Hemos celebrado ya la muerte de don Miguel de Cervantes en su IV Centenario. Muchos actos, conferencias, congresos, representaciones teatrales y documentales, han servido y sirven para rendirle el siempre merecido homenaje. Debemos, pues, continuar haciéndolo.
Nosotros lo hacemos ofreciendo este capítulo que se inicia en 1916 y concatena una serie de acontecimientos hasta el desenlace de la "Historia de un fiasco", narración que devela lo ocurrido con el monumento de la Plaza de España desde el año 1905.
"Si preguntáis a un senador y a una portera, a un académico y a un picador de toros, a un tendero y a una cupletista, si les gusta el monumento de Coullaut Valera, os responderán inevitablemente, sinceramente, que sí. Pero exigidles que razonen su preferencia estética y veréis a todos esos tipos representativos vacilar, balbucear y concluir por encogerse de hombros, cuyo ademán no puede ser más castizamente español."
CONTENIDO: PRIMERA PARTE (1905-1913) - SEGUNDA PARTE (Enero-Mayo, 1914) - (Junio-Diciembre, 1914) - TERCERA PARTE: Concurso de anteproyectos (1915) - Los elegidos (1915) - CUARTA PARTE: Cien años del monumento nunca inaugurado (1916-2016)
Llegó el día 13 de abril de 1916. Por la tarde se inauguraba en el Palacio de Cristal de El Retiro una nueva exposición de los proyectos de monumento a Cervantes. En esa ocasión se exponían los tres que habían quedado finalistas en la votación del 15 de octubre de 1915, siendo estos los de Anasagasti-Inurria, Martínez Zapatero-Coullaut Valera y Hernández Briz-Ferrant.
Como hemos comentado en capítulos anteriores, el artículo 8º del Real decreto (29 de marzo de 1915) establecía que los proyectos elegidos debían reproducirse a "escala del 10 por 100"; más tarde se solicitaba al menos la presentación detallada de una de las esculturas que conformarían el monumento.
Los artistas dispusieron de un plazo de cinco meses para la realización de los bocetos definitivos, y en ese tiempo tuvieron la oportunidad de mejorar sus trabajos. Así, por ejemplo, en el proyecto presentado por Martínez Zapatero y Coullaut Valera se aprecia una postura menos relajada y más majestuosa en el principal elemento, la figura de Cervantes, y la torre estilizada y con elementos más sobrios.
La exposición estuvo abierta al público durante cuatro días; la entrada costaba 50 céntimos, luego fue gratuita.
A diferencia de la anterior, las grandes personalidades brillaron por su ausencia. Tal es así que don Fidel Pérez Mínguez, secretario de la Comisión del monumento, retrasó un poco la hora de entrada del público con la esperanza de ver aparecer alguna representación oficial.
No faltó la concurrencia de muchos pintores, escultores y arquitectos; así como la presencia de los responsables de la Junta y Comisión del Centenario, además de los hermanos Álvarez Quintero, que se apuntaban a un bombardeo.
Decían algunos críticos que la nueva exposición no había sido del interés del público por falta de propaganda y " al manifiesto deseo de que pudiera pasar inadvertida la existencia de los proyectos en el Palacio de Cristal del Retiro."
"Próximo a terminar el plazo para la adjudicación del monumento a Cervantes, discuten los artistas los proyectos presentados y se espera con curiosidad el fallo del Jurado en asunto sobre el cual se han emitido tantas opiniones desde que se hizo la exposición de los bocetos, visitada por Su Majestad el Rey."
Y como en aquella elección de 1915, tanto el público como el Jurado lo tuvieron difícil para decantarse entre la obra de Anasagasti-Inurria y Martínez Zapatero-Coullaut Valera. La imponente 'tarta nupcial' de Hernández Briz-Ferrant parece no haber sido del agrado de nadie casi desde el primer momento.
El día 16 de abril se clausurará la exposición y, por fin, el miércoles 19 se reunirá el Jurado en la Biblioteca Nacional para la votación final. De más está decir -porque a la vista de todos está-, que el proyecto ganador fue el de Martínez Zapatero-Coullaut Valera. Sí debemos aclarar que resultó vencedor por once votos de un total de diecisiete.
