El verano de 2014 según todos los expertos en extinción de incendios forestales va a ser uno de los más duros de los últimos años . La sequía que se ha dado en buena parte de España en los últimos meses (no nos engañemos, esta semana ha llovido sólo un poco) va a hacer que tengamos que extremar la precaución en todo lo relacionado con nuestros montes.
Lo preocupante de todo este asunto es sin duda que se ha empezado a recortar también en medios de extinción en varias partes del territorio nacional , con lo que la suma de estos dos factores puede tener un mal resultado.
Los profesionales del sector nos hemos hartado de repetir, la típica frase decían nuestros abuelos “los incendios se apagan en invierno” y teniendo en cuenta este tipo de recortes creo que se hace crucial.
Los trabajos de prevención, pese a ser totalmente imprescindibles para mitigar el riesgo de incendios, tienen un elevado coste en maquinaria, personal, despliegue de medios… Pero no menos cierto es que todos los restos que antes suponían un coste por su tratamiento o eliminación por quema, ahora pueden significar un ingreso y no un gasto gracias a su aprovechamiento como biomasa
En muchas comarcas, las más rurales, muchas veces azotadas por el desempleo y con densidades de población similares a las de Siberia, se necesitan acciones que impulsen el desarrollo de sus poblaciones. Puede que las Administraciones deban plantearse de nuevo sus políticas ambientales, y si tenemos en cuenta noticias como ésta de provincias como Teruel , quizá tengan que cambiar de una vez su mentalidad de salir en la foto en la campaña de extinción y aparecer en la de prevención, que cada vez será menos costosa gracias al desarrollo de la biomasa forestal residual.
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