Revista Religión

Historia de la presencia de maría en la evangelización de américa

Por Joseantoniobenito
Motivación inicial:

Llegamos por fin al Congreso tras tanto tiempo de preparativos. El ruido de la calle no debe ser obstáculo para nuestro silencio interior. Un congreso es "congregar, reunir, para dar pasos en común". Vamos a hacerlo cruzando el umbral de la esperanza, de la fe, del amor, con María.

El título del congreso debemos vivenciarlo, debemos cruzar la puerta de la fe, con la que es porta fidei, lumen fidei (precioso título de la última encíclica) El P. Kolbe solía repetir: ¡Todo por la Inmaculada! Sí, todo por Ella. Porque Ella nos dirá: "Hagan lo que Él les diga". Y Jesús nos dice: "Id por todo el mundo". Son alrededor seis mil millones los que todavía no conocen a Cristo. Con María, lo conseguiremos. Es cuestión de poner el agua (nuestro tiempo, nuestras ganas) y Él lo convertirá en vino (felicidad, amor). ¡Vamos, en marcha con los jóvenes!

En un mundo de violencia y de inmundicia, la Inmaculada es Paz y Limpieza; en un mundo "maculado" (manchado), Ella es la "In-maculada" la "No-manchada", o si lo ponemos en positivo la TODA LIMPIA, la Llena de Gracia. En labios de Georges Bernanos: " Ella es más joven que el pecado, más joven que la raza de la que ella es originaria y, aunque Madre por la gracia, Madre de las gracias, es la más joven del género humano, por ello siempre joven, siempre virgen, siempre madre".

Y todos nosotros debemos convertirnos en las manos de María para ser portadores de su gracia y llevarla a nuestro mundo. Gracias a María nos vino Jesús y gracias a María llegaremos a Jesús, Ella es como la gran autopista que facilita el camino para llegar al que es Camino, Verdad y Vida. El congreso busca CRUZAR LA PUERTA DE LA FE CON MARÍA para poner en marcha el deseo del Papa Benedicto XVI con su llamamiento de fe -"porta fide" (puerta de la fe) para conmemorar los 50 años del inicio del Concilio Vaticano II. La devoción a María es como el viento que aviva las brasas apagadas por la ceniza. ¡Bienaventurada, Tú, María, porque has creído! Tú eres la PUERTA DE LA FE y la Estrella de nuestra Misión como quiere Aparecida.

Gracias, a todos por favorecer este encuentro con Cristo a través de María. Comencemos con un texto de la bula convocatoria para este año singular que conmemora los 50 años del inicio del Concilio Vaticano II:

Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cf. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cf. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cf. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14; 2, 1- 4).

Ésta es la Escuela de María, una escuela para la vida, para el día a día. Hagamos de nuestra vida un magníficat cotidiano. Que así sea.

Conironía y agudeza a un tiempo, el más célebre de los literatos mexicanos ac­tuales, Octavio Paz, escribía: "El pueblo mexicano, después de dos siglos de expe­riencias y fracasos, no tiene más fe que en la Virgen de Guadalupe y en la Lotería Nacio­nal". Quedémonos con lo primero. Hoy no tenemos otro factor más importante para buscar la identidad mexicana que la Mo­renita. Ella ha sido el corazón maternal que ha acogido a todos sin excepción, desde el humilde indiecito Juan Diego hasta Emiliano Zapata.

Lo sucedido en esta nación ha tenido lugar en la veintena de naciones engendradas a la fe por España y Portugal. Recordemos recientemente el Brasil, con su santuario Aparecida a la cabeza, y la tierna devoción mariana manifestada por el Papa Francisco y los millones de jóvenes en la JMJ.

Con razón pudo decir Juan Pablo 11 en Zaragoza el 10-­X-84: "Decir España es decir María... Y decir Iberoamericana, es decir también María, gracias a los misioneros españoles y portugueses".