La obra de Anasagasti-Inurria consiguió dos votos; los cuatro restantes fueron en blanco.
Resuelto el tema, coincidiendo con la celebración del III Centenario, se reabrirá la exposición en el Palacio de Cristal el sábado 22 y domingo 23, con un precio de entrada de un real.
Por esas fechas, el cervantista y director de la Biblioteca Nacional, Sr. Rodríguez Marín, hizo llegar al rey un lujoso álbum que contenía las fotografías de cada uno de los anteproyectos presentados en la exposición de 1915 y finalistas de 1916.
Aunque ya los hemos publicado en un capítulo anterior, ofrecemos la imagen de todos ellos en el siguiente video.
Ya en la exposición de 1915 había levantado ampollas que uno de los finalistas fuese el proyecto de Martínez Zapatero-Coullaut Valera. Protestas hubo en aquella ocasión y se vieron reflejadas luego en esos cuatro votos en blanco que hemos citado.
Al ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, Sr. Julio Burell, le fueron enviadas sendas cartas de protesta. Una de ellas fue publicada los últimos días del mes de abril en La Acción, El Imparcial y El País.
En el número 9 de La Construcción Moderna del mes de mayo se publicará esa protesta, encabezada por José María López Mezquita, Ramón del Valle Inclán, Emilio Carrere y Tomás Borrás, entre otros muchos. También la de los alumnos de la Escuela Superior de Arquitectura, ratificada por D. Francisco Javier de Luque, catedrático numerario.
El monumento a Cervantes de Martínez Zapatero y Coullaut Valera
A finales de abril las revistas comenzarán a ofrecer fotografías del premiado proyecto del arquitecto Martínez Zapatero y el escultor Coullaut Valera. En ellas se apreciaban detalles hasta entonces no publicados. Las revistasLa Ilustración Española y Americana, La Ilustración Artística y La Esfera darán cuenta de esos detalles en sus números del mes de mayo.
La noche del 13 de mayo se celebraba un homenaje a los ganadores en el Palace Hotel. Aquí la noticia recogida delHeraldo de Madrid del día 14 y una fotografía de Salazar publicada en Mundo Gráfico del día 17.
Mientras en esta noble y leal villa de Madrid se apagaba el mediocre entusiasmo por el monumento, otras ciudades de América continuaban tributando homenaje al príncipe de los ingenios. Ocurría en septiembre y noviembre de 1916.
En California (Septiembre)
Dos españoles de origen celebraban el III Centenario de Cervantes donando un monumento a la ciudad de San Francisco.
Se trataba de Juan C. Cebrian y Eusebio José Molera, quienes creaban un sobrio conjunto escultórico en el " Parque de la Puerta Dorada de San Francisco de California" (Golden Gate Park).
En Cuba (Noviembre)
Los jóvenes cubanos Pedro E. Carr y Eduardo Cepero quisieron perpetrar literalmente el viejo lema de la Real Academia Española " Limpia, brilla y da esplendor" sobre el mismísimo monumento a Cervantes de la Habana. Provistos de agua, jabón y cepillo se dedicaron a limpiarlo con gran esmero. Hicieron lo propio con el monumento a José Martí.
Prueba de lo primero es esta fotografía de Menchón.
Brindarles un fuerte aplauso, que estos son los pulcros muchachos.
Y fueron pasando los días, los meses y los años sin monumento a Cervantes.
En Real decreto del 25 de agosto de 1919 -catorce años después de la primitiva idea-, se anunciaba la permuta solicitada por el Ayuntamiento de los solares del Estado procedentes del derribo del Cuartel de San Gil por los terrenos y edificaciones del Matadero de la calle de Toledo.
En el artículo 2º se señalaba:
"Esta permuta se autoriza con las siguientes condiciones:
Primera. Los expresados solares continuarán, como al presente, destinados a jardines públicos, y en ellos se reservará espacio para el monumento a Cervantes, a que se refiere el Real decreto de la Presidencia del Concejo de Ministros de 22 de abril de 1914 y el acuerdo del Ayuntamiento de 19 de febrero de 1915."
