Son herramientas manuales que sirven para apretar con firmeza dos piezas que van a ser trabajadas o pegadas entre sí. También sirven para sujetar con fuerza una pieza a un banco de trabajo para poder trabajarla con estabilidad. A tal efecto, los sargentos cuentan con dos mandíbulas que hacen fuerza entre ellas por medio de un husillo o tornillo largo que sirve para ajustar la presión ejercida.
Existen muchos tipos de sargentos, algunos de ellos unen las mandíbulas valiéndose de guías de diferentes longitudes que permiten presionar piezas de gran tamaño. Pero a nosotros, en nuestro taller nos sirve el sargento común o sargento clásico. Es el sargento de una sola pieza que usamos para ajustar las planchas de madera mientras se seca la cola cuando montamos nuestros bastidores o nuestros marcos. Es importante colocar una pieza auxiliar de madera entre las mandíbulas y nuestro material para no dejar marcas de presión sobre él. Los sargentos no son de lo más económico así que os aconsejamos que los vayáis comprando a medida que os sean de utilidad.
Un saludo y a trabajar! Chema Senra
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