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Historia de la biblioteca Stigmata

Publicado el 07 julio 2023 por Hugonote @Casagrande_Jose

El blog Acervo de Letras, nos propone en su sección del VadeReto para el mes de Julio 2023, las siguientes ideas:

Tenéis que buscar una imagen de un tatuaje que os guste, os llame la atención o, simplemente, despierte vuestra imaginación; y contadnos su historia.

¿Podéis fantasear con vuestro propio tatuaje? Por supuesto.

¿Podéis usar las IA para crear uno específico para vuestra historia? Pues claro, está de moda.

¿Podéis obviar la imagen y dejar que seamos vuestros lectores los que imaginemos de qué trata el tatuaje? Por supuestísimo.

Como siempre, el límite solo lo pondrá vuestra creatividad, imaginación y fantasía.

Historia de la biblioteca Stigmata

Existen muchas costumbres de los habitantes de Aragca que resultan extrañas, absurdas o a veces chocantes para aquellos que son forasteros, ej: (1) por regla general el calzado que más utilizan las mujeres son las zapatillas de ballet y los hombres botas de cuero con punteras y tacones de acero reforzado, muy similares a las usadas por los miembros de la Gestapo y la SS. (2) La gente de Aragca quizás por un sentido práctico procura escribir sin tildes, costumbre que se generó debido a múltiples motivos entre ellos que Aragca es una sociedad conformada por gente de diversas culturas venidas de todos los rincones del planeta. En un principio, los habitantes de aquel país, podían escribir sus palabras usando indistintamente las letras de los alfabetos que más les gustaran; mezclas del latino, el hebreo, coreano, árabe o el cirílico ruso, eran frecuentes y normales, como bien se puede apreciar aquí:

Hשل안لمשד고ن

(Hola)

Cтحبامסا련헬לש

(Cómo estás)

Аטמורשةا문גיניז

(Amor)

Gפר강דםעתשасбуو

(Gracias)

Bחדוنעטהذابж

(Biblioteca)

Pues salían tan bellas las palabras que su majestad el Conde Atramento Stigmata, luego de derrotar a los portugueses del Brasil en la Gran Guerra de 1666, decidió conmemorar dicha hazaña, haciendo escribir toda la Historia de las batallas que le dieron la victoria en el cuerpo de 4 de sus esclavas que habían sido capturadas a los enemigos y cuyos maridos fueron crucificados o sumergidos de cuerpo entero en aceite hirviendo.

Cuando el Conde Stigmata tenía visitantes, solía invitarlos a lo que él llamaba su "Biblioteca" que no era otra cosa que hacer desfilar a sus esclavas llenas de tatuajes, de la cabeza a los pies, convertidas en libros vivientes. En estos lances era de esperar que algún lector entusiasta pasara horas enteras viendo los pechos de alguna esclava donde de seguro estaría escrito algún pasaje interesante describiendo el fragor y rigor de las gestas de grandes héroes y guerreros de renombre.

El Conde solía remarcar que sus libros no solo eran para ver y leer, sino que podían deleitar otros sentidos, en especial el del tacto, el gusto y el olfato.

Eran tan notables estos libros que sus hijos y demás descendientes continuaron la tradición de ir escribiendo año por año todos los eventos y sucesos que ocurrían dentro de los castillos de la familia Stigmata a fin de que ningún detalle importante se perdiera, en especial las transacciones comerciales y legales, como pagares, notas de deudas, inventarios de ganado y el detalle a la minucia de los linderos de sus propiedades.

Más o menos hacia principios del siglo XIX una de estas mujeres-libro conocida como Madame Inklot comenzó a memorizar las palabras que tenía tatuadas en su cuerpo, en donde estaba plasmada toda la vida del Conde Atramento y de 5 de sus descendientes en línea directa. Se decía que la Madame también había memorizado lo que otras mujeres como ella llevaban en sus respectivos cuerpos. Cuando por algún motivo alguien no podía leer las letras debido a que no conocía los alfabetos o porque el tatuador no fue suficientemente hábil y había dejado algo ilegible (o debido a que tocó hacer tachón y corrección), Madame Inklot intervenía facilitando a sus lectores claras explicaciones de lo que estaba allí escrito.

