Dejar a un lado la figura de Miguel de Cervantes Saavedra en la celebración del IV Centenario de su fallecimiento para centrarnos en el monumento de la Plaza de España parece no tener mucho sentido; sin embargo lo tiene.
La historia de este monumento engloba todas las buenas intenciones fraguadas desde 1905 para rendir homenaje a tamaña figura de la literatura española. Tributo que nunca llegará -incluso en este siglo XXI- a igualar, o tan siquiera acercarse, a la grandiosidad de Cervantes.
"¿Quién pretende que no se hace nada para ir preparando el Centenario de Cervantes en ese año de 1916, que se nos está viniendo encima á más andar?.
Pues sí que se hace. Poco es; pero más vale algo que nada. Y yo-perdón por el uso de este "satánico" pronombre-no puedo menos de consignar con fruición que al fin hay por estas tierras de distraídos, perezosos y, analfabetos quien me hace la singular merced de prestar alguna atención á mis insistentes y ya viejas prédicas sobre la materia."
Con estas palabras de Mariano de Cávia, publicadas en El Imparcial de enero de 1914, comenzamos la segunda parte de la " historia de un fiasco".
CONTENIDO: PRIMERA PARTE (1905-1913) - SEGUNDA PARTE (Enero-Mayo, 1914) - (Junio-Diciembre, 1914) - TERCERA PARTE (1915) ....
Como recordaremos, en 1910 se decide el emplazamiento del monumento, que será en la antigua Plaza de San Marcial; hecho confirmado en 1913 por orden ministerial.
Una Real Orden del 12 de octubre de 1912 anunciará el concurso de anteproyectos para la construcción del monumento. Y poco más.
Segunda parte (Enero a mayo, 1914)
Comienza la I Guerra Mundial y España se declara neutral, muy a pesar de contar con políticos y gentes aliadófilas y germanófilas.
Como hemos visto, en el Madrid de cien años atrás, la contienda servirá de excusa-pretexto para olvidar el III Centenario de Cervantes.
Cervantes y los sefarditas
Con mayor entusiamo que en España -o al menos en su capital-, las naciones extranjeras habían acojido la celebración del tricentenario. Recordemos que el primer monumento a Cervantes en América se levantará en Cuba en 1908.
El caso es que Sam Lewy, reportero de El Liberal de Salónica, se hacía eco de las palabras pronunciadas por su colega Rafael Cansinos-Assens de La Correspondencia de España, quien sugería a la Comisión del Centenario que invitasen oficialmente a las comunidades sefarditas para que, como lo harían americanos y filipinos, enviásen una representación.
Lewy se entusiasma por tal iniciativa y escribe en aquel periódico alentando a los sefarditas para sumarse al " acontecimiento lingüístico de una importancia mundial". Con profunda ilusión comienza su artículo haciendo referencia a la importancia de Cervantes en la lengua española y el solemne homenaje que supuestamente le íbamos a dedicar al " noble escritor que ha hecho brillar la lengua española en todas las partes del mundo donde se habla ese tan dulce idioma."
Atendiendo a la idea de una celebración en la que participarían todas las naciones del mundo, el reportero justifica la intención de sumar al pueblo sefaradí con estas palabras:
El artículo de Cansinos-Assens
Como dijimos, Sam Lewy hacía referencia a un artículo de Cansinos-Assens y éste, a su vez, citaba otro de G. Selikovitch aparecido en la publicación askenazitaDas Yiddische Tageblatt de Nueva York.
En aquellos años el " yiddish" lo hablaban seis millones de israelitas en todo el mundo, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos, sin embargo, a pesar de ser un lenguaje cerrado, la comunidad sostenía que los israelitas de origen español habían conservado la lengua de Cervantes a través de los tiempos.
Añadía Selikovitch
Esta teoría fue aceptada y difundida por muchos periódicos askenazistas de América y Europa. Quedaba que el Gobierno español encajase bien ese entusiasmo de los pueblos israelitas por participar en la gran celebración. Y no todos supieron encajarlo.
La Posada de la Sangre y Mariano de Cávia
En Toledo se preparaban para los festejos del año cervantino recuperando la antigua Posada de la Sangre, lugar donde muchos aseguraban que Cervantes había escrito " La ilustre fregona" y cuyo espacio inmortalizaba con el nombre de " Posada del Sevillano".