También se continuaban formando Comisiones y Comités para el ya pasado Centenario. Una de ellas se creaba en 1920 para atender a la famosa suscripción para la construcción del monumento. ¿Cuántas se habían creado ya? ¿Cuánto dinero se había recaudado? La última pregunta tiene sentido, es difícil de creer que, tratándose de una suscripción a nivel mundial, en cinco lustros se recaudasen tan solo 300.000 pesetas.
El nuevo Comité quedaba anunciado en Real orden publicada en la Gaceta del 14 de enero de 1920:
"Primero. Que los excelentísimos señores duque de Alba, D. Francisco Rodríguez Marín, don Jacinto Octavio Picón, D. Luis Landecho, D. José María de Ortega Morejón y D. Francisco Belda, se constituya un Comité para fomento y organización de la suscripción voluntaria abierta por Real decreto de 8 de mayo de 1905 entre los pueblos que tienen el castellano por lengua nacional, para la erección en la plaza de España de Madrid del monumento a Cervantes, a que se refiere el Real decreto de 5 de marzo de 1915.
Segundo. Que los nombrados señores se constituyan como tengan a bien, proponiendo al Gobierno cuanto estimen más conveniente para el mejor éxito de la misión que se confía a su alto patriotismo.
Tercero. Que por todos los departamentos ministeriales y por todas las autoridades del Reino, y muy singularmente por los representantes de la nación en el extranjero, se preste a esa Comisión el más fervoroso y eficaz apoyo."
Mientras en Madrid se hablaba poco o nada de Cervantes -como ahora-, y de su monumento -como ahora también-, en Panamá se hacía realidad el homenaje al príncipe de los ingenios.
Aceptado en abril de 1919 el proyecto realizado por el escultor Julio González Pola, la Unión Ibero Americana puso en marcha la construcción del monumento costeado por suscripción pública. El 12 de octubre de 1920 se ponía la primera piedra en la plaza de la Cervantes de la capital panameña.
En mayo de 1922, el señor duque de Alba, presidente del Comité antes citado, pedía los permisos pertinentes al Ayuntamiento para comenzar la construcción del monumento. El alcalde se limitó a contestar que estudiaría la propuesta ante la duda de qué ocurriría con la plaza si, una vez iniciadas las obras, éstas quedaran suspendidas por falta de recursos.
A finales de ese año el alcalde pondrá empeño en potenciar la suscripción creando una Comisión. ¡Otra Comisión! Ésta estudiaría el caso del monumento a Cervantes y otro, el de la ubicación para el de Bolívar, regalo de Venezuela.
El viernes 20 de abril de 1923 la Correspondencia de España criticaba duramente lo que estaba ocurriendo con Cervantes y su monumento. Don Miguel de la Cuesta, firmante del artículo, lanzaba estas preguntas:
"¿Qué fue del aprobado proyecto de monumento a Cervantes?
¿Para cuándo se guardan unos cientos de miles de pesetas que llegaron a recaudarse?
La Comisión del monumento, constituida sin duda por las glorias del cervantismo, lo mejor de las Academias, quizás alguna figura de la política, ¿qué hizo durante todo este tiempo? ¿Desmayaron en su propósito?"
Por fin, a finales de mayo o principios de junio, el Comité consigue que el Ministerio de Instrucción pública cediese el dinero para las obras de cimentación para la plataforma del monumento, gasto que correspondía al Estado.
Y mientras en Madrid surgían estas preguntas, en Panamá se instalaba el flamante monumento cervantino cuya primera piedra se había colocado en 1919. Sería inaugurado oficialmente el 22 de enero de 1924, coincidiendo con el aniversario de la fundación de la capital de Panamá.
El monumento en peligro
Según las noticias de los primeros días del año 1924, los jardines de la plaza de España se veían amenazados por el proyecto de construcción de un grupo escolar o un edificio del Instituto Nacional de Previsión. Esto implicaba dar carpetazo a la erección del monumento en esa plaza.
