La cola que normalmente utilizamos en pintura es la cola vinílica, llamada también cola de carpintero. Es una cola blanca, de base acuosa (con ella hacemos la aguacola) y no tóxica. Es el tipo de cola más común; de hecho es la que más utilizan carpinteros y ebanistas. A nivel comercial se puede encontrar en forma de granos y de placas, o en tubos.
Si se compra en granos, se tiene que disolver con agua y ablandar a baño maría hasta que tenga el nivel de viscosidad deseado y se tiene que aplicar en caliente. La que se vende en tubo es una variante sintética disponible en el mercado en varias cantidades. Seca bastante rápido (aproximadamente una hora) y adhiere completamente en 24 horas. Se utiliza para pegar papel, piel, madera y materiales porosos. En My Tale I Teach la usamos, entre otras cosas, para pegar las uniones de los listones de madera cuando fabricamos bastidores o marcos para cuadros. Se tiene que conservar en un recipiente herméticamente cerrado: de lo contrario, la cola vinílica creará una película seca que será inutilizable y nos hará perder parte del material. Antes de aplicarla, tenemos que limpiar bien las superficies para evitar que el polvo o los residuos puedan comprometer la total adherencia de la cola. Es bastante económica y siendo no tóxica es apta para uso infantil.