La revista La Esfera publicaba una fotografía de Campúa con la pintoresca posada. Debajo del cartel puede apreciarse la lápida colocada en 1872 con motivo del 256 aniversario de la muerte de Cervantes, y en la que se afirma erróneamente que fue esa la " Posada del Sevillano".
Esta es otra vista de la posada fue realizada por Otto Wunderlich entre 1917 y 1919.
Quien nos ofrece gran variedad de imágenes y la historia de la posada es D. Eduardo Sánchez Butragueño en su blogToledo olvidado. Recomendamos visitarlo y disfrutar de la lectura del artículo La Posada de la Sangre.
Mariano de Cávia tomaba con sorna aquella iniciativa considerándola " una herejía". Comenzaba su artículo de El Imparcial con las palabras que citamos al inicio de esta entrada.
En la columna " Cháchara", Cávia decía:
Son esas las únicas palabras bienintencionadas del periodista. A continuación arremete contra una aberración, secundando las palabras vertidas por un colega en el Heraldo Toledano que hablaba de la reforma del histórico inmueble.
Lejos de ensalzar la figura del " Príncipe de los Ingenios" reconstruyendo, por ejemplo, la habitación donde había estado (en esos tiempos no se sabía aún que la posada no era la habitada por Cervantes), la posada se convertía en una construcción modernista y perdía todo signo de identidad.
Una vez más la figura del genio literario quedaba relegada al olvido y el mesón donde el propio Cávia, junto a Blasco Ibánez y Rodrigo Soriano, había comido alguna vez rememorando el Siglo de Oro, abandonaba la olla del mediodía y el sabor castellano para incorporar en su menú platos en francés.
Cervantes en la escuela
La Prensa anunciaba la publicación del libro "Cervantes en la escuela", (editado en 1913), obra del ilustre geógrafo y cervantista D. Acisclo Muñiz Vigo. No comparable con las variadas publicaciones de temas cervantinos editadas para conmemorar el III Centenario del Quijote en 1905, se puede decir que "Cervantes en la escuela" es el primero que cubre las necesidades pedagógicas sobre el tema y se acomodado a la enseñanza de aquellos tiempos.
En febrero los reyes acuden a Sevilla para participar en varios actos. En uno de ellos otorgaba Alfonso XIII la posesión de plaza de académico a D. Adolfo Rodríguez Jurado (Presidente de la Diputación provincial) en la Academia de Buenas Letras de aquella ciudad.
Rodríguez Jurado leyó su discurso, centrándolo en la vida de Cervantes y sosteniendo que era natural de Córdoba. Basaba su afirmación en los autos del pleito sostenido entre Tomás Gutiérrez y la Hermandad de la Sacramental de Sevilla, donde Cervantes había comparecido como testigo declarando ser " vecino de Madrid y natural de Córdoba".
Lo bueno es que los académicos posteriormente encargaron al Ayuntamiento cordobés iniciara una investigación al respecto, cuando debía ser labor de los ilustrados señores.
Puedes ver un fragmento del discurso en este enlace: CERVANTES CORDOBÉS
El País de 17 de febrero publica un extenso artículo que habla de las exposiciones que se preparaban en Barcelona y Sevilla, coincidiendo esta última con el Centenario Cervantino.
El título "Acordaos de Cervantes" advertía de la poca importancia que se le daba, por eso el periodista (desconocemos la autoría) esboza unas cuantas ideas. Muchas de ellas deberían haberse puesto en práctica hace muchos años... Aún estamos a tiempo.
Al periodista le parece bien que se realicen exposiciones, se editen libros y se den conferencias. Insta a los museos a tomárselo en serio; incluso cita al del Ejército -Cervantes fue soldado-, y al de la Marina -Cervantes quedó manco en Lepanto-. Pero entiende también que Madrid, Alcalá de Henares, La Mancha y Sevilla debían trabajar en conexión para preparar un homenaje monumental.
Lo más curioso -y que en la actualidad muchos reivindicamos-, es la referencia que hace a " la Sociedad del Turismo, que es la encargada de atraer forasteros". Faltando dos años para la celebración del tricentenario se planteaba esta pregunta: " ¿no puede prestar ya interés y atención a las fiestas del Centenario de Cervantes?".
Al final del artículo sentenciaba:
En ocasión de lainauguración del monumento a Ramón de Campoamor en El Retiro, decía Arturo Mori en El País de 18 de febrero:
La noble estatua de la Plaza de las Cortes, tan diminuta en su entorno, era llamada por muchos " el pisapapeles de Cervantes".