Bajo el titular " ¿Desaparece la Plaza de España? ¿Se desiste de la construcción del monumento a Cervantes?", decía La Correspondencia de España del viernes 4 de enero:
"Nos resistimos a creer todo esto.
Es más: tenemos la seguridad de que nuestro Municipio se opondrá por todos los medios a proyectos que tienden a privar al pueblo de Madrid de sus jardines, que tantos millones han costado al Estado y al Ayuntamiento."
Añadía que de ser así, nunca podría llevarse a cabo la construcción del monumento a Cervantes.
Entonces, el Gobierno civil se apresuraba en aclarar la situación explicando que la plaza era irregular y con algunos desniveles, por lo que se pensaba hacer -además de la erección del monumento-, " un edificio para el Estado en la parte irregular del fondo, que además está en pendiente." [LA VOZ, V (1.103). Madrid, 7 de enero de 1924, pág, 8]
Afortunadamente, en marzo de ese año ya se habían concluido las obras de cimentación comenzadas en 1923, que tuvo un coste de 128.544 pesetas, y se había dado orden de comenzar a esculpir el monumento. Era un avance, pero el conjunto escultórico continuaba en peligro de no replantearse algunos aspectos del proyecto de construcción de la Gran Vía en su tercer y último tramo.
Los hermanos Álvarez Quintero
Por Real orden, en octubre se incluían como miembros del Comité ejecutivo del monumento a Cervantes a los conocidos hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero.
En octubre, un periodista del Heraldo de Madrid se lanza a las calles para valorar el conocimiento de los madrileños sobre el emplazamiento del monumento a Cervantes (el de la plaza de las Cortes).
Por cafés, casinos, paseos, teatros y oficinas, iba el periodista interrogando: "¿Sabe usted dónde está en Madrid el monumento a Cervantes?".
Todo hacía esperar que la respuesta fuese, al menos, en la plaza del Congreso; pero no fue así. De las 100 personas encuestadas, el 65% declaró ignorar dónde se encontraba el monumento. Del porcentaje restante, sólo 8 personas dieron la respuesta correcta.
Para algunos el monumento estaba emplazado en El Retiro (sin precisar dónde); uno afirmaba que estaba en la Glorieta de Bilbao y otro en la de Ruiz Jiménez. La respuesta más curiosa fue la de uno que aseguraba rotundamente que el monumento a Cervantes era el Obelisco de la plaza de la Lealtad
" Que veinte años no es nada..." dice el tango " Volver", de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera. Y esos años eran los que habían pasado desde 1905; cifra exagerada para la construcción de un monumento y ya alejada de su finalidad, que fue la de rendir homenaje a Cervantes en el III Centenario de su fallecimiento; es decir, nueve años atrás.
Pasado tanto tiempo aún se recibían donativos desde América. El Gobierno de El Salvador enviaba en octubre un cheque por valor de 500 dólares para la construcción de la Fuente del Idioma, perteneciente al conjunto escultórico de Cervantes.
Por su parte, en diciembre, el Comité ejecutivo del monumento se reunía con Alfonso XIII para contarle como iban las obras. El rey, complacido, les dio palmaditas en la espalda y les alentó a continuar la gestión de aquella empresa con denuedo; después, adiós, muy buenas.
Con la intención de fomentar el interés -ya casi perdido-, por el monumento, la Comisión ejecutiva edita en febrero un folleto que contiene textos de los autores del proyecto y fotografías del mismo.
Al mes siguiente varios miembros de esta Comisión se reúnen con el alcalde para conseguir apoyo económico. Éste dirigirá una moción al Ayuntamiento para subvencionar las obras con 15.000 pesetas que se cargarían a la cuenta del capítulo "Imprevistos".
En la Real Academia Española
Organizada por el Comité ejecutivo del monumento a Cervantes, y presidida por Alfonso XIII, el 4 de mayo de 1926 se celebra una reunión en el salón de sesiones de la Real Academia Española. Se dio cuenta de los resultados de trabajos y proyectos realizados por el Comité, además de un detallado análisis de las causas que motivaron tantos retrasos en la construcción del monumento.
