Revista Cine
Título original: Hell Ride Género: Acción (road movie, explotation)Duración: 83 minutos País: EE.UU.Dirección: Larry Bishop Guión: Larry BishopIntérpretes: Larry Bishop, Michael Madsen, Vinnie Jones, Eric Balfour, David Carradine, Dennis Hopper, Leonor Varela, Julia JonesMúsica: Daniele Luppi La banda de los Victors, con Pistolero, The Gent y Comanche a la cabeza, se disputan la supremacía motera de la zona contra la banda rival: los 666ers. Además, intentarán saldar por todos los medios una cuenta pendiente del pasado.
En esta vida que nos ha tocado vivir es casi un lujo tener buenas amistades de esas que están a tu lado en todo momento. Y si tienes un amigo con cierta influencia en el mundo del cine que dispone de la pasta suficiente para producirte una película, aunque sea una bazofia, pues no cabe duda de que eres un tipo afortunado. Bien, eso es lo que le ocurrió a Larry Bishop, que escribió, dirigió e incluso protagonizó Hell Ride bajo el amparo de Quentin Tarantino, que le produjo este film incluyendo el goloso cebo de "Quentin Tarantino presenta", señuelo con el que no fuimos pocos los que caimos en la trampa y sufrimos dicha historia.
Película sin pies ni cabeza, con un guión nada elaborado, donde los incoherentes acontecimientos se suceden sin emoción, sin sentido y sin motivo. Adolece de una falta de ritmo alarmante, llegando a aburrir de manera soberana, y según se acerca el final se torna demasiado predecible. Y eso que a priori llama poderosamente la atención al tratarse de una historia de venganza entre bandas de moteros (la sombra de Sons of Anarchy es alargada y cualquier comparación con esta gloriosa e imprescindible serie es especialmente odiosa...), ambientada en el desierto, y con el apadrinamiento de Tarantino. Pero aún así, Hell Ride se estrella nada más levantar el vuelo y no levanta cabeza durante sus escasos 80 minutos de metraje. Larry Bishop juega a ser Tarantino, y tristemente no lo consigue (como era de esperar): diálogos que son un "quiero y no puedo", lenguaje malsonante, mujeres fatales contoneándose en pantalla, sangre, alcohol... Pone en juego todos los ingredientes posibles para emular al gran Quentin, pero está claro que el secreto está en la coctelera y en la mano que la agita, y no en la materia prima.
Y eso que cuenta con interpretaciones estelares y cameos de relumbrón, al contar con un correcto Michael Madsen que cabalga con estilo su chopper y sigue teniendo ecos del Señor Rubio que brillara con luz propia en Reservoir Dogs. A su lado, Larry Bishop desluce mucho como protagonista (y se han pasado con el maquillaje, pareciendose más a Naranjito con perilla que a un líder motero), y Eric Balfour que me sigue pareciendo tan mal actor como de costumbre. Vinnie Jones aparece haciendo el papel de siempre, y David Carradine y Dennis Hopper (descansen en paz...) sí que tienen sus momentos de gloria en sendos cameos que recuerdan a trabajos anteriores suyos como Kill Bill y Easy Rider, respectivamente.
Y poco más que contar. Si hay algo que destaque, es la banda sonora, muy tarantiniana y con canciones de calidad, y también podríamos hacerle un hueco a las motos (¿cuando una chopper o una Harley ha salido mal en pantalla?). Por lo demás, un sinsentido total que pese a su escasa hora y veinte minutos de duración, se me hizo especialmente pesada y aburrida. Para ver a tipos duros con chaleco de cuero quemando rueda y ajustando cuentas de verdad, me quedo con los Hijos de la Anarquía, que no tardarían ni un minuto en acabar con estos tipos de Hell Ride. Tarantino, no hagas más favores de esta índole y a lo tuyo, que es escribir y dirigir.
En esta vida que nos ha tocado vivir es casi un lujo tener buenas amistades de esas que están a tu lado en todo momento. Y si tienes un amigo con cierta influencia en el mundo del cine que dispone de la pasta suficiente para producirte una película, aunque sea una bazofia, pues no cabe duda de que eres un tipo afortunado. Bien, eso es lo que le ocurrió a Larry Bishop, que escribió, dirigió e incluso protagonizó Hell Ride bajo el amparo de Quentin Tarantino, que le produjo este film incluyendo el goloso cebo de "Quentin Tarantino presenta", señuelo con el que no fuimos pocos los que caimos en la trampa y sufrimos dicha historia.
Película sin pies ni cabeza, con un guión nada elaborado, donde los incoherentes acontecimientos se suceden sin emoción, sin sentido y sin motivo. Adolece de una falta de ritmo alarmante, llegando a aburrir de manera soberana, y según se acerca el final se torna demasiado predecible. Y eso que a priori llama poderosamente la atención al tratarse de una historia de venganza entre bandas de moteros (la sombra de Sons of Anarchy es alargada y cualquier comparación con esta gloriosa e imprescindible serie es especialmente odiosa...), ambientada en el desierto, y con el apadrinamiento de Tarantino. Pero aún así, Hell Ride se estrella nada más levantar el vuelo y no levanta cabeza durante sus escasos 80 minutos de metraje. Larry Bishop juega a ser Tarantino, y tristemente no lo consigue (como era de esperar): diálogos que son un "quiero y no puedo", lenguaje malsonante, mujeres fatales contoneándose en pantalla, sangre, alcohol... Pone en juego todos los ingredientes posibles para emular al gran Quentin, pero está claro que el secreto está en la coctelera y en la mano que la agita, y no en la materia prima.
Y eso que cuenta con interpretaciones estelares y cameos de relumbrón, al contar con un correcto Michael Madsen que cabalga con estilo su chopper y sigue teniendo ecos del Señor Rubio que brillara con luz propia en Reservoir Dogs. A su lado, Larry Bishop desluce mucho como protagonista (y se han pasado con el maquillaje, pareciendose más a Naranjito con perilla que a un líder motero), y Eric Balfour que me sigue pareciendo tan mal actor como de costumbre. Vinnie Jones aparece haciendo el papel de siempre, y David Carradine y Dennis Hopper (descansen en paz...) sí que tienen sus momentos de gloria en sendos cameos que recuerdan a trabajos anteriores suyos como Kill Bill y Easy Rider, respectivamente.
Y poco más que contar. Si hay algo que destaque, es la banda sonora, muy tarantiniana y con canciones de calidad, y también podríamos hacerle un hueco a las motos (¿cuando una chopper o una Harley ha salido mal en pantalla?). Por lo demás, un sinsentido total que pese a su escasa hora y veinte minutos de duración, se me hizo especialmente pesada y aburrida. Para ver a tipos duros con chaleco de cuero quemando rueda y ajustando cuentas de verdad, me quedo con los Hijos de la Anarquía, que no tardarían ni un minuto en acabar con estos tipos de Hell Ride. Tarantino, no hagas más favores de esta índole y a lo tuyo, que es escribir y dirigir.