Dos siglos después del Descubrimiento, la genial poetisa Juana Inés de la Cruz, cumbre del barroco mexicano y contemporánea de nuestra célebre Amarilis, dirá por toda Hispanoamérica "¡que no sé que se tiene el que en tratando de María Santísima se en­ciende el corazón más helado!".

Bastaría para comprobarlo el recorrer la "geografía mariana" o el mapa americano, compuesto a base de advocaciones y santua­rios que como hitos de luz alum­bran su tierra. La capital argenti­na, Buenos Aires, debe su nom­bre a su descubridor Pedro de Mendoza el día de la Purificación de María (2-11-1535) imponiéndo­le el de Santa María de los Buenos Aires en recuerdo de Nuestra Señora de Buenos Aires, cofradía de navegantes en Triana (Sevi­lla); Zacatecas, fue en un primer momento Nuestra Señora de Za­catecas; Valparaíso en Chile fue Nuestra Señora de Puerto Claro; la capital de Bolivia fue Nuestra Señora de la Paz por fundarla Alonso de Mendoza en 1543 tras la pacificación del Perú por La Gasca. Si ojeamos un mapa de Sudamérica nos encontraremos con nombres tan familiares como Rosario (Argentina), Santa María de la Antigua en Guatemala, Asunción (capital de Paraguay).

"Pero más aún que Providencia, amor especialísimo de Dios fue el atraer tan presto a la luz de la verdad a los innumerables pobladores de aquella tierra virgen. ¿Y a quién atribuir los rápidos progresos que hizo allí nuestra santa religión y la celeridad con que los Indios la abrazaron? Si preguntáis a Colón y a los Descubridores, ellos os responderán que a María; si interrogáis, en fin, a los hijos de América, todos a una voz responderán que a Ella deben el Incomparable beneficio de la fe cristiana."(VARGAS UGARTE. S.J.)

La topo nimia es sólo una fir­me expresión del sentir mariano del continente en el que arraigan costumbres tan populares como la generalización del saludo "Ave María Purísima", la celebración del mes de mayo, la devoción del Rosario de la Aurora que llegó a contar con 15 Rosarios salidos de sus respectivas iglesias en la Lima de 1692, cantando coplas tan "lin­das" como ésta:

"María, todo es María. María, todo es por vos. Toda la noche y el día se me va en pensar en Vos".

Florecen las cofradías y con­gregaciones de Nuestra Señora, los romeros y danzantes de la Vir­gen. Los serenos cantaban tam­bién a María al dar la hora en las calladas noches; fachadas ador­nadas con el anagrama de María o con los versos (en zaguanes o esquinas con imágenes de María):

"Nadie traspase este umbral que no diga por su vida que es María concebida sin pecado original".

Profundo respeto y desmedi­do amor aflora en los "votos de sangre" por el cual las ciudades juraban defender la Inmaculada Concepción de María. Transcribi­mos el acta extendida por la ciu­dad de Riobamba:

"En la noble villa del Villar Don Pardo, viernes a ocho días del mes de diciembre de 1616 años, después de haber celebrado la fiesta de la Muy Limpia Concep­ción de la Sacratísima Reina de los Ángeles [...] asistiendo el Cle­ro y Padres de las Religiones, Cabildo y Regimiento, nobles y plebeyos de todos estados, toda la villa, unánimes [...] inspirados con celo y fervor a la fe y creen­cia de la Santa e Inmaculada Concepción [...] Todos los fieles que estamos y habitamos en la dicha villa, que militan debajo del estandarte de esta Sacratísima Virgen de su grado y voluntad, ju­ran, prometen y obligan, por Dios Todopoderoso y a El mismo y a su Bendita Madre y Señora Nues­tra, desde ahora para siempre jamás, defender en paz y en gue­rra, en público y en secreto, la Santísima Concepción de aques­ta Virgen Soberana haber sido sin pecado original: y en esta defensa­ arriesgarán y expondrán sus personas, haciendas, vidas y al­mas, todas las veces que se ofre­ciere; vivirán, permanecerán y morirán esta opinión, fe y verdad tan cierta y meritoria" (5).