El 8 de octubre del mismo año se estrena en el Teatro Fontalba la obra titulada " Los grandes hombres, o el monumento a Cervantes", de los hermanos Álvarez Quintero. Fue su directora y primera actriz Margarita Xirgu.
Éste y otros tantos eventos, además de la suscripción popular, tenían por finalidad recaudar fondos para la construcción del monumento.
El Lyceum Club Femenino y Concha Espina
El Lyceum Club Femenino, que estaba ubicado en la calle de las Infantas número 31, había abierto una suscripción para avivar el interés por el monumento. En poco tiempo lograron recaudar la nada despreciable cantidad de 3.491,20 pesetas.
Por su parte, la escritora Concha Espina donaba al Lyceum 2.930,40 pesetas, cantidad que correspondía a parte de su Premio Nacional de Literatura.
El 30 de diciembre de 1927 aparecía en la Gaceta la siguiente Real orden:
"Conocedor el Gobierno de Su Majestad de la idea y el propósito surgidos entre los funcionarios del Estado, consistentes en manifestar el aprecio que han hecho de la reforma tributaria, que reduce el descuento a que venían sometidos sus haberes, cediendo por una sola vez parte del beneficio que reciben por la regia disposición, con destino a un fin de tan alta significación cultural y patriótica, ha estimado aceptable la oferta y ha creído interpretar el sentir del pueblo español, que no puede ceder a nadie el cumplimiento del honroso deber de ser él quien erija un monumento a Cervantes, aplicando el importe del donativo que se ofrece a la terminación de las obras del referido monumento.
Y con el propósito de hacer más general y menos sensible el esfuerzo, S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer se invite a todos los funcionarios del Estado, Provincias y Municipios, Empresas bancarias e industriales y clases pasivas y similares, a ceder el 1 por 100 del haber mensual del mes de enero de 1928."
Lo cierto es que aún recaudando dinero por doquier, el monumento de la plaza de España no avanzaba. A Madrid se le iban adelantando otras provincias que ya habían inaugurado sus propios monumentos y estatuas en honor a Cervantes.
El Quijote y don Lorenzo
Los años pasaban y aquel proyecto ganador comenzaba a envejecer, tanto como su creador.
La revistaLa Esfera del 27 de marzo de 1928 publicaba una fotografía realizada por Zarraga que muestra la escultura ecuestre de Don Quijote y a su autor, Lorenzo Coullaut Valera, como diminuto ser frente al inmortal personaje de Cervantes.
Coullaut Valera muestra ya signos de cansancio y desazón por tantos inconvenientes y retrasos que mantienen su monumental conjunto escultórico encerrado en su estudio de la calle de Torrijos, número 19.
La imagen formaba parte de una entrevista realizada al escultor por Francisco Caravaca. En ella Coullaut Valera comentaba el resultado de una reunión que había mantenido junto a los hermanos Álvarez Quintero con el marqués de Estella, Sr. Miguel Primo de Rivera, quien entonces era presidente del Consejo de ministros.
En palabras del escultor, esto había dicho el marqués:
"Es absolutamente preciso que el monumento a Cervantes esté casi concluido para la fecha de la inauguración de la Exposición Ibero Americana, que, como es sabido, se inaugurará el próximo otoño, y concluido completamente para la fecha de la inauguración de la de Barcelona.
Precisamente los funcionarios del Estado me han ofrecido un día de su haber, con destino al monumento del autor del Quijote; pero como esto representaría una cantidad excesiva, les he aceptado el 1 por 100 de sus correspondientes mensualidades, lo que equivale a unas 400.000 pesetas. El resto, hasta completar el millón y medio de pesetas, lo sacaremos de donde sea posible... Pero es preciso que el monumento se termine."
La siguiente fotografía, de Salazar, fue tomada en el estudio de la calle Torrijos. En ella podemos ver a Coullaut-Valera trabajando sobre el conjunto que corona el monumento; en primer plano doña María Teresa Mendigutia, esposa del escultor.