Por cierto, a finales de febrero de 1914, el día 22, un fuerte ciclón causó varios estropicios en la ciudad; entre ellos, la caída de uno de los pinos que en la foto se ven de más jóvenes, pero que ya era grande y al derrumbarse destrozó parte de la verja.
La Liga Cervantina y el Gobierno
Una Comisión de la Liga Cervantina se reúne la mañana del día 3 con D. Eduardo Dato Iradier y le solicitan el concurso del Gobierno para celebrar con la mayor solemnidad el Tricentenario.
Indicó el presidente que en breve se publicaría el decreto designando la Junta magna y el Comité ejecutivo encargados de organizar la celebración. Un decreto más para la colección que se hará efectivo el 22 de abril.
Herencia para Cervantes
En la sesión de la Cámara alta del 4 de abril habló el senador Sr. García Molinas alegando que estaba autorizado por el eminente escritor D. Arturo Cuyás a poner en disposición del Gobierno la suma de casi 6.000 duros que, para levantar un monumento a Cervantes en Nueva York, allí se había recaudado antes de la guerra de España con Estados Unidos.
En vista de la enemistad entre las dos Naciones, y ante la imposibilidad de cometer aquella empresa, el Sr. Cuyás había pedido autorización a los donantes para depositar el dinero recaudado en una cuenta de La Sociedad de crédito El Hogar Español.
El depósito fue generando intereses hasta conseguir la nada despreciable cifra de unas 30.000 pesetas.
La donación quedó pendiente hasta la formalización de la Comisión encargada de organizar la erección del monumento. ¿Pero no estaba nombrada de antes?
Real decreto de 22 de abril
Transcribimos la exposición de la presidencia del Consejo de Ministros enviada al rey, y el posterior decreto firmado por el monarca el 22 de abril de 1914.
Ya hemos visto los anteriores decretos y reales órdenes firmados desde 1905, variando en poco cada uno de ellos.
Como vemos, en el artículo 3º, punto 1, se vuelve a mencionar la suscripción voluntaria para la creación del monumento.
El 23 de abril de 1914
Por la mañana, a las once, en la iglesia de las Trinitarias se celebraron solemnes funerales en memoria de Miguel de Cervantes Saavedra y de cuantos cultivaron gloriosamente las letras españolas. Al acto asistió en Corporación la Real Academia Española.
Proyectos de la Liga Cervantina
Pocos días después del aniversario de Cervantes, la Liga se reúne en el salón de juntas de la Presidencia del Consejo de Ministros para nombrar al nuevo presidente de la Corporación, Sr. Rafael Altamira. Era elegido vicepresidente el ministro de Argentina en España, Sr. Marco M. Avellaneda.
En ese acto el flamante presidente firmó varios nombramientos de socios honoríficos, entre los que se contaba el Cuerpo diplomático de las Repúblicas hispanoamericanas, directores de Prensa, escritores y políticos.
Además, como si fuesen pocos los festejos redactados en el Real decreto, la Liga acordó hacer una exposición titulada " El ambiente de Cervantes", compuesta por obras modernas, postales o cuadros de la patria de Cervantes, estatuas, etc. La organización de un certamen literario; la representación de una égloga; de la comparsa de Angulo el Malo y el Carro de la Muerte; jácaras y bailes de la época.
También la organización de varias conferencias, llevando por título una de ellas " Don Quijote como caso de locura". Y para todos esos menesteres se acordó recabar el concurso de la iglesia (Cofradías, si existían aquellas a las que perteneció Cervantes), con la Casa Real, Ayuntamiento, Ejército, Marina, Casa del Pueblo, Círculo de Bellas Artes, Centro de Hijos de Madrid, etc.
Los restos de Cervantes
No conformes con lo expuesto por el marqués de Molins en otros tiempos, la Liga Cervantina se reúne a finales de mayo para nombrar una Comisión científica que se encargaría de investigar e identificar los restos de Cervantes. La componían los señores D. Fermín Calbetón y D. Luis Maldonado.
Y esto fue lo que se contó y se hizo por Cervantes los cinco primeros meses del año 1914, a 298 años de su muerte y con el tricentenario en la puerta. Veremos como acaba ese año y en cuanto se engrandece la figura del Príncipe de los Ingenios.
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