Revista Opinión

Historia. El final del Regimiento Alcantara 14 (1).

Publicado el 03 octubre 2012 por Cspeinado @CSPeinado

Historia. El final del Regimiento Alcantara 14 (1).

