Revista Psicología

Henry kissinger y asociados

Por Gonzalo

Kissinger: Intermediario del poder y hombre fuerte conocido también como el “Milosevic de Manhattan”.

El ex diplomático Henry Kissinger (nacido en 1923 en Fürth, Alemania) ha coleccionado enemigos desde que ayudó a planificar las operaciones encubiertas en Vietnam a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta. El respetado periodista liberal Christopher Hitchens ha estado persiguiendo a Kissinger durante décadas, insistiendo en que debía ser juzgado por crímenes de guerra en varios continentes. Publicaciones respetables, como Vanity Fair y Haper’s, han publicado sus artículos, en los que acusa directamente a Kissinger de ser un criminal de guerra, mientras que Oxford University Press ha publicado The Lost Crusade, de John Prados, que incluye referencias a las actividades de Kissinger en la periferia de la legalidad.

La teoría de la conspiración

La teoría se incia en 1970, cuando Kissinger, entonces secretario de Estado del Presidente Nixon, presidió aparentemente una reunión en la que se abordaron las acciones encubiertas de las fuerzas estadounidenses en Vietnam y sus países vecinos. La pista se vuelve más visible, en 1973, cuando Estados Unidos planeó el derrocamiento del presidente socialista de Chile, Salvador Allendeelegido democrácticamente y que murió durante el golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet. Allende creyó, fatalmente, que Pinochet era su amigo, cuando en realidad era amigo de Kissinger. El general chileno instauró luego una terrible dictadura de derechas que gobernó el país con la ayuda de la Casa Blanca.

La expedición militar estadounidense a Extremo Oriente fue un absoluto desastre, culminando con la ignomisiosa caída de Saigón en 1976. Kissinger, no obstante, consiguió pasar sin mayor esfuerzo a la política privada y la consultoría financiera. Era, y es, amigo de políticos poderosos, y su firma, Kissinger y Asociados, fundada en 1982, ha sido considerada como una agencia secreta para elegir marionetas de  la  extrema derecha estadounidense. Pero para entonces los activistas contra la guerra, el joven Hitchens entre ellos, ya estaban pisándole los talones.

Las pruebas

Un grupo de estudiantes que propuso que Kissinger pudiese ser detenido por cualquier ciudadano común por haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto de Vietnam, descubrió que su correo había sido interceptado, y más tarde sus miembros fueron detenidos y encarcelados por conspirar para “secuestrar” al secretario de Estado.

La complicidad de Estados Unidos en el asesinato de Allende es un hecho incuestionable, como los son también sus numerosos crímenes contra la humanidad perpetrados en Vietnam y los países vecinos durante aquel período apocalíptico que asoló la región. Se afirma que Kissinger dijo en una ocasión: “Es un acto de demencia y humillación nacional que exista una ley que prohíba al presidente ordenar un asesinato“  (citado en The Lost Crusade).

A Kissinger se le cree responsable de haber ordenado el asesinato del general chileno René Schneider, en una maniobra para atemorizar a los políticos centristas y conseguir que se opusieran al nombramiento de Allende.

Unos documentos del Departamento de Estado desclasificados recientemente y correspondientes a 1976 revelan que Kissinger estuvo implicado en la Operación Cóndor, una acción conjunta y coordinada de las dictaduras militares de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia con el objetivo expreso de secuestrar y asesinar a los políticos y militantes disidentes exiliados.

Actualmente, Kissinger está requerido en varios países, incluyento Argentina, España y Francia, para interrogarlo acerca de la Operación Cóndor y la desaparición de numerosos ciudadanos extranjeros en Chile y otros países de América del Sur. Como consecuencia de ello, el ex secretario de Estado norteamericano no puede viajar a estos países impunemente. Kissinger es, además, un estrecho colaborador y aliado de los republicanos y, en particular, de la familia Bush.

En Washington es una figura muy popular y su compañía continúa asesorando a muchos e importantes políticos de la derecha estadounidense. Su presencia es habitual en cenas de sociedad y otros acontecimientos; publica columnas en diversos medios y aparece en varios programas de televisión.

El veredicto

La prueba contra Kissinger y su habilidad para evitar los cargos inculpatorios son más que convincentes. También ha conseguido reunir a un pequeño ejérjcito de opositores en los medios de comunicación simplemente con su aire de serena y autoritaria arrogancia. Como mano derecha de Richard Nixon, Kissinger habría tenido el visto bueno tácito para autorizar las atrocidades que los Estados Unidos cometió en Vietnam y otros países. Los críticos como Christopher Hitchens han reunido una enorme cantidad de información en la que se detalla su casi exclusiva complicidad en acciones políticas secretas, y a menudo horribles, en todo el mundo.

El dato realmente sorprendente es que el llamado “carnicero” de Camboya, que ayudó a Richard Nixon a continuar adelante con la guerra de Vietnam, provocando así la muerte innecesaria de otros treinta y cinco mil jóvenes estadounidenses, nunca fue citado para que explicase sus acciones. La única explicación es que Kissinger consiguió librarse de cualquier condena porque posee información que incrimina a figuras muy poderosas del establishment estadounidense.

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