Revista Música

Hatfield and the North

Publicado el 10 julio 2011 por Bitacorock
Hatfield and the NorthPoco motivante puede parecer el hecho de que una banda de rock haya adoptado su nombre a partir de una señal caminera. Pero eran épocas en que la imaginación abría todas las puertas del rock y por qué no cuatro figuras icónicas del tapete canterburiano habrían de bautizar su nuevo emprendimiento con un título extravagante inspirado en un cartel que apuntaba precisamente en dirección opuesta a Canterbury!

No hay duda de que la ruta A1 británica que vincula Londres con Edimburgo y que sigue parte del trazado de la antigua Great North Road ha sido objeto de adoración rockera. De Mark Knopfler a grupos ingleses y galeses, pasando por Jethro Tull en el tema "Too old to rock’n’roll, too young to die" del álbum homónimo, todos han hecho mención en su lírica a la tradicional vía terrestre. Ocurre que a comienzos de los ’70 se erigía a la vera de la misma en las afueras de Londres un letrero que indicaba la dirección del tránsito hacia la siguiente población y más allá con rumbo noroeste mediante la leyenda "Hatfield and The North".

En esos tiempos, justamente al sudeste del citado letrero y en los alrededores de Canterbury florecía un cúmulo de nuevos spin-offs tras el activo recambio de músicos operado en las dos bandas pilares del género, Soft Machine y Caravan. Un disgustado Robert Wyatt había emigrado de la primera para darle vida a su portentoso Matching Mole, el que supo reclutar en sus filas al tecladista Dave Sinclair (ex-Wilde Flowers, ex-Caravan) y el guitarrista Phil Miller (ex-Delivery).

Hatfield and the North
Con su línea mitad blusera, mitad rockera, Delivery hacía honor a su nombre y entregaba discretas notas de buena música. Había surgido en 1966 a iniciativa de los hermanos Miller, Phil y Steve, y el baterista Pip Pyle. No obstante, después de la edición de un álbum el final llegó en 1971, y tras el desbande Phil afinó su guitarra para el grupo de Wyatt, su hermano Steve tentó suerte en Caravan y Pyle fue tras los pasos de Daevid Allen en Gong. Ninguno duraría gran cosa en sus nuevos escenarios.

A mediados del ’72 se puso en marcha una segunda versión de Delivery, para la que regresó el trío Miller-Miller-Pyle junto al emblemático bajista-cantante de Caravan, Richard Sinclair. Tampoco pasó mucho tiempo para que otro desertor de las huestes de Matching Mole se uniera al proyecto en reemplazo de Steve Miller en teclados: el otro Sinclair, Dave, primo de Richard y también ex-Caravan. Un puñado de shows en vivo entre julio y septiembre de ese año alentó a esta formación de veteranos en el oficio a adoptar un nuevo nombre y fue así como el letrero de la ruta A1 se les cruzó en el camino.

Mas, tironeado por su viejo Caravan, el tecladista Dave Sinclair volvió a la banda de sus amores en enero de 1973 y el resto hubo de buscar un reemplazante. Lo encontró en un tocayo, Dave Stewart, figura emergente del psicodélico trío Egg y que cobraría honroso protagonismo en el sonido canterburiano a lo largo de todos los ’70 al adueñarse del sonido único e inconfundible de su órgano fuzz y piano eléctrico.

Hatfield and the North

Con su lineamiento definitivo integrado por Phil Miller (guitarra), Richard Sinclair (bajo y voz), Pip Pyle (batería) y Dave Stewart (teclados), Hatfield and the North haría historia. Cobijado bajo el ala de Virgin Records -el home-sweet-home de la mayoría de los grupos canterburianos- grabó su primer álbum en los Manor Studios entre octubre del ’73 y enero del ’74. Cada uno de los miembros aportó sus composiciones, aunque Stewart es responsable de la mitad del disco, en el que no podían faltar invitados de lujo como, entre otros, Robert Wyatt y las Northettes, un coro de vocalistas femeninas amigas de Stewart, integrado por su futura esposa Barbara Gaskin, Ann Rosenthal y la futura backing voice de "National Health", Amanda Parsons.

Bajo el título epónimo "Hatfield and the North", el disco debut fue editado en febrero de 1974. Todo un clásico, compuesto por infinidad de bandas cortas cuidadosamente eslabonadas, que no sonaba como Soft Machine o Caravan, era más "suelto" que Matching Mole y en cierta forma anticipaba lo que vendría más adelante con National Health, aunque a diferencia de este, bien provisto de otra marca registrada del rock de Canterbury: la primera voz de Richard Sinclair.

