[7/10] En “Hipócrates”, Thomas Lilti entra en un hospital de París acompañando a Benjamin como residente. Este joven idealista pasará allí seis meses con el equipo de medicina interna, y ese periodo estará marcado por ser el hijo del director del servicio y por su falta de experiencia. Al lado de Abdel, un argelino que trata de homologar su título, y de un grupo de colegas que se han acostumbrado a trabajar con pocos recursos y que a veces han dejado de lado la ética, verá de cerca la muerte, el engaño y la injusticia. Su aprendizaje será más personal que médico, y su sentido de la medicina saldrá reforzado de manera tan práctica como comprometida.
No hay posicionamiento ideológico ni falsedad en la propuesta de Lilti, que apuesta por una dramatización de tono realista para dar cuerpo a una defensa de la medicina sensata, alejada tanto del ensañamiento terapéutico como de la eutanasia disfrazada. En ella se sirve del humanismo de un argelino para rescatar a la vieja guardia occidental abandonada a una medicina burocrática, para criticar con mordacidad una gestión hospitalaria hipócrita que se escuda en los recortes para justificar la práctica negligente. Lilti consigue que el espectador sienta pánico si una vez tuviese que ingresar en ese hospital y ponerse en manos de esos profesionales. Los momentos de diversión del equipo médico y enfermeras resulta bochornoso, mientras que las razones para seguir unas pautas u otras produce escalofríos. Menos mal que siempre hay un Abdel para despertar al burgués de turno de su letargo moral.
Por otra parte, el ritmo ágil y dinámico del montaje, el naturalismo contenido de la puesta en escena y la magnífica interpretación de Vincent Lacoste y Reda Kateb hacen que la película sea amena -funciona bien el tándem novato/veterano-, que el espectador se plantee temas cruciales y vitales, y que el cine sirva para algo más que entretener. Y eso que la hora y media larga que dura la cinta nunca se hace indigesta, larga ni respira moralina barata. Al margen de algún exceso en la historia y de un padre un poco desdibujado, todo en ella habla de la defensa del enfermo, de la vida y del buen cine, y también de la inquietud por los derroteros de una medicina convertida en negocio que mira la rentabilidad y que se ha olvidado de la ética. Una historia política -no gustará a médicos ni a gestores de hospitales- pero también humana y valiente, que pone la vida por delante de los presupuestos y de las soluciones fáciles.
Calificación: 7/10
311En las imágenes: Fotogramas de “Hipócrates”, Caramel Films © 2014. Todos los derechos reservados.
Publicado el 20 mayo, 2015 | Categoría: 7/10, Año 2015, Comedia, Críticas, Drama, Francia
Etiquetas: ética, Hipócrates, medicina, muerte, Reda Kateb, Thomas Lilti, vida, Vincent Lacoste