Toda su cultura ha dedicado lo mejor de sus manifestaciones a la alabanza de María. La insig­ne poetisa Gertudis Gómez de Avellaneda le dedicará la siguien­te plegaria:

"Vos, entre mil escogida de luceros coronada,

Vos de escollos preservada en los mares de la vida;

Vos, radiante de hermosura. De toda virtud modelo, Virgen Pura,

flor trasplantada del suelo para brillar en la altura" (6).

El templo del Pilar, antesala de Hispanoamérica, recoge 19 banderas de las repúblicas ame­ricanas engendradas por España y que fueron bendecidas por el Papa San Pío X en 1908. Todas ellas tienen un santuario célebre o un patronazgo mariano: Méxi­co, Guadalupe; Argentina, Uru­guay y Paraguay, Nuestra Seño­ra de Luján; Cuba, Nuestra Seño­ra de la Caridad del Cobre; Vene­zuela, Nuestra Señora de Coro­moto; Colombia, Nuestra Señora de Chiquinquirá; Santo Domingo, Nuestra Señora de Altagracia; Ecuador, Nuestra Senora del Quinche; Bolivia, Nuestra Señora de Copacabana; Brasil, Nuestra Señora de la Aparecida; Chile, Nuestra Señora de Andacollo y Nuestra Señora del Carmen; Perú, Nuestra Señora de las Mercedes y Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora del Viejo; Hondu­ras, Nuestra Señora de Suyapa: El Salvador, Nuestra Señora de la Paz; Guatemala, Nuestra Señora del Socorro; Costa Rica, Nuestra Señora de los Ángeles.

Juan Pablo 11 en su mensaje a los Congresos Internacionales Mariológico y Mariano celebrados en Zaragoza en 1979 afirmó que "esta distinguida piedad mariana y el fervor por cuanto significa el honor para la Madre de Dios, tie­nen pulsación propia desde épo­ca inmemorial, a ritmo con su his­toria y su creciente patrimonio espiritual".

Uno de los máximos especia­listas en mariología, padre Enrique Llamas, concluirá en su estudio La Virgen En España y América:

"Este patrimonio de fe y devoción mariana, hecho uno con la vida del pueblo y presente en las grandes gestas de carácter socio-religioso, España lo trasvasó a América, integro y enriquecido con el descubrimiento y la consi­guiente evangelización, que le dieron origen histórico... Es éste un hecho básico y fundamental que constituye la clave para inter­pretar y entender, no sólo la his­toria de América Latina, sino su misma historia y el significado de su ser, de su realidad concreta". OJOS NUEVOS PARA UN NUEVO CONTINENTE: SANTA MARÍA DE LOS NAVEGANTES

En la primera etapa de Descubrimiento ya estará muy presente María.

"Esta tierra vida primero un marino que se decía Rodriga de Triana... Por lo cual, cuando dije­ron la Salve, que la acostumbra­ban decir e cantar a su manera los marineros, y se hallan todos... A las dos horas después de me­dia noche pareció la tierra" .

JUAN SEBASTIÁN ELCANO . Coronará la empresa iniciada por Magallanes de dar la vuelta al mundo por vez primera. Casi to­das las noches del verano de 1519 pasaba un buen rato de ora­ción ante el tabernáculo de Nues­tra Señora del Coral en la Parro­quia de San Ildefonso de Sevilla. Después de tres años vuelve a Sevilla entre vítores y aclamacio­nes en su nao "Victoria". Lo pri­mero que hace es acudir ante la Señora y llevarle flores, conchas y corales recogidas durante su viaje, para darle gracias. Cuentan que elevando sus ojos llenos las lágrimas hacia el tabernáculo de la Virgen, alzó la voz conmovida y dijo:

"¡Con María, nada es imposible! iSin María, todo se malogra!"