Logró tanta fama como dama de alta sabiduría que en algún momento comenzó a tener imitadoras en otras cortes, y con el paso del tiempo se convirtió en un oficio respetable el ser mujer-tatuaje parlante. Se dice que en aquellos días los Nobles de Aragca eran capaces de pagar siete bolsas de oro a cambio de la piel completa de una de estas damas si los tatuajes contenian pasajes ya no solo de historia, sino de religión y filosofía o incluso literatura. (Por pedazos de la piel de Madame Inklot, hay registro que el Visconde Don Arnulfo Valier pago por las manos el costo de siete bultos de sal, 4 caballos y dos esclavos sarracenos. En el diario Juridico de marzo de 1914 se puede constatar que el museo de Londres adquirió parte del antebrazo izquierdo y un trozo de mejilla de la Inklot por 14.000 florines reales). Esta prosperidad y bonanza también atrajo la atención de los falsificadores y copias de mala calidad en fragmentos de piel de origen desconocido comenzaron a ser cosa bastante frecuente, las plazas se convirtieron en lugares de trueque y los cafés en puntos de encuentro para ofrecer a algún turista despistado las orejas secas de un cerdo con las últimas novedades literarias.

Fue en ese entonces cuando comenzaron a hacerse llamar las Hechiceras Stigmatas o simplemente Stigmatas y dejaron de ser un oficio o curiosidad para ser una profesión honorable y rentable.

(Nota: Estrictamente, una Hechicera Stigmata es aquella que ha llenado su cuerpo con fragmentos de Grimorios, en especial el Albanum Maleficarum. Y aquellas Stigmatas dedicadas a asesinar personas por encargo tenían tatuados los primeros dos capítulos del Manuscrito de Daubmannus. Bastaba con enviar una de estas damas y que la víctima leyera 4 frases para que quedara fulminado. Si por casualidad el desdichado no sabía o no podía leer, la Stigmata le daba a beber una poción y durante horas le cantaba diferentes versos de los estampados en las plantas de los pies, en donde ellas ocultaban antiguas fórmulas malignas muy poderosas)

Para aquel entonces de inicios del siglo XIX/finales del XVIII, el Rey Don Cirilo IV, había unificado el alfabeto únicamente en el latino y cayeron en desuso y olvido (e incluso prohibidos) cualquier otro alfabeto. Pero las Stigmatas vieron en ello valor, porque en sus cuerpos ahora estaban escritos con enigmas y secretos que sólo ellas conocían y cobraban cantidades enormes para revelar el significado de aquello que ellas portaban con tanto celo. (Y es posible que ni ellas ni el tatuador conocieran exactamente lo que estaba escrito: una de estas imitadoras de la Inklot acerca del mismo tatuaje a un noble, le decía que allí estaba escrita la sabiduría de Platon y al otro día a un paisano cualquiera le decía que lo escrito era una nota de que un tal Jose López que debía al Conde 32 piezas de plata por deuda de juego. Hoy en día aún persiste esa confusión y los expertos y académicos con bastante frecuencia para una piel de espalda completa, unos dicen que se trata de poemas de amor y otros manifiestan que lo escrito son los nombres de los invitados a la boda de la hija de un Barón )

Con el paso del tiempo, la profesión dejó de ser rentable, aunque todavía se encuentran bastantes damas con novelas de ciencia ficción decorando sus cuerpos. Y si hay alguna de rostro hermoso, prefieren complementarlo, dejándose plasmar un bello verso de algún poeta romántico en la mejilla o en la frente. Lo cual las hace ver más exuberantes y esplendorosas. De todos modos, la costumbre de los lectores de pasar varias horas contemplando el pecho de las Stigmatas nunca ha pasado de moda. A lo que le suman al momento, beber una copa de vino rojo mientras disfrutan de los exquisitos aromas del texto escrito en una axila debidamente afeitada.

Historia de la biblioteca Stigmata

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