El jueves pasado ofrecí una primera entrada sobre la historia de la rehabilitación del Teatro Río, compuesta de retazos que he ido recopilando de aquí y de allí, siempre en Internet (yo soy un recién llegado a la política local y lo del Teatro Río viene de lejos). La historia arrancaba en el año 2000, cuando se compró el inmueble y lo dejaba en octubre de 2003, cuando se colocó la primera piedra de la rehabilitación.
Poco después de colacar la primera piedra, Maite Parra viajaba a Madrid para suscribir un convenio en el Ministerio de Fomento, ya que del presupuesto de ejecución de la Autovía Central A-36 Alicante-Alcoy nos correspondía a Ibi el 1% en forma de ayudas para equipamiento cultural. Por ese motivo se pudieron recoger 90.000 € de subvención del Ministerio.
Y tres meses después de ese primer convenio, en febrero de 2004 se anunció que la Comisión Mixta de los Ministerios de Fomento y de Cultura había decidido destinar otros 282.650 euros para la recuperación del Patrimonio Arquitectónico e Histórico de Interés Cultural. En la nota de prensa del Ayuntamiento se incidía de nuevo en que el presupuesto de la obra es de 60 millones de euros (y yo insisto en que debe tratarse de un error). Sin embargo, este nuevo convenio con Fomento no se suscribiría hasta finales de 2004.
Sea como fuere, lo que se había recogido de los Ministerios era poco. A nadie se le escapa que hacía falta bastante más dinero para acometer las obras y no parecía que hubiera nadie dispuesto a aportarlo, pues las gestiones de Mayte Parra con Alejandro Font de Mora, que tan fructíferas se anunciaron, no dieron ningún resultado y el año 2005 pasa en blanco.
Iba llegando el final de la primera legislatura de Mayte Parra y hacía falta salir ante la opinión pública con algún tipo de noticia positiva, para lo que se tramó una de esas "trolas" a las que a menudo se refiere mi compañero Nicolás Martínez. Así, a finales de 2006, se anunció que Ibi recibiría 1.200.000 euros para el equipamiento técnico del Teatro Río, según un acuerdo del Consell. El problema, como digo, es que se trataba de una promesa plurianual, es decir, que ese dinero se entregaría en ocho cómodos plazos hasta el año 2013.
Y de una"trola" se pasó a una "megatrola" dos meses después, cuando el 7 de febrero de 2007, en plena precampaña
Este retraso fue denunciado por los grupos de la oposición, que sacaron el contrato y descubrieron que las obras se tenían que haber finalizado en febrero de 2005 y que la empresa adjudictaria, INTERSA, se había autoimpuesto una penalización de 1.200 € por cada día de retraso. Así las cosas, en febrero de 2007, INTERSA ya debía al Ayuntamiento de Ibi cerca de UN MILLÓN DE EUROS POR EL RETRASO.
En la siguiente entrega veremos como cambia el cuento tras ganar las elecciones de 2007 el PP con mayoría absoluta.