Reynhard Heydrich
Bajo este críptico título se esconde la frase en alemán Himmlers Hirn heisst Heydrich, “el cerebro de Himmler se llama Heydrich”, por lo que podemos deducir que la novela de Laurent Binet tratará sobre uno de los episodios más atroces de la Segunda Guerra Mundial, cuyo singular protagonista no es otro que Reynhard Heydrich, jefe de la Gestapo e impulsor de la denominada “Solución final”, el plan para exterminar a los judíos durante la II Guerra Mundial.
Pero este tema narrativo no es nuevo. Se ha escrito tanto sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto judío, incluso el propio Binet a lo largo de sus páginas nos va relacionando la retahíla de libros publicados, ya sea ensayo o ficción, sobre este acontecimiento histórico, o las películas que se han rodado sobre estos sanguinarios personajes. Está claro, por lo tanto, que a estas alturas de la historia no hay nada nuevo, entonces, ¿dónde radica la superioridad de este libro para ser galardonado con el premio Gouncourt a la primera novela de un autor?. La respuesta la encontramos en su estilo, en la forma de estructurar y presentarnos los acontecimientos. HHhH no es una novela sobre el atentado que acabó con la vida de Heydrich en la Praga ocupada de 1942, sino en cómo escribir sobre este incidente pero sin hacer literatura. Aunque parezca una paradoja esto último, Binet tiene bien claro el ejemplo de novela a seguir, él mismo nos lo revela entre sus páginas. Para él, un modelo de acierto es Le Mors aux dents de Vlaadimir Pozner, que cuenta la historia del barón Ungern, con quien se mide Corto Maltés. Según nos cuenta, la novela de Pozner se divide en dos partes, una que relata las pesquisas del escritor a la hora de recoger testimonios sobre su personaje, y la segunda en la que nos vuelca en la novela propiamente dicha. Y esa es la misma estructura de HHhH.
La primera parte del libro, la más extensa, es totalmente metaliteraria. Binet nos va detallando cómo surge la idea de la novela, cómo avanza en sus pesquisas e indagaciones, las fuentes que utiliza para documentarse, la elección del estilo, lejos de los autores decimonónicos franceses, a lo que le va sumando los interrogantes que se le van planteado a medida que va avanzando en la composición de la novela. Y de ese modo va reconstruyendo algunos pasajes tanto de la vida de Heydrich, su afición musical, la progresiva ascensión dentro de la burocracia nazi, como la de los miembros de la resistencia inglesa que iban a perpetrar el atentado: el checo Jan Kubiš y el eslovaco Jozef Gabčík, aunque de estos tiene menos datos, hecho que un momento le llega a desazonar. A todo esto, le va sumando las lecturas que va haciendo sobre el atentado y sus interpretaciones de las mismas, de lo que adolecen, de lo que han inventado, o en el caso de otras, de su rigurosísima documentación. Y todo ello porque lo que Binet no pretende es escribir otra típica novela histórica, o mejor dicho, lo que no quiere es convertir su relato en objeto de ficción, postura que comparto, pues para qué inventar nada si todos estos mimbres ya constituyen por sí solos un relato. Y de ese modo llegamos a la segunda parte del libro, sólo las últimas ochenta páginas, que son la novela propiamente dicha que quería escribir, en la que se centra en momento justo del atentado, y en el asedio que sufren posteriormente los artífices del atentado escondidos en una cripta, su captura, y muerte.
Quizás, al final es cierto que HHhH no resulte un texto fácil, o que no termine de engancharnos en las primeras páginas por la profusión de datos y la ausencia de toda explicación innecesaria, pero HHhH, es un libro sorprendente y atractivo, que busca la exactitud y el rigor, y que nos hace reflexionar a todos en torno a la Historia, el proceso creativo, el oficio de escribir, la originalidad y, en última instancia, la propia Literatura.