¿La plaza de España o el monumento?
Si hasta entonces las críticas eran por la lentitud para erigir el monumento, avanzado el año 1928 se daba vuelta la tortilla. Ahora las críticas venían por lo desangelada que estaba quedando la plaza, con calvas considerables en lo que había sido un bosque urbano.
Decía Roberto Castrovido que era costumbre en Madrid empequeñecer todo. Citaba el famoso proyecto de Jubara para Palacio Real que había quedado reducido a su mínima expresión y lo utilizaba como ejemplo para decir que la plaza de España, lejos de agrandarse, con el monumento quedaría empequeñecida.
Para Castrovido aquel espacio no sería más amplio que cuando allí estaba el Cuartel de San Gil.
A principios del año 1929, el Ayuntamiento aprobaba el proyecto de reforma de la plaza para dar perspectiva al monumento. Las obras debían estar terminadas antes de la inauguración del conjunto escultórico, cuya cantería estaba realizando Leopoldo Fontaiña, que tenía talleres en la calle de Magallanes, 30.
Poco a poco iba tomando forma el homenaje a Cervantes labrado en piedra. A finales de septiembre o principios de octubre de 1929 el monumento mostraba este aspecto
Todo hacía pensar que la inauguración se efectuaría el 12 de octubre, coincidiendo con la celebración del "Día de la Raza". Más no fue así.
En diciembre se le ocurre a D. José Francos Rodríguez que, existiendo dos monumentos al"glorioso manco de Lepanto", el más antiguo -es decir, el de la plaza de las Cortes-, podía ser cedido a la Academia de la Lengua para instalarlo en su patio.
Conociendo las habilidades periodísticas de Francos Rodríguez, quizá aquello era una cortina de humo para desviar el interés del pueblo, que ya estaba harto de tantas promesas y retrasos. (Recordemos las promesas de Primo de Rivera)
Penosa era la imagen de la plaza y el monumento a principio de los años treinta. Todo parecía abandonado, descuidado, sin vestigios aparentes de una solución.
A mediados de junio de 1931 se entregaba el dictamen de un estudio solicitado por la Comisión de obras de la plaza de España. Rescatamos estos dos puntos:
"2.º Que se arregle inmediatamente el pavimento de la plaza de España, con cargo a la consignación de 276.000 pesetas existentes en presupuesto.
3.º Que se gestione del Gobierno la total terminación del monumento a Miguel de Cervantes, que está sin acabar por falta de recursos."
Según la liquidación de lo invertido en la obra hasta abril de 1931, se consignaban las siguientes partidas:
Cimentación, 89.025,89 pesetas.
Fábrica, 427.783,27.
Esculturas, 673.492.
Arquitectos, 52.159,70.
Guardería, 7.112.
Secretaría, 18.151,32.
Intervención, 3.000,29.
Todo esto hacía un total de 1.270.724,47 pesetas.
Mujeres españolas y el monumento
La revista bisemanal y de carácter patrióticoMujeres españolas criticaba en su número del 31 de agosto de 1930 (Año II. Nº 80, p. 35) la situación de dos monumentos inacabados: la catedral madrileña y el monumento a Cervantes.
"[...] en Madrid existen dos monumentos que dicen muy poco de nuestro amor a la religión y a la lengua patria; la futura Catedral de Madrid y el monumento a Cervantes erigido en la Plaza de España."
Decía el editorial que la Catedral permanecía desde tiempo inmemorial esperando el óbolo de los católicos españoles y la unión de todos para crear una suscripción para afrontar los gastos para su terminación; algo que embellecería esa zona tan cercana al Palacio Real.
En cuanto al monumento, espetaban:
"[...] que representa el genio de nuestra raza y nuestra lengua, se debe hacer un esfuerzo [...] para terminarla pronto e inaugurarlo, a fin de que desaparezca ese indicio de nuestra pereza y nuestro abandono."
Muerte de Coullaut Valera
La madrugada del 21 de agosto de 1932, a las dos, fallecía en su estudio de la calle Torrijos don Lorenzo Coullaut Valera.
