Revista Libros
Presentamos la última contribución de la editorial La Felguera a la recuperación de textos activistas, revolucionarios, oscuros y contraculturales. En esta ocasión, descubrimos la faceta más desconocida de Daniel Defoe, el famoso autor de "Robinson Crusoe". Sabíamos que escribió multitud de novelas y otros textos, pero popularmente es conocido sólo gracias al famoso pirata; y hay más, mucho más.
La edición es impecable, muy cuidada, como siempre por parte de esta editorial. Se trata de un pequeño volumen profusamente ilustrado, con papel de alto gramaje y maquetación impoluta. La cubierta tiene diferentes texturas, y las ilustraciones que encontramos pertenecen a reproducciones de los textos originales de Defoe, o grabados de la época, y son muy detalladas.
Mucho más allá de Robinson Crusoe
Si algo nos permite este “Himno a la picota” es acercarnos lo máximo posible a la escurridiza y sombría figura de Daniel Defoe. No solo está muy lejos en el tiempo, sino que las informaciones relativas a su persona han sido muchas y muy contradictorias, lo que dificulta la tarea de los investigadores.
Uno de los rasgos más importantes que debemos tener presentes, es su contribución a la renovación de los medios de comunicación, gracias a sus originales aportaciones. Por ejemplo, Daniel Defoe fue el precursor delagitprop, es decir, la propaganda de agitación: una estrategia política que defiende una idea o ataca a partidos políticos contrarios mediante la cultura.
También fue pionero de la guerrilla de la comunicación, un sabotaje cultural que se sirve de informaciones falsas cuidadosamente filtradas con el objeto de convertirlas en verdaderas mediante la difusión, o bien para ridiculizar al enemigo.
Los periodistas recuerdan su nombre especialmente por ser el creador de la editorial en la prensa escrita. Daniel Defoe dirigió durante unos años un medio de comunicación, “The Review”, y fue aquí donde aparecieron publicados por primera vez este tipo de textos, que se caracterizan por presentarse sin firma y sirven para reflejar la línea ideológica del medio ante un suceso de gran importancia, o para reconducir la opinión del lector respecto algún asunto, etc.
Cómo hacer de la vida una novela
Otro aspecto acerca de Daniel Defoe que descubrimos en este apetecible ensayo, es que era fanático de la intriga y de las tensiones políticas y religiosas. Siempre inconformista, luchaba por derrocar a sus enemigos expandiendo como la pólvora sus ideas, utilizando para ello el panfleto y la manipulación de los medios de comunicación como herramientas.
Enemigo de una existencia relajada y anodina, se esforzaba por hacer de su vida una larga obra literaria, llegando a ser perfectamente apropiado como personaje de novela. De hecho, escribió Robinson Crusoe bajo la premisa (falsa) de ser una autobiografía, indicando a sus lectores que los acontecimientos que allí se narraban eran ciertos y habían sido redactados de puño y letra por su protagonista.
Nunca dio tregua a sus seguidores, y sus innovaciones en literatura aún son recordadas, y continuadas, a día de hoy. Por ejemplo, su novela “Moll Flanders” narra una historia de tintes protofeministas, es decir, aquí empezamos a encontrar los primeros intentos femeninos por alcanzar no ya la igualdad de derechos con respecto a los hombres, (utópica en aquella sociedad férreamente patriarcal de la Gran Bretaña del s. XVIII), pero sí las primeras pequeñas reivindicaciones, tímidos pasos iniciales para empezar a luchar por una verdadera individualidad femenina, que darán paso a un feminismo más potente y revolucionario en décadas posteriores.
Por otra parte, en la novela de piratas “Las aventuras del Capitán Singleton” incluyó protagonistas homosexuales, algo inaudito en aquel momento. También se atrevió a redactar una “Historia del Diablo”: no hace falta explicar que la persecución, censura y castigo de la Iglesia en su época era implacable.
Una ardua labor de investigación
Este libro es un potente foco de luz sobre Daniel Defoe, perfectamente contextualizado en su entorno y la época en que vivió. También, es un homenaje a un autor inmenso. Gracias a todos los textos explicativos que preceden a las traducciones de los panfletos de Defoe, sabemos que aunque sufrió el castigo de la picota por escribir y distribuir textos críticos revolucionarios, su misma labia y poder de persuasión le salvó de un castigo cruel. En lugar de golpes recibió flores y abrazos durante su condena, pasando de ser un villano a convertirse en un héroe popular.
Posteriormente, estando encarcelado, la reina Ana Estuardo le requirió para ser informador a su servicio, pasando así de estar en el bando opuesto a trabajar para aquellos a los que tanto había criticado.
Los textos originales de Defoe pertenecen a los primeros años del s. XVIII, y entendemos que sean bastante farragosos de traducir por su antigüedad: no obstante, hemos detectado algún error de principiante por parte de uno de los traductores, como traducir “to remove” por “remover”, en lugar de “eliminar” (un falso amigo en castellano) dando lugar a párrafos un tanto extraños. Buscando las fuentes originales en Internet conseguimos captar el significado real.
No podemos olvidar que esta es la primera vez que se traducen estos textos de Defoe al castellano, y también debemos remarcar que la labor editorial es muy buena, puesto que los textos tan bien documentados, irónicos y aclaratorios que anteceden a los originales de Defoe, aportan una nueva dimensión a las fuentes principales, y las complementan y enriquecen.
Por último, es increíble percatarse de que los temas sociales, religiosos y políticos que tanto criticaba Defoe siguen plenamente vigentes hoy día: falsedad, traición, doble moral, injusticia, activismo, revolución, tensión política y religiosa… ¿a quién no le suena? A pesar de haber transcurrido tantos años, nos resulta fácil viajar a su época y acompañar a Defoe en su novelesco periplo vital.