El último escándalo provocado por el maltrato a las mujeres afectó la última semana a la campaña de la Guardia Civil contra la violencia de género.
Su “community manager” o administrador de internet publicó en la cuenta de Twitter un cartel con dos rostros, uno de un hombre con la leyenda “Cuando maltratas a una mujer dejas de ser un hombre” y otro de una mujer que ponía “Cuando maltratas a un hombre dejas de ser una mujer”.
Ambos concluían: “Tolerancia cero al maltrato en todas su variantes, DENUNCIA, no lleves la procesión dentro”.
La responsable de igualdad del PSOE, Carmen Montón, definió como como intolerable ese tuit “sobre todo tras la sangría de cinco muertes por violencia de género que hemos sufrido estos días, y tras las 51 de 2014”.
La Guardia Civil pidió perdón y retiró el anuncio, pero el eslogan contra la violencia, también la hembrista, tiene su justificación.
En Youtube se localizan numerosos vídeos de mujeres maltratando a hombres acobardados, moral, incluso físicamente, mujeres maltratándose entre ellas o a niños o ancianos, y chicas españolas pegándose con odio, mientras sus compañeras las azuzan: “¡Mátala, mátala!”.
Vayamos al buscador del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) y escribamos “suicidios”.
Aparecen listas de los de uno y otro sexo, que se deben, según los psiquiatras, más a la depresión por problemas personales de pareja que a los laborales o económicos.
En 2013, y es el último dato que facilita el INE, se produjeron en España 3.870 suicidios, tantos, que fueron la primera causa de defunción no natural en España: el doble que los accidentes de tráfico; por cada muerto en carretera hay dos suicidas.
De ellos, 2.911 fueron de hombres, y 959 de mujeres, tres veces más hombres que mujeres: ¿cuántos se mataron huyendo de la violencia hembrista, moral y/o física?
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SALAS