Todos los periódicos dieron cuenta de la noticia en sus páginas interiores y alguna revista le rindió homenaje. Amplias biografías y enumeración de sus obras; fotografías del escultor y algunos de sus monumentos, pero nada más. De su entierro sólo se dijo que en el cortejo fúnebre se habían visto representantes de las Bellas Artes y la Literatura, además de personalidades del elemento oficial.
Difícil es encajar en estas líneas todo lo que se pudo decir en detrimento del conjunto escultórico.
En 1933, durante las elecciones, el monumento fue objeto de pintadas y pega de carteles.
En 1934, el propio Ramón de Valle-Inclán había comentado enLa Luz, a propósito de un artículo titulado " Por un Madrid menos feo":
"Lo que faltó ese 14 de abril, y yo lo dije desde el primer día, es coraje en el pueblo, que no debió dejar ningún monumento. Para la próxima revuelta espero que las masas vuelen con dinamita el monumento a Cervantes..."
"Birria madrileña" fue llamado junto con los otros monumentos realizados por Coullaut Valera y el mismísimo Palacio de Comunicaciones o el edificio del Círculo de Bellas Artes, entre otros. Hasta se llegó a votar para elegir el monumento más feo de todos los que había en Madrid.
La monumental obra de Coullaut Valera continuaba inacabada en la plaza de España y en su taller de la calle Torrijos. Habían pasado 31 años desde la primer Real orden y 20 de la elección del proyecto.
Aún faltaban muchas esculturas que conformaban el conjunto. Difícil era adivinar cuándo serían colocadas La Gitanilla y Rinconete y Cortadillo, y en los pedestales laterales de la base del monumento las figuras de Dulcinea del Toboso, según la soñaba Don Quijote en sus sueños de enamorado, y la de Aldonza Lorenzo.
Los años posteriores nada aportan al monumento; si acaso coronas de laureles en los aniversarios de Cervantes y uno que otro homenaje asociado. Más la obra continúa inacabada, abandonada y peligrosamente expuesta durante la guerra.
Entre 1957 y 1961 se completará el monumento con la colocación de los conjuntos y figuras ya citados. Será Federico Coullaut-Valera Mendigutia quien se encargue de finalizar la monumental obra de su padre, Lorenzo Coullaut-Valera.
En 1969, seguramente siguiendo las directrices del Plan General de Ordenación de Madrid de 1941 y su Ley de 1946, con la última reforma y actuaciones acometidas sobre el paisaje urbano de la plaza, se erige la Fuente del Nacimiento del Agua (también llamada de las Conchas), obra del arquitecto Manuel Herrero Palacios.
El escultor murciano Antonio Campillo Párraga esculpirá las ninfas en 1970.
"Esta fuente, a la vez monumental y ornamental, que preside la fachada de la plaza de España al eje Gran Vía-Princesa, se caracteriza por su pregnante trazado elíptico roto en quiebro por sendos semicírculos en ambos extremos del eje longitudinal, sobre los que gravitan las dos figuras escultóricas de la composición, apoyadas en una suerte de conchas que sirven de remate a un historiado vaso central alzado en el seno de un segundo vaso exterior y concéntrico, a su vez rodeado de un basamento plano de 1,27 m de ancho y de un amplio recinto exterior, de 45 x 27 m, en traza de perfiles similares desarrollado hasta una secuencia de borde de bancos o bancadas perimetrales en configuración de un bello y romántico escenario urbano." [Monumentos urbanos: Fuente de la Concha o del Nacimiento del Agua (Ref.: 8601) © Ayuntamiento de Madrid - Área de Gobierno de las Artes - Dirección General de Infraestructuras Culturales.]
Y fue también en 1969 cuando plantaron un pequeño bosque de olivos centenarios, robles y cipreses en rededor del monumento y poco después el bonito estanque donde se refleja.
Catalanes y madrileños bailaban en 1978 frente al monumento para celebrar el Día Universal de la Sardana.
