Su nombre se origina ya en el 1229, con motivo del establecimiento de mojones entre las tierras propias de los arzobispos de Toledo y las del maestrazgo de la orden de San Juan. Denominándose "Villar de Cañas".
En el término municipal hay restos arqueológicos de interés : el Cerro Tirez (de la Edad de Bronce, 3.000 aC), también hay yacimientos romanos, árabes (zona del el Castillo) o medievales.
Este territorio fue conocido y habitado por los íberos y los celtas como lo demuestra la existencia de la cañada Soriana, camino de ganados trashumantes utilizado por dichos pueblos.
Cuatro poblados existieron en diversas partes del término, sin que se pueda precisar dónde, anteriores al actual emplazamiento del pueblo : Borregas, Tirez, Ormeña y Ormeñuela.
Nuestra historia moderna está ligada a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, Villacañas era una de las catorce villas que componían el Priorato de San Juan, que tenía sede en Consuegra.
Es posible que gentes castellanas y galaicas repoblaran nuestro país, ya habitado en 1229; pero es en 1230 cuando Ferrant Ruiz, el comendador de Consuegra otorga la carta de población para los que deseen habitar en esta aldea y a los que así lo hicieran se les daría para regirse el fuero de Consuegra, de quien había de depender.
El título de Villa se alcanza en 1557, en que Villacañas se desliga del vínculo feudal que mantenía con la Orden de san Juan.
A partir de esa fecha se comienzan a arrendar tierras de labor y en el caserío se empiezan a notar edificios de interés: Iglesia Parroquial siglo XVI, casa blasonadas. En el siglo XVIII nos muestra un periodo pujante; se construye entonces el nuevo Ayuntamiento, pósito, reformas en la iglesia -camerino-, ermita de la Virgen, San Roque.
A finales del siglo XVIII cuando aparece en nuestra población, a consecuencia de la desamortización y de la consiguiente roturación de nuevas tierras cuando aparece el jornalerismo; este proceso se acelerará en el siglo XIX con la aparición de una amplia burguesía propietaria de tierras y unos braceros que, por economía, se verán obligados a construir viviendas subterráneas, que conforman un conjunto arquitectónico único en el mundo: Los Silos, hoy declarados Conjunto de Interés Histórico Artístico (B.I.C.)
Durante la Guerra de la Independencia, Villacañas se distinguió por su lucha contra los franceses, que, del 20 al 25 de Diciembre de 1809, fueron rechazados varias veces en su intento de entrar a la villa.
El tendido de la línea férrea en 1853 provocará cambios en la fisonomía urbana que aún hoy son apreciables: bodegas, fábricas, fondas, estación, casino o teatro y una dinamización social y económica que la harán cabeza de comarca.
El día 14 de Septiembre de 1.893, a las cinco de la tarde, hubo una terrible inundación en la que perdieron la vida 43 personas, que habitaban en los silos, entonces en número de unos 600; de los que resultaron inundados 300, y de ellos 52 totalmente destruídos, 71 ruinosos para destruir y el resto mas o menos anegados pero sin ruina inminente. 117 familias perdieron todo cuanto poseían y 43 la mitad de sus enseres. Las caballerías de trabajo ahogadas fueron 46. Fanegas de trigo perdidas 1.060. En el resto de la población hubo también casas arruinadas, comercios y bodegas anegados, tapiales llevados por las aguas y pérdidas muy respetables.
Villacañas, al igual que todos los pueblos de La Mancha, fue escenario de la crueles disputas, e inhumanas matanzas del ejercito nacional sublevado y el republicano. Sin duda, la época de la Guerra Civil y la Dictadura de Franco frenó el desarrollo ocasionado por la industria vinícola y maderera. No es hasta los años 70 y 80 cuando se nota la prosperidad económica
La población crecerá a partir de entonces hasta desbordarse con la emigración forzada por la rápida industrialización de los años 1960-1970, bache demográfico del que afortunadamente ya se ha salido. En la actualidad (enero 2004) los habitantes son 10.300. Su principal dedicación fue ayer la agricultura y sus industrias accesorias de fábricas de harinas, elaboración de vinos y alcoholeras. Hoy en día la agricultura sigue a plena explotación, no así las industrias de productos agrarios. El principal desarrollo industrial de Villacañas se debe a la creación de grandes fábricas modelo dedicadas a la producción de puertas de madera y afines. En la actualidad esta actividad ocupa a más de 3.500 empleados, de los que 2.000 son villacañeros y el resto proceden de otros pueblos de esta zona manchega que componen la parte oriental de la provincia de Toledo y también algunos de pueblos de las de Ciudad Real y Cuenca.
En este contexto vemos que el espíritu empresarial villacañero, con una veintena de fábricas dedicadas al sector maderero, hace compartir este importante volumen industrial con los vecinos de estos otros pueblos que, diariamente, se desplazan al nuestro por razones laborales. Destacar como dato curioso que de Lillo, Villa de don Fadrique, Quintanar de la Orden y Villafranca de los Caballeros sobrepasan, cada uno el centenar de puestos de trabajo,
Es así mismo significativo el peso en nuestra economía de las industrias textiles de confección de edredones y ropas de hogar, con dos centenares y medio de empleadas; y además, otros talleres de confección de prendas de vestir.
Toda esta iniciativa empresarial y obrera de los últimos años originan la configuración actual de la ciudad actual, con caserío renovado, polígono industrial y equipamientos sociales que hacen de Villacañas una población saludable para sus habitantes y visitantes.
Revista Cultura y Ocio
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