Edición bilingüe español-inglés con prólogo de Almudena Grandes
«Un viaje fotográfico y espiritual que transcurre por el territorio mítico de las montañas del Himalaya y se detiene con sensibilidad en las personas que lo habitan.»
Cubierta de: ‘Himalaya’
Dicen los maestros orientales que la sabiduría emana del silencio. El camino de la vida es largo y tiene bifurcaciones, así que cada pequeño aspecto influye en nuestras decisiones. Los ojos de quien toma fotografías también deben elegir cada instante, ya que esos momentos trazarán su propia cartografía personal. En el caso de Tania Abitbol, ese mapa tiene un elemento singular: la generosidad. Acercarse a cualquier localización –ya sea desde Katmandú y Nepal, Tibet o Bután– es hacerlo casi tocando la brisa de las montañas con las manos: ritos, paisajes, texturas, rostros y colores que lo impregnan todo configurando un relato mágico allí donde sucede la vida.
Himalaya, el nuevo trabajo editorial de Tania Abitbol, es un viaje espiritual a la memoria de lo que alguna vez hemos sido, la madurez de un trabajo responsable con aquello que muestra, el respeto de las diversas luces, una carta de amor al silencio, ese que nos devuelve la belleza escondida detrás de cada fotografía, el mismo silencio que nos reconcilia con la humanidad para hacernos más sabios.
“Morada de las Nieves”, ese es su nombre en sánscrito;nosotros la conocemos como la cordillera del Himalaya, y ninguna de las imágenes que a lo largo de estos últimos meses busqué en diferentes revistas, guías de viaje y portales de internet me podría haber preparado para lo que sentí al verla con mis propios ojos por primera vez; no hay palabras para describir la grandiosidad y la belleza de estas mágicas montañas.
Escondido en sus faltas y absolutamente condicionado por ellas, trata de sobreponerse a los continuos cambios de nuestro tiempo el universo de tres fascinantes naciones: Nepal, Bután y Tibet… los reinos del Himalaya; cada uno con sus paisajes, sus creencias religiosas y sus bagajes culturales bien diferenciados, pero todos ellos con dos claros rasgos en común: una estrecha y mística relación con su abrupto entorno, y un carácter como en tantos otros rincones de Asia y a pesar de las adversidades, sumamente alegre, respetuoso y acogedor.
El valor de Tania no tiene que ver con la perfección técnica de su trabajo, sino con la sensibilidad de una fotógrafa capaz de transmitir una verdad elaborada a base de sensaciones y sentimientos.
Himalaya
Los majestuosos Dzong vigilando desde el silencio de Bután, los grandes ojos de Buda contemplando con su mirada benévola desde las estupas de Nepal, las ruedas de oración girando incesantemente en la entrada de los templos tibetanos, las banderolas ondeando al viento esperando a que el aire que las acaricia lleve consigo las bendiciones y los buenos deseos escritos en ellas, peregrinos llegados a la ciudad de Lhasa desde tierras lejanas para rezar en el emblemático y mágico monasterio de Jokhang… momentos únicos e inolvidables que, como en tantas otras ocasiones, me reafirman en el porqué de mi fascinación por el continente asiático.
Himalaya
Ha sido este un viaje lleno de emociones, la mayoría de ellas positivas. Pero sabía que uno de los destinos iba a tocar como ningún otro mi fibra sensible; hablo del Tibet: el techo del mundo. Emprendía esta última visita con la esperanza de que, más allá de los horrores que el país lleva soportando desde hace años, a consecuencia de la invasión frenética e injustificada por parte del gobierno chino,, iba a poder encontrar pequeñas muestras de la gentileza, la nobleza y el valor de una nación que trata de mantenerse en pie a pesar de la terrible opresión que sufre por parte del país vecino. Y así ha sido: no es fácil ser testigo de semejante violación de los derechos humanos: más de un millón de tibetanos asesinados, otros tantos apresados y torturados de forma brutal, centenares de monasterios destruidos, miles de kilómetros de majestuosa naturaleza sufriendo las devastadoras consecuencias de una expansión china absolutamente desmesurada, infinidad de especies en peligro de extinción… y lo más grave, una cultura milenaria repleta de maravillas que se apaga en silencio. Pero ahí estaba, firme e indestructible, el corazón de una sociedad que, gracias a su fe en las enseñanza de Buda y a su gran fortaleza de espíritu, sigue latiendo, hasta el día de hoy y para siempre, con valor y con orgullo.
Como en tantas otras ocasiones, mi indignación ante semejantes actos de injusticia queda reflejada únicamente en estas líneas. Con ello no trato, en ningún caso, de evitar mirar de frente la cruda realidad, sino más bien de dejar paso a una continua búsqueda de esa parte hermosa que habita en el alma humana; esta es mi manera de plantarle cara, a través de mis fotografías, a los actos de egoísmo, avaricia y abuso de poder de los que en ocasiones soy testigo. Me parece grandiosa la capacidad que tiene el ser humano de sobreponerse una y otra vez en los momentos más difíciles; los magníficos paisajes llenos de vida así como las innumerables muestras de bondad, alegría y cariño que encuentro a lo largo del camino en lugares tan castigados por las adversidades, me hacen sentir que no todo está perdido, que en este mundo roto siempre habrá espacio para que florezcan la magia y la belleza.
Una vez más, regreso a casa con la grata sensación que deja en mí el privilegio de poder acercarme a otras culturas, de poder compartir unos pocos días con gentes maravillosas, gentes que saben ser felices con muy poco y que con su dulzura, su generosidad y su calidez siempre dejan una huella imborrable en mi corazón. (Tania Abitbol)
Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.
Tania Abitbol
La autora:
Tania Abitbol (Madrid, 1965). Ya desde muy temprana edad, Tania Abitbol sintió una especial fascinación por las artes plásticas, pero es mucho más tarde cuando, por casualidades del destino, descubre su gran pasión: la fotografía de viajes. Durante años fue jugadora de golf profesional, pero tras una grave lesión de espalda se ve obligada abandonar el deporte. Es en este momento cuando, una vez recuperada, opta por seguir conociendo otros mundos, en esta ocasión en compañía de unas cámaras; el flechazo es inmediato y decide dedicarse en cuerpo y alma a esta nueva profesión. Desde entonces no para de viajar y de retratar con enorme respeto y sensibilidad la vida y las costumbres de las diferentes culturas que va conociendo, con un interés especial en el continente asiático.
A raíz de ello publica su primer libro titulado Birmania. En 2014 y 2015 es finalista del prestigioso concurso internacional “Travel Photographer of the Year”. Con este segundo trabajo pretende, como en tantas otras ocasiones y según sus propias palabras, plasmar con imágenes la infinita belleza del alma humana y la cara amable de la vida.
El Libro:
Himalaya ha sido publicado por el Sello Lunwerg en su Colección Varios. Traducción de William Truini. Prólogo: «Una colección de almas», Almudena Grandes. Encuadernado en tapa dura sin sobrecubierta, en formato 34 x 26 cm., tiene 220 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo titulado Himalaya. Por Tania Abitbol.
Para saber más:
http://www.taniaabitbol.com/lang/es