EL ALMA CRISTIANA DE LOS CONQUISTADORES

Un castellano viejo, protagonista de la conquista, Bernal Díaz del Castillo, con gran objetivi­dad y realismo nos dirá los verdaderos motivos de su em­presa: " Por servir a Dios y a su Majestad, y dar a luz a los que estaban en tinieblas y también por haber riquezas" No es el momento de analizar el perfil psicológico del conquistador tan sólo queremos destacar algunos rasgos de su devoción mariana.

HERNÁN CORTÉS. Cuenta de él Bernal Díaz: No traía cadenas grandes de oro, salvo una cadena de oro, de primer hechura con un joyel con la imagen de Nuestra Señora, la Virgen Santa María con su precioso Hijo en los brazos [...] Rezaba todas las mañanas en unas Horas y oía Misa con devoción, te­nía por su muy Abogada la Virgen Nuestra Señora" (12). Siempre que conquistaba un poblado, Cortés colocada una cruz y una imagen de la Virgen. El mis­mo Moctezuma, ante la pregunta de cómo siendo tantos habían sido vencidos por tan pocos castellanos, respondió: "por­que una Gran Te­cleciguata (Seño­ra) de Castilla ve­nía delante de ellos y les ponía temor... Y conti­nuará Bernal: "Y ciertamen­te, todos los solda­dos que pasamos con Cortés tene­mos muy creído, e así es verdad, que la misericordia divina y Nuestra Señora la Virgen María siempre era con nosotros, por la cual le doy muchas gracias" (13).

ALONSO DE OJEDA Primer conquistador de Tie­rra Firme (América Central) y con grandes valores humanos en su persona. De él nos cuenta el cro­nista Herrera que:

"Llevaba en su talega una imagen de Nuestra Señora muy devota a la cual tenía gran devoción, porque siempre fue muy devoto de la Madre de Dios. Cuando hallaban raíces de los árboles mangles sobre el agua parábase en ellas a descansar los que se hallaban sacaba Oje­da la imagen de la mochila, po­níala en el árbol y allí la adoraba, exhortando a los demás que hi­ciesen lo mismo" (14). Ojeda dará la imagen de "Nuestra Señora de la Caridad del Cobre" al cacique de Cueyba por ayudarle a salir a flote. El padre Las Casas que pasará por allí tres anos después, constatará un hecho: "Era maravilla la devoción que todos tenían, el señor y sus súb­ditos, con Santa María y su ima­gen" (15).

Junto al descubridor y con­quistador va siempre el escri­bano y el misionero, el "colo­no" y el educador. Después de un siglo de contacto podemos hablar de una mayoría de edad hispanoamericana en la que los reinos indianos se han consti­tuido. El mestizaje es una rea­lidad, la cristianización un he­cho, la promoción humana y social del indio una lucha es­peranzada. Juan Pablo 11 nos recordó en Zaragoza el 10 de octubre de 19­84 como estos españoles hicie­ron posible que "los hombres y pueblos del nuevo mestizaje. Americano fueran engendrados por la novedad de la fe cristia­na. y en el rostro de Nuestra Señora de Guadalupe está sim­bolizada la potencia y arraigo de esa primera evangeliza­ción". Veamos algunos rasgos de muestra.

El mes de mayo de 1536, el lnca Manco Cápac se suble­vó con 200.000 indios en Sun­tur Huasi, siendo salvados los españoles por una intervención milagrosa de la Virgen según cuentan los cronistas Garcila­so de la Vega, Herrera, Acos­ta. El primero nos informa que a raíz de estos sucesos, los in­dios han traducido los nombres de María a su lengua general "y dícenla Mamauchic que es Señora y Madre Nuestra; Coya, Reina; Ñusca, Princesa de San­gre Real; Zapay, Única; Yurac Amancay, Azucena; Chasca, Lucero del Alba; Cotoccoyllor, Estrella resplandeciente; Huar­capaña. Sin Mancilla; Huc ha­nac, Sin pecado; Mana Chan­casca... inviolada; Tazque, Vir­gen Pura; Diospa Maman, Ma­dre de Dios. También dicen Pa­chacamacpa Mamam, que es Madre del Hacedor y sustenta­dora del Universo. Dicen Huac Hucayac que es amadora y bienhechora del pobre" .

