Revista En Femenino

Hijo, mamá educa en presente, no pensando a futuro.

Por Mamaquesabe @mamaqsabe

El futuro, hijos… el futuro es… se busca que tengas… sirve para… tienes que… ¡a la mierda el futuro! ¡Vamos a ocuparnos del presente que es lo que a vosotros os gusta! ¿Educar a los hijos para el futuro o educar su presente? Si está claro… los niños son nativos del aprendizaje: ¿para qué anticipar el futuro pudiendo educar en presente?

Hacer el aprendizaje atractivo

¿Crees que a tu hijo le interesa el futuro? Al mío con 10 años todavía no. La maternidad es marketing, y tú a tu hijo no le vas a vender durante muchos años que lo que ahora hace con su presente es para el futuro. Eso no lo comprende. ¿Entonces qué hacemos? ¿Esperamos a que llegue el momento de ponernos a ello desaprovechando las oportunidades que comienzan cuando solo tienen meses, o les descubrimos la magia del presente porque sin saberlo ya estarán construyendo su futuro?

Cuando recibo un mail en el que una mamá me pregunta cuándo creo que debería enseñar a su hijo algo, pienso: ¿cómo que cuándo? Lo interesante sería saber para qué quieres que lo aprenda y cómo de atractivo se lo vas a presentar ¿no?. Por ejemplo:

  • Enseñar los colores porque “toca”: menudo tostón… A mí me “toca” planchar y no le encuentro interés ninguno a pesar de los años. Si pudiera pediría que no me “tocara” (se me da mejor elegir lo que me gusta) En la escuela “tocará”, pero en la familia se disfruta el presente.
  • Porque fulanito tiene la misma edad y se los sabe: miccccc, ¡error!, qué más da cuánto antes aprendan los niños algo si al final todos (todos, todos) van a acabar sabiéndolo…
  • ¿Para que disfrute del presente porque la vida es de colores? ¡Acieeeertoooo!

Mini es la niña a la que siento en una acera a esperar que el muñeco se ponga verde porque con 22 meses no sabe que no se puede cruzar porque los coches es la jungla, y porque para no tener una rabieta la entretengo jugando a decir de qué colores son los coches. Enseño para disfrutar en su presente con el lado más divertido de las cosas (y para evitarme yo una rabieta, también). Sé de un padre que enseñaba las marcas de los coches ¡y el peque te las clavaba todas!; como véis, cada uno enseñamos mejor lo que somos capaces de transmitir con pasión.

Los niños eligen lo que quieren saber, no porque toque, no porque se lo digamos nadie, sino porque aprender es un juego (que nunca debería desaparecer de las aulas tampoco) y porque tienen una curiosidad innata. Si satisfaces su curiosidad aprenden, y es entonces cuando lo hacen a su ritmo, en función de su demanda. ¿Qué nos importa a nadie el ritmo al que aprendan? Lo importante es ayudarles a descubrir lo que quieren aprender. ¿Para qué íbamos a querer enseñar a nuestros hijos lo que van a acabar aprendiendo en la escuela? Todos igualitos. Todos sabiendo lo mismo. Y luego en el futuro a ver quién es el listo que les dice: “ahora es que tienes que marcar la diferencia”. Porque que yo sepa en las entrevistas de trabajo no te preguntan: ¿y usted a qué años aprendió los colores?

-¡Coñe!- dirían nuestros hijos. -¿Eso no nos lo podía haber explicado antes alguien? ¿Tantos años estudiando para qué? ¿Ahora nos toca aprender a marcar la diferencia? ¿A hacer propio lo que nos habéis enseñado a todos por igual?

Ocupándonos del presente el futuro no preocupa

Las familias nos preocupamos en exceso porque aprendan lo que dicen que los niños deben aprender en cada etapa pensando en su futuro. Pero esa no es la clave. La clave del futuro es ¿y qué puede hacer tu hijo ahora en su presente con lo que ya va aprendiendo? Es la utilidad, el uso, la práctica, esa que es individual y genuina la que ya está marcando la diferencia. No solo porque están disfrutando del presente que les corresponde, sino porque les estamos educando para el futuro sin agobios ni anticipaciones. Mi filosofía de andar por casa enseña a mis hijos que lo importante no es lo que aprenden, sino lo que pueden hacer ellos con eso que aprenden. No se aprende porque los adultos les digamos que eso es lo que deben de saber, se aprende porque eso les parece curioso, atractivo… el futuro es que lo sabrán antes o después, el presente es que lo aprenden porque les parece divertido. Y así viven ellos sus primeros años aprendiendo, y sobre esa base construyen su futuro basándose en su individualidad. Deja que la escuela haga su trabajo, los padres tenemos mucha vida vivida como para disfrutar el presente enseñando esas otras cosas que la escuela no enseña. Es la magia que hagáis juntos con el presente lo que marcará su futuro. Educa ahora y no te preocupes por el futuro porque viene hecho a medida.

Infancia y futuro

RELOJ DE MADRE dio con la clave en su comentario de la entrada anterior de por qué creo que los padres tendríamos que tener nuestra propia filosofía de andar por casa: porque es la única forma de adaptar el futuro al presente más individual de la familia y sus miembros. Porque la vida es marketing y la maternidad también: vende sensaciones a tus hijos, vende experiencias, y verás que resulta más atractivo para que te lo compren que vender el producto en sí. ¡Sáquémonos partido como padres! Eduquemos en presente disfrutando juntos, porque el futuro ya lo estaremos también construyendo. Aquí ese es nuestro éxito.


Hijo, mamá educa en presente, no pensando a futuro.
Hijo, mamá educa en presente, no pensando a futuro.
Hijo, mamá educa en presente, no pensando a futuro.

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