Revista Música
El mismísimo demonio logró que sus hijos predilectos cambien de nombre cada vez que quieran tocar sin su impedido favorito. De repente por eso el nombre del disco, lo último que grabó el enano más carismático del metal, y que lo muestra en pleno dominio de sus facultades, circunstancia que hace aún más triste su partida de este plano terrenal. De hecho tenía mucho más que dar que el impedido señalado líneas arriba. Sólo nos queda alzar nuestros vasos y nuestras manos y decirte hasta siempre, Maestro.
¿Quien le puso el DIO a Dios?