Llegados a este punto, después de haber desgranado paso a paso todos los acontecimientos y prolegómenos relacionados con Cervantes y su monumento desde 1905 hasta la fecha, ofrecemos una visión aérea de la transformación de la Plaza de España a través del tiempo.
Siglo XXI - Final y conclusión
Y aquí nos encontramos, en el final de esta extensa historia de un fiasco. Siglo XXI, 2016, año Cervantino en el que todos nos afanamos por ensalzar el genio y figura de Miguel de Cervantes Saavedra, príncipe de los ingenios.
Y es en este siglo cuando el Ayuntamiento de Madrid, con Ana Botella por alcaldesa, se apresura en buscar entre el polvo más polvo, para ratificar lo ya conocido: que don Miguel estuvo y está sepultado en las Trinitarias. Y se apresura también en erigir una lápida con errata, exhibida casi en penumbras en propiedad privada.
Eduardo Valero, durante una visita guiada y frente a la lápida, recordó y repitió las palabras del marqués de Molins:
"En cuanto á los restos de Cervantes, una cosa hay demostrada: que no han salido del Convento que él vio fundar, y en donde mandó que se enterrasen.
Por mi parte, lo confieso, me basta saber que están allí; no me importa descubrir en qué rincón. Duerme Cervantes con los que esperaron como él; guardan su sueño las que creen como él; están en su compañía las que amaron y padecieron como él.
O ¿acaso un edificio de pocas varas cuadradas será demasiado monumento para un hombre que llena el mundo con su fama?
He hecho, no obstante, cumpliendo vuestro encargo, estas averiguaciones, y en ellas he adquirido el pleno convencimiento de que allí fué sepultado, y que de allí no ha sido removido; que allí no será hallado."
["LA SEPULTURA DE MIGUEL DE CERVANTES". Memoria escrita por encargo de la Academia española y leída a la misma por su director el marqués de Molins (1870) pp. 145-146]
Sobre el intenso y exhaustivo trabajo desarrollado por cada uno de los profesionales y especialistas intervinientes en las excavaciones nada debemos criticar y mucho es de alabar por cuantos resultados obtuvieron. Más la reducción 4.2/32, que data del siglo XVII, les acercó a Cervantes y un posible hallazgo de sus restos, algo que sólo podrá ser ratificado al 100% algún día con pruebas de ADN.
La conclusión delInforme ejecutivo de la segunda fase (2015) dice:
"En definitiva, a la vista de toda la información generada en el caso de carácter histórico, arqueológico y antropológico, es posible considerar que entre los fragmentos de la reducción localizada en el suelo de la cripta de la actual Iglesia de las Trinitarias se encuentren algunos pertenecientes a Miguel de Cervantes."
Nada más que agregar al respecto.
Después, el otro Ayuntamiento de Madrid, el de Manuela Carmena, pone en marcha un concurso de proyectos para reformar la Plaza de España; concurso que aún está en proceso de votación y que pueden ustedes conocer eneste enlace.
Y casi a la vez, o un poco antes, una Plataforma dice que Cervantes está orientado malamente, " enseñando el culo a la Gran Vía". Entonces proponen darle la vuelta, para que el hidalgo Quijote y su fiel escudero Sancho se den de bruces con el litigado Edificio España.
Pero nadie-ninguno de ellos, ni ningún otro-fue capaz de dar por inaugurado el monumento.
"Recuérdese, por citar ejemplo bien notorio y presente, que el monumento a Cervantes, de la plaza de España, proyectado en 1916 e iniciado en 1925, sólo ha sido completado en 1961 con la colocación de diversas efigies, evocadoras de personajes cervantinos. No puede, sin embargo, decirse que tal monumento de la plaza de España haya sido finalizado después de su inauguración, pues se trata-lo cual constituye sin duda una nota curiosa-del único monumento de Madrid jamás inaugurado o descubierto oficialmente por autoridad alguna." [Hoja oficial del Lunes (III) 1.211, p. 8. Madrid, 1962]
El lector puede entender ahora porqué decidimos poner a este trabajo el título de "Historia de un fiasco". Más que demostrado queda en el extenso recorrido histórico realizado:
Muchas gracias por vuestra atención.