Haz un regalo porque sí

Mi madre es una de mis grandes inspiraciones. Fue ella que inventó el reto de las 100 postales, aunque no sea consciente de ello. Cuando la visité la última vez, me recordó otro hábito de generosidad que casi tenía olvidado: regalar porque le apetece hacerlo.

Buscando postales bonitas entramos en librerías y tiendas de decoración. En una tienda, mi madre encontró un felpudo que hizo que se acordara la hija de una amiga. Esta chica acababa de mudarse a su propio piso, seguro que no tendría felpudo todavía. Antes de que anocheciera, el felpudo ya estaba de camino a la amiga para que se lo pudiera entregar a su hija. Solo porque sí.

Los regalos navideños olvidados

Recuerdo otro evento recurrente de mi niñez. En Febrero, Marzo o hasta en Junio mi madre me llamaba a su cuarto para entregarme algún regalo “que se le había olvidado”. Hasta el día de hoy no tengo muy claro si realmente escondía tan bien los regalos que no los encontraba en Noche Buena o si era su forma de justificar los regalos fuera de temporada. Quizás fuera una mezcla de ambos. Yo recuerdo que ella empezaba a acumular los regalos ya desde Enero. No le gusta dejar las cosas para el último momento, y menos con 6 hijos en casa. Además ella cree firmemente que el regalo perfecto lo encuentras cuando estás listo para reconocerlo, no necesariamente en Diciembre.

La felicidad de compartir a lo minimalista

Personalmente no compraría el felpudo para la hija de una amiga, a no ser que la semana pasada la falta de éste hubiera sido reconocido oficialmente por la persona en cuestión. Necesito suficiente conocimiento (de la persona o de la situación) para saber que el regalo será útil o por lo menos no demasiado incómodo para quién lo recibe. Aceptar un regalo inesperado también le cuesta a algunos.

Como minimalista tengo mis trucos para poder compartir regalos (nuevos o encontrados) y atención sin presión. El truco está en la situación: La amiga que me ayuda a revisar mi ropa con vistas a un intercambio de ropa estará encantada a quedarse con una prenda (que en realidad solo la compré para ella). Después de haber pasado el día junto, otra amiga acepta mi invitación “ sorpresa” para probar aquel restaurante nuevo. Y al disfrazar mis ganas de escribir postales como un reto, ahora tengo decenas de direcciones de gente que estará feliz de recibir una en su casa.

Un regalo minimalista tiene que cumplir con uno de los siguientes características:

• Es un objeto que realmente hace falta en la vida de la persona (un cuchillo afilado para el cocinero dedicado)
• El objeto se disfruta, pero no se guarda (una botella de vino, una postal)
• No es un objeto (un picnic en la playa, o en un museo)

¿Regalas fuera de época o prefieres hacerlo en fechas señaladas? ¿Y cómo lo gestionarás estas navidades?