias tóxicas sobre el amor. No me apetecía. Me cansé, supongo. Es hora de hacer cosas nuevas, de renovarse un poco. Pero no abandono mi cruzada contra el amor romántico y, además de este post, puedes también ver un vídeo post relacionado aquí.

Cuestiona lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.

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Si te gusté yo, hago terapia en consulta en Málaga y online para el resto del mundo.

Y, sin romantización, pero con algo de amor, recibe este abrazo. 


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