Muestra palpable de esta con­vivencia y feliz simbiosis nos la darán las universidades hispano­americanas nacidas al amparo de las españolas, especialmente de la salmantina. Tanto la primera de Santo Domingo (1538), como San Marcos de Lima, la de México y "las demás universidades hispa­noamericanas, hasta la última del período hispánico: la de León de Nicaragua, fundada por decreto de las Cortes de Cádiz en 1812, imi­tan ejemplos de fervor mariano de la Universidad de Salamanca y de sus hijas mayores de América (...). Como ellas celebran las principa­les festividades de la Virgen, so­bre todo la del misterio de su In­maculada Concepción. Tampoco falta el juramento de enseñarlo y defenderlo, que obliga a los gra­duados, incorporados y catedráti­cos, hecho extensivo para todas las universidades por la Recopila­ción de Indias" (Ley 15, 1, t. XXII)

No podemos ol­vidar la titánica la­bor de los misione­ros. A los Domini­cos se debió la pro­pagación de la de­voción del Rosario. En templos y con­ventos establecen el rezo de la Salve los sábados del año, las cofradías del Rosario y la cele­bración del mes de octubre. Los Agus­tinos se establecen a la sombra de san­tuarios célebres, so­bre todo el de Co­pacabana en Boli­via. Los Francisca­nos difunden espe­cialmente la devoción a la Inma­culada Concepción. Los Merceda­rios, la Inmaculada y la Virgen de las Mercedes, de la mano de fray Bartolomé de Olmedo (capellán de Cortés), con el título de la Con­quistadora, siendo la patrona o generala de los ejércitos naciona­les de Perú, Ecuador y Argentina. Los Betlemitas, única Orden au­tóctona de América, fundados por Pedro Bethancour difunden la de­voción de Nuestra Señora de Be­lén. Entre los jesuitas, el padre Sandoval en Colombia encontra­ba todo su alivio y consuelo en una imagen de la Virgen llamada del Milagro. En su presencia pa­saba largos ratos de oración y no emprendía ministerio alguno sin consultarlo con Ella. A su lado co­menzó a ejercitarse el apóstol de los esclavos negros, San Pedro Claver, que se valía como su maestro de la devoción a María para atraerlos a la fe y mantener­los en la práctica de las costum­bres cristianas. En las Misiones del Marañón el padre Lucas de la Cueva, entre los indios Hueveros, puso su primera reduc­ción bajo el patrocinio de la In­maculada Concepción y con tan poderosa protección "llegó a ser la más linda en policía (lim­pieza) y cristiandad de aque­llas montañas. En el poblado de Juli, pionero de las reduc­ciones del Paraguay, se fundó una congregación de la Santí­sima Virgen a fin de extinguir las idolatrías y que contó con 600 jóvenes.

EL DESGARRON DE HISPANOAMERICA

Ni la emancipación ameri­cana, proclive en muchos as­pectos a olvidar a todos los va­lores recibidos de España, aho­gó la arraigada devoción a la Virgen María.

"Por los singulares, especia­les e innumerables favores que debemos a María Santísima, en su milagrosa imagen de Guadalu­pe. Patrona, defensora y distingui­da Emperatriz de este reino, es­tamos obligados a tributarle todo culto y adoración, manifestando nuestro reconocimiento, nuestra devoción y confianza, siendo su protección en la actual guerra tan visible que nadie puede disputar­la a nuestra nación, debe ser visi­blemente honrada y reconocida por todo americano (...) Por tan­to, mando que en todos los pue­blos del reyno (...) se continúe la devoción de celebrar una misa el día 12 de cada mes (...) En el mismo día de cada mes deberán los pueblos exponer la Santísima imagen de Guadalupe (21).