A la escasa acogida popular que acusaban los discos de esta singular vertiente, se les sumó el primer y único simple, "Let’s eat (real soon)" (Sinclair-Pyle) / "Fitter Stoke has a bath" (Pyle) editado en noviembre del ’74 y que a la postre terminaría sumando bonus tracks en la posterior edición en CD del primer álbum.

En el interín, Stewart retornó temporariamente a Egg para grabar un último disco, con el recuerdo del concierto conjunto entre Gilgamesh y Hatfield and the North de diciembre del ’73 aún fresco. Pero aún quedaban buenas ondas en la banda de marras y sus miembros se comprometieron en la grabación del siguiente álbum que tuvo lugar en los Saturn Studios de Worthing, entre enero y febrero de 1975.

Hatfield and the North

Un mes más tarde, "The Rotters’ Club" salía a la calle. Otra obra maestra compuesta por siete temas en el lado 1 y dos en el 2, cubierto principalmente por la magnum opus de 20 minutos "Mumps", de Stewart. Nuevamente las Northettes prestan esporádicamente sus coros, a los que se añade el aporte de los vientistas Jimmy Hastings, Tim Hodgkinson, Mont Campbell (ex-Egg) y Lindsay Cooper (ex-Henry Cow).

Debe estar escrito en alguna parte, sin embargo, que la propia creatividad permamente de estos genios los impulsaba a saltar de banda de banda en busca de nuevos horizontes para seguir creando.

Por cierto el caso de Hatfield and the North no fue la excepción de esta regla misteriosa. Sus miembros se despidieron del nombre en junio del ’75 y ese sería el fin de otro gran capítulo de la historia del rock canterburiano. No quiere decir esto que no volvieran a verse las caras en el corto plazo. Porque en efecto, en 1977 Phil Miller, Dave Stewart y Pip Pyle eran parte de otro magnánimo, National Health, y junto al bajista Neil Murray ya estaban grabando ese primer álbum antológico. Años más tarde, entre 1982 y 1985, Miller, Sinclair y Pyle eran por su parte integrantes de In Cahoots, amén de innumerables colaboraciones mutuas en discos y proyectos solistas que siempre supieron convocar a unos y otros en los años siguientes.

Pero como siempre sucede, Hatfield and the North regresaría por un corto lapso. Tras la salida de un álbum recopilatorio que Virgin editó en 1980 bajo el nombre "Afters", la banda fue convocada 10 años más tarde para un show televisivo. Stewart, sin embargo rechazó el convite y fue reemplazado por la entonces novia de Pyle, la francesa Sophia Domancich. El resultado, "Live 1990", llegó al CD en 1993 y hasta el momento cierra la discografía original del grupo, sin contar las eternas recopilaciones que se han venido sucediendo en estos últimos años.

Hatfield and the North

Transcurrirían otros 15 años para que el escenario se engalanara otra vez con la presencia de la legendaria banda. Fue durante 2005 y 2006 que Miller, Pyle y Sinclair junto al tecladista Alex Maguire encendieron nuevamente la mecha de Hatfield and the North con una serie de conciertos que hasta llegaron a Japón y a los tradicionales festivales BajaProg, celebrado anualmente en Baja California, México y NEARfest, celebrado en el estado de Pennsylvannia, Estados Unidos.

Hatfield and the North
En agosto de 2006 el infortunio golpeó fuerte en el grupo cuando dos días después de un show en Groningen, Holanda, Pip Pyle fue encontrado muerto en su hotel de París; tenía 56 años. Restaban aún dos conciertos en el contrato, los cuales fueron cubiertos con el baterista Mark Fletcher. Uno tuvo lugar en Montreal, Canadá, en septiembre de 2006 y el otro en la propia Canterbury, al mes siguiente. Precisamente en el marco del Canterbury Festival, Hatfield and the North ofreció el que hasta ahora es su último concierto, llevado a cabo en el Marlowe Theatre de Canterbury el 20 de octubre de 2006. Buceando en la web encontramos esta crónica del mismo, escrita por un músico chileno que estuvo presente.

Hatfield and the North
Si figura en los planes del gigante Hatfield volver a descorrer su cortina alguna vez, será arduo reemplazar la enérgica solidez que supo desplegar un auténtico talentoso como Pyle, no sólo frente a los parches sino también de cara al pentagrama. Pero también es cierto que estos grandes grupos tienen la capacidad de reordenarse y resurgir con nuevos ímpetus, lo cual parece ser una constante de la familia canterburiana.

Por ello, no sería extraño ver nuevamente al coloso en acción... aunque posiblemente con otro nombre. No sólo porque ya no sería el mismo, sino tal vez porque el histórico cartel que sirvió de inspiración a comienzos de los ’70 hoy lleva otra inscripción: "The North, Hatfield".


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