Hay determinados conciertos que intuyes en mayor o menor medida como van a resultar, lo que van a tocar o como va a ser la reacción del público. Pero a veces puede acabar defraudando esas espectativas o superarlas. Con Rosana se superaron con creces. Con un escenario tan único como es el Palau de la Música, la cantante canaria presentó su último disco “ Buenos días, mundo” , trabajo que según sus propias palabras, es el resultado de la madurez acumulada en su carrera. Y eso se nota. Toques más rock pero sin dejar de lado el pop, con melodias y letras llenas de optimismo y energia que envolvieron todo el Palau, filtrándose entre el público, contagiando de esa vitalidad a todos los allí presentes. Fue un concierto que duró hasta la madrugada, pero que seguramente nadie quería que terminase. Un ambiente cálido y cercano, un juego de luces que jugaba a la perfección con la arquitectura y la decoración del Palau y la figura enérgica y brillante de la propia Rosana, hicieron de este un concierto inolvidable.