Estos destacados personajes de la vida pública nos han servido como hitos del hondo palpitar mariano en Hispanoamérica. Hay una gozosa armonía entre la devoción popular y el sentimiento de la nacionalidad. El Padre Rubén Vargas Ugarte destaca este rasgo señalándolo como "un don especial de la Providencia para con este suelo, una muestra singular del amor de María a todos cuantos nacimos en el Nuevo Mundo... Este ideal de la Virgen María...hubo de atraer las miradas de los sencillos habitantes de nuestras mesetas y nuestros pá­ramos de la pampa y de la mani­gua, de la helada puna y del yun­ga abrasador, y les sugirió una idea e inspiró un afecto que, dul­cificando sus costumbres, les hizo menos duros los trabajos y me­nos solitario su aislamiento. Has­ta en su arte influyó María, ha­ciendo que para Ella fuesen los sOnes más delicados de sus rús­ticos instrumentos y que sus ma­nos toscas se adiestrasen en la labor de la piedra y de la madera y levantasen esos encajes de gra­nito o de cedro que hoy son el asombro de los que visitan sus santuarios" (25).

Ojalá se cum­plan los deseos del Papa sobre esta "América tensa y esperanzada, es­quilmada y genero­sa" para que "Ma­ría, la Madre de la Iglesia, siga guiando y alumbrando la fe y el camino de los pueblos de Améri­ca" (26).

ADVOCACIONES de HISPANOAMERICA.

Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo. El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica. Y el 13 de mayo del 2007 su Santidad Benedicto XVI llegó por primera vez en su viaje por Brasil

Camino, Verdad y Vida, rostro humano de Dios y rostro divino del hombre, enciende en nuestros corazones el amor al Padre que está en el cielo y la alegría de ser cristianos. Discípulos y misioneros tuyos, queremos remar mar adentro, para que nuestros pueblos tengan en Ti vida abundante, y con solidaridad construyan la fraternidad y la paz. Señor Jesús, ¡Ven y envíanos! María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén .

SANTUARIOS E IMÁGENES EN EL PERÚ expuestos en la Muestra "Mater admirabilis" en la Catedral de Lima:

1. Serie de la Virgen, Carmelitas Descalzas

- La Asunción, CCDD

- Virgen de Loreto, CCDD

. La Rectora, Instituto "Riva Agüero"

6. Copacabana

7. Nuestra Señora de los Desamparados

8. Nuestra Señora del Prado

9. Virgen de la "O", San Pedro

Virgen Niña

Virgen de los Remedios

Candelaria, B. Bitti

10. Nuestra Señora de la Antigua, Catedral

11. Nuestra Señora de la Guía

12. Nuestra Señora de Las lágrimas o del Aviso

13. Nuestra Señora de la Misericordia

14. Nuestra Señora de los Ángeles

15. Nuestra Señora de las Cabezas

16. Nuestra Señora de la Soledad

17. Virgen de la Doble Trinidad, Soledad

19. Nuestra Señora de la Esperanza

20. Virgen de la Asunción, Cistercienses

Candelaria

21. Nuestra Señora de la Pasión, San Agustín, Valvanera, Virgen de la Gracia, Nuestra Señora de la Pasión

22. Inmaculada, Concepcionistas Descalzas

Descendimiento, María Auxiliadora,. Medalla Milagrosa,. Virgen del Pilar,. Virgen de Fátima,. Virgen de Lourdes, María Mediadora, Visitación, Corazón Inmaculado de María, Magdalena

