No es la primera vez que usamos esta caja de madera de unas yemas, muy apreciadas en nuestras ciudad y por uno de nuestros contrarios..., para nuestros reciclajes y trabajos. Al fondo de la imagen veis una de ellas que usamos como servilletero.
Y el mismo fin hemos decidido darle a ésta. Una de nosotras siempre usaba en casa servilletas de tela pero, desde que a raíz del Covid, recomendaran usar mejor las de papel (igual que también hemos sustituido las pastillas de jabón por gel...), éstas han venido, y para quedarse.
No sabemos si hemos comentado antes por aquí que, a nosotras, los muebles nos gustan con patas; sofás, aparadores, mesitas... Y no solo los muebles, también los pequeños objetos decorativos; maceteros, bandejas, cajas... Las patas elevan y estilizan y nos resultan casi indispensables. Así que, nuestra caja de madera ha esperado a que reuniéramos estos cuatro tapones de los dispensadores de fragancias en sticks que usamos en casa, para este fin.
Lo hemos pintado en mint, decoupage con las flores recortadas de una servilleta y, por último...,
..., estarcido con una plantilla de mandala.
Lo hemos lijado todo y protegido muy bien con barniz.
Compramos unos paquetes de servilletas que, por su tamaño, parecen hechas a medida para nuestro nuevo dispensador.
Por eso nos resulta comodísimo de rellenar y de usar. Este nuevo modelo ya lo tenemos en uso y, la verdad, nos alegra la vista y el ánimo con su colorido y también, porque no decirlo, por la satisfacción de haberlo ideado y hecho nosotras.
Y hasta aquí hemos llegado esta semana, amigos. Ahora toca descansar y disfrutar...
¡FELIZ FIN DE SEMANA!