Revista En Femenino

Hebamme ¿sí o no?

Por Mamaenalemania
Aquí en Alemania tienes derecho a que te visite una Hebamme (comadrona) gratuitamente en tu propia casa después del parto. Normalmente suelen ser unas 10 visitas pero si necesitas más, no hay problema.
La idea en sí es muy buena: Viene una profesional a mirarte los puntos, revisar el cordón del bebé, ayudarte con la lactancia, aconsejarte sobre los cólicos y demás.
Con mi primer hijo no la tuve porque di a luz en Madrid y perdí ese derecho y con el segundo, en vista de las Hebamme que conocí durante mi primer embarazo, preferí ahorrarme el disgusto. Disgusto por qué? Pues porque, en su gran mayoría, las Hebamme se las traen y si además eres española, el schock puede ser brutal.
A mí me parece estupendo que una se decante por la crianza natural, como también me parece estupendo que una se decante por lo contrario o, como ha sido mi caso, combine los dos tipos de crianza según el ritmo de vida, las necesidades externas al bebé (otros hijos, lugar de residencia, vida profesional, posibilidades económicas, estado de ánimo de la madre, enfermedades…etc.) y demás factores que también han de tenerse en cuenta en la maternidad. Porque, lo siento mucho, pero creo que no se puede vivir en una burbuja maternal constante e ignorar el resto del mundo. Afecta aunque intentes negarlo y más vale que asumas que tu maternidad no va a ser como en los libros (con mensajes muchas veces contradictorios) si no quieres volverte loca.
El problema de las Hebamme es que hay que mantenerlas a raya. No puedes dejar que se hagan la reina de tu casa ni la madre de tu hijo, porque es lo que tienden a hacer.
En vez de asumir que hay mujeres que prefieren hacerlo de otra manera (entiéndase dar a luz en un hospital, bañar al niño o, simplemente, vestirle de azul clarito) y que ellas no están ahí para adoctrinar, sino para ayudar a que una mujer recién estrenada como madre lo haga lo mejor que pueda en el marco de sus decisiones (faltaría más, que es la madre), se dedican a poner malas caras y a soltar cada perlita que, si una no está preparada o no se mantiene firme (cosa que suele ser difícil tal y como te encuentras nada más dar a luz y con un bebé chillón 24 horas al día), puede hacer mella y provocar todo lo contrario que se pretendía (por ejemplo: pavor a la lactancia materna y su consiguiente abandono). Yo he oído auténticas historias de terror acerca de Hebamme. Más que de terror, debería decir de terrorismo, porque algunas han conseguido que una madre, recién estrenada, poco informada y dispuesta a aprender, acabe odiando todo lo que a crianza natural se refiere por culpa de estas pequeñas dictadoras.
Además es que es de cajón: Si pretendes ayudar a que una mujer que está desesperada/cansada/agobiada consiga dar el pecho a su hijo, lo que tienes que hacer es tranquilizarla y hacer que se sienta segura y decidida. Lo que seguro que no tienes que hacer es que se sienta culpable por dudar, estar cansada o agobiada. Porque entonces lo más probable es que te mande a ti y a tus consejos (u órdenes) a tomar vientos y salga a comprar biberones, sintiéndose, al fin, liberada.
Sólo he oído una (sólo una) buena experiencia referente a las Hebamme alemanas. Fue por pura casualidad. Por eso recomiendo que, si se quiere una, se dedique un poco de tiempo antes del parto a buscarla, conocerla y poner las cartas sobre la mesa: Qué quieres y qué no quieres. Y sobre lo que no quieres no admites ni una sola ironía, mala cara o regañina, que para eso ya tienes a tu madre.
Si se consigue encontrar a una con la que haya sintonía la ayuda puede ser muy beneficiosa. Yo tengo que admitir que después de mi segundo parto hubo un par de días que sí que me hubiese gustado poder llamar a alguien que supiese del tema para venir a echar un vistazo y tranquilizarme, en vez de tener que correr al hospital por algo que al final no era nada (se me han saltado los puntos? Se ha infectado el cordón?...etc.), porque aunque fuese el segundo y tuviese experiencia, cada niño y cada parto es diferente y no siempre te vale lo que aprendiste del anterior.

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