23. Virgen de Cocharcas

Virgen de Monserrat, Iglesia de Monserrat

II. TRUJILLO-LIBERTAD-CHICLAYO-CAJAMARCA

. Nuestra Señora del Socorro, Huanchaco

. Nuestra Señora de la Puerta, Otuzco, La Libertad

. Nuestra Señora de Guadalupe, Pacasmayo

. Nuestra Señora de los Dolores, Cajamarca

. Nuestra Señora del Arco, San Miguel de Pallaques, Cajamarca

Yungay, Nuestra Señora de la Merced

1. Nuestra Señora de la Soledad, en la Merced

En casi todas las iglesias se tributa culto a alguna advocación mariana: la Asunción en la Catedral; en la Merced, La Portera y Nuestra Señora del Consuelo; en la Recoleta, La Napolitana, hermosa efigie de La Dolorosa; en Santa Marta, la Virgen de la Cueva Santa; en la Compañía, La Candelaria o La Chiquita, donada a los jesuitas en 1598 por D.Juan Ramírez Segarra Casos; en San Francisco, la Inmaculada; en Santo Domingo, Nuestra Señora del Rosario; en Miraflores, Nuestra Señora de Alta Gracia...y las modernas parroquias dedicadas a Fátima, Corazón Inmaculado de María, Lourdes...Lo mismo sucede con los santuarios, Chapi, Cayma, Characato, Quilca, Nuestra Señora de las Peñas de Aplao, La Virgen del Buen Paso de Caravelí, La Virgen de Yato en Castilla, Nuestra Señora de Uñón en Viraco, Nuesta Señora de Las Nieves...

Baste con citar el entrañable santuario María, causa de nuestra alegría, en Las Pampas de Huánuco que un auténtico cielo natural y espiritual Consagración del Perú. El 30 de agosto del 2007, el Perú se consagró oficialmente a María. La jerarquía eclesiástica, interpretando los sentimientos de todo el pueblo católico y toda la sociedad del Perú, culminó el congreso eucarístico celebrado en Chimbote con este evento entrañable: toda la nación peruana en alma, corazón y vida celebrará que es toda de María. El Perú es de María. Las advocaciones marianas que se celebran en nuestro país (La Virgen de la Candelaria en Puno, la Virgen de Chapi en Arequipa, la Virgen de la Puerta, en La Libertad) y otras formas de piedad popular que se practican con mucho fervor como la Virgen Peregrina y el Rezo del Santo Rosario así lo confirman. Pero es tiempo de encauzar toda esta fe. Es por ello que proponemos la Consagración del Perú a la Virgen. En palabras de Monfort, mientras más nos consagramos a la Virgen, más nos consagraremos a Cristo.

Recientemente, la Conferencia de Puebla se ratificó en este sen­tir: "María tiene que ser cada vez. más la pedagoga del Evangelio en América Latina" El mismo Papa Benedicto XVI, recientemente en el santuario de Nuestra Señora de la Aparecida (13 de mayo 2007) enfatizó la rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos, destacando como nota sobresaliente: - La profunda devoción a la Santísima Virgen de Guadalupe, de Aparecida o de las diversas advocaciones nacionales y locales. Cuando la Virgen de Guadalupe se apareció al indio san Juan Diego le dijo estas significativas palabras: "¿No estoy yo aquí que soy tu madre?, ¿no estás bajo mi sombra y resguardo?, ¿no soy yo la fuente de tu alegría?, ¿no estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?" (Nican Mopohua, nn. 118-119 ).

Conclusión: El actual Papa Francisco sintetiza como nadie en su encíclica lo que hemos querido mostrar y alentar en nuestra ponencia: María está en el corazón de América, del Perú, y la necesitamos para que florezca en una vida cristiana coherente y feliz de cada uno de nosotros y de la sociedad. Culminamos con la bella oración de Lumen fidei (n.60)

Nos dirigimos en oración a María, madre de la Iglesia y madre de nuestra fe.

¡Madre, ayuda nuestra fe!

Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.

Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.

Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe.

Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.

Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.

Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.

Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.


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