Muchos de los problemas de rendimiento, de atención, de hiperactividad, de comportamiento... se deben simplemente en un PROBLEMA DE MOTIVACIÓN.
¿Cuántos niños hay diagnosticados con TDA-H (Trastorno de Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad) y sin embargo nos sorprende que son capaces de estar haciendo una tarea que a a ellos les gusta, sobre todo jugar con las videoconsolas portátiles?
La época en la que nosotros o nuestros padres estudiamos es muy diferente a la época en la estudian nuestros niños de ahora.
Ellos están rodeados de una tecnología que nosotros no teníamos. La pluma y el tintero, o el boli, el lápiz y el papel han quedado sustituidos por pantallas digitales. La "enciclopedia" es tan antigua como las "pesetas", ellos tienen toda la información a su alcance a toque de botón...
Para nuestros padres, que nosotros fuéramos a la universidad era su principal meta. Su obligación era trabajar para darnos una educación y un plato en la mesa, y la nuestra era la de estudiar para labrarnos un futuro y encontrar un trabajo.
Las matemáticas, el lenguaje y las ciencias eran las asignaturas principales; y el dibujo, la música o la gimnasia, las considerábamos "asignaturas maría".
Todo esto ha cambiado. Los niños viven en una era digital y social a la que nos cuesta adaptarnos. Las matemáticas, el lenguaje y las ciencias son importantes sí, pero para ser bueno en un trabajo nosotros mismos nos estamos dando cuenta de que es necesario no sólo saber lo que hacemos sino cómo lo hacemos, es decir, son necesarias otras habilidades que nadie desarrolló en nuestra infancia (trabajo en equipo, empatía, socialización, inteligencia emocional, creatividad, imaginación, etc.).
El principal motivo de fracaso escolar en los niños de hoy en día es el fracaso de la educación ante su resistencia al cambio.
Si un niño tiene motivación aprende lo que sea.
Si un niño tiene motivación atiende el tiempo que sea necesario.
Si un niño tiene motivación está sentado en una silla quieto haciendo una tarea...
Pero hay que darles los medios y enseñarles conforme a la época en la que viven. Hay que averiguar lo que se les da bien y potenciarlo, sin pretender adaptarles a una educación, una cultura, una sociedad y unas exigencias obsoletas.
Todo esto nos lo enseña Sir Ken Robinson en este breve video de 11 minutos:
Y en esta entrevista con Eduardo Punset.
Este es un fragemtno de la entrevista:
"Eduardo Punset:
Mientras hablabas, pensaba en el patrón que sirvió para establecer que alguien estaba en la parte adecuada del conocimiento: el cociente intelectual. ¿Por qué demonios hemos creído durante tanto tiempo que la medición del CI era importante para la vida económica?
Ken Robinson:
El cociente intelectual fue una de las nociones que surgió del crecimiento de la psicología y la sociología, de los intentos de aplicar las mismas características de las ciencias físicas a las personas. Lo importante es que había dos fuerzas: por un lado, un verdadero espíritu de investigación, para ver si podíamos medir la inteligencia igual que medimos el movimiento de las mareas, pero también coincidió con el crecimiento de la educación pública, que requería una manera eficaz, rápida y objetiva de caracterizar a las personas para poder educarlas.
Se necesitaba saber, en cierto modo, si tenían una inteligencia normal, inferior a la media o extraordinaria. Alfred Binet, cuando creó el primer test de inteligencia en París, estaba interesado en los niños con necesidades educativas especiales. Para descubrir cuáles eran sus necesidades, necesitaba tener una idea de cuál era la capacidad media. Éste era el objetivo inicial. No obstante, los tests de inteligencia se volvieron fundamentales para la categorización de alumnos en las escuelas públicas, pero también para la selección en el ejército. Se han convertido en un mito, me parece: han pasado a formar parte de nuestro léxico cultural como si fueran objetivos. Una de las organizaciones más importantes que hay es Mensa, la organización de personas con cocientes intelectuales altos. Y me parece estupendo, no voy a criticar a Mensa, pero me planteo si esto es así realmente. En realidad, el test de inteligencia solamente mide la capacidad de hacer tests de inteligencia. ¡Hay personas a las que estos tests se les dan muy bien! Si queremos saber lo inteligente que es alguien, ¡por lo menos deberíamos aceptar que la inteligencia entraña mucho más de lo que se puede medir en un test del CI, ¿no deberíamos incluir también otras preguntas? Como, por ejemplo: ¿sabes componer una sinfonía? ¿Sabes interpretarla? ¿Sabes gestionar un negocio de éxito? ¿Sabes bailar? ¿Sabes escribir una poesía que conmueva a los lectores y les haga llorar?
Eduardo Punset:
O la empatía…
Ken Robinson:
¡La empatía! Si el ser humano solamente tuviera las habilidades que se miden en los tests de inteligencia, la mayor parte de la cultura humana jamás habría existido. Yo no querría vivir en un mundo así. ¿Tú sí?
Eduardo Punset:
No.
Ken Robinson:
Tenemos una visión de la inteligencia muy reduccionista."
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Y me quedo con estos dos comentarios del video:
"En cierto modo, hemos olvidado que lo bueno de la educación está en realidad, en la experiencia, en el momento, en la alegría de descubrir algo. En la satisfacción de tener una pregunta y poder buscar una respuesta, y no necesariamente en la propia respuesta."
Cualquier niño (min 22.26)
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