Estados UnidosLejos del tono paródico que Steven Spielberg imprimió a películas como "1941" (1979) o la trilogía de Indiana Jones, y más cercana a los postulados de "El Imperio del Sol" (Empire of the Sun, 1987)."Salvar al soldado Ryan" presenta varios puntos en común con "La lista de Schindler” (Schindler's List, 1993). Aunque una es un homenaje a las víctimas del holocausto nazi contra los judíos y la otra expresa el reconocimiento a los militares norteamericanos que lucharon por salvar Europa del nazismo, en ambas se relata cómo en el seno de la más terrible de las tragedias -un campo de concentración y el frente de guerra, en un lugar y momento en el que la humanidad parece abocada al horror —la Polonia ocupada y las playas de Normandía en el Día D—, surge la posibilidad del gesto solidario y compasivo. Después de todo, el eje temático de ambos filmes es una misión humanitaria en la que confluirán sacrificio y heroísmo. La historia que cuenta "Salvar al soldado Ryan" está basada en el caso real del soldado Fritz Niland, que formaba parte del escuadrón aéreo aliado y que perdió a sus tres hermanos en distintos frentes. Su madre recibió los tres comunicados de la muerte de sus hijos el mismo día,y el Departamento de Defensa estadounidense ordenó encontrar y devolver a casa de inmediato al soldado Niland[1]. Spielberg conoció el caso a través del guionista Robert Rodat. que se interesó por la historia al descubrirla en uno de los muchos libros que se publicaron con ocasión de la celebración del 50 aniversario del Día D. El guión de Rodat fue reescrito por Frank Darabont y Scott Frank, aunque estos no aparecen acreditados en la película. El rodaje tuvo lugar en las ciudades inglesas de Welwyn y Hatfield (donde se reconstruyó todo el pueblo en ruinas del último segmento del filme), en Loom (Francia) y en Wexford (lrlanda), donde tuvo lugar el rodaje de las secuencias más emblemáticas de la película: el desembarco de Normandía, donde se aprecia especialmente los alicatados fotogramas de camarógrafo polaco Janusz Kaminski. Una de las mayores aportaciones del filme al contexto del cine bélico es el realismo y crudeza con que está documentado el combate militar. En particular, la primera media hora de metraje, donde se muestra la carnicería en la que se convirtió la playa de Omaha el 6 de junio de 1944,es ya un hito de la reconstrucción veraz del caos en el campo de batalla. Se utilizaron 2.500 soldados y 2.000 fusiles (1.500de ellos hechos de goma para aligerar su carga) durante el rodaje de este estremecedor prólogo. La última parte del film, una vez encuentran a Frank Ryan, Spielberg rinde un sentido homenaje a un extraordinario film bélico alemán “El puente” (Die Brücke, 1959) de Bernard Wicki, soberbio film antibelicista que recuerda en mucho el sacrificio que los hombres harán por salvaguardar una posición a costa de sus vidas, pero que en el caso del film de Spielberg los objetivos serán distintos, pero el desencanto al final de la cinta será igual. La estrategia utilizada por el director para dotar de autenticidad a las escenas de combate es la de sumergir al espectador en el corazón de la contienda mediante la filmación con cámaras al hombro y velocidad de obturación muy elevada, que capturan perspectivas subjetivas que se asemejan al tipo de imágenes que filmaría un cámara de televisión atrapado entre líneas enemigas. Por eso no es de extrañar que el objetivo de la cámara sea salpicado por gotas de barro, lluvia o sangre. Según Spielberg, su propósito era "eliminar todo posible glamour en el retrato de la batalla". Lo consiguió creando escuela: pocas películas bélicas posteriores han podido librarse de la alargada sombra del arranque de "Salvar al soldado Ryan", con esos colores degradados en un sesenta por ciento y ese sonido hiperrealista. El abultado presupuesto con el que contó la película, unos setenta millones de dólares, quedó ampliamente rentabilizado por su gran éxito comercial, que ingresó por taquilla más de doscientos millones, así como por la buena acogida por parte de la crítica y la Academia de Hollywood, que condecoró la cinta con cinco Oscar —incluido el de mejor director—. Spielberg veía así recompensado su acercamiento más visceral y violento a la Segunda Guerra Mundial, algo así como un Fuller cruzado con un Ford.
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