Pues a mi no me hace gracia que se acabe el otoño. Mis amigas están empeñadas en que se acabe el verano, el calorcito y esos días de terraceo para estrenar la ropita de abrigo. Pero a veeerrr insensataaassss que en Bilbao, una vez que arranque el frío y esa lluvia que te cala hasta el alma, no se va a ir hasta junio. Que en junio hace dos semanas bueno, vuelve el otoño en julio, en Aste Nagusia, directamente viene una tormenta, huracán y diluvios varios, así que eso de que se acabe el verano, no mola.
Y qué mejor homenaje a mi estación preferida, que pasear por el Casco viejo, pasar por Labeko y comerte un croissant de chocolate, seguir paseando cerca de la Ría y acabar entre calles, muchas nunca me acuerdo de su nombre, pero nunca me pierdo. Y así, mientras nos reíamos a carcajadas acabamos en la turronería/heladería Adelia Iváñez, tres helados como soles, el mío, de avellana (always avellana!) y turrón a la piedra, con ese toque a canela y limón, ¡delicioso!
Si no los habías probado, corred, sino, esperad un poco más, y corred a por los turrones, sin duda, los mejores de la ciudad.
TURRONERIA HELADERIA ADELIA IVAÑEZwww.adeliaivanez.comC/Correos, 12. Bilbao
Recuerdo cuando mi madre nos llevaba a mi querido mellizo y a mi a comprar turrón en ese primer piso del casco viejo. La entrada, oscura, antigua, daba como miedo, pero simplemente pensar que al llegar veríamos los turrones de guirlache, chocolate, mazapanes, marquesas... Y que siempre que ibamos, nos daban a probar de todo lo que hubiera en ese momento. Nosotros encantados, y mi madre también, así los niños estaban distraidos un rato. Ahora ya me sé el camino (gracias papis), y me paseo sola a por helados, turrones, o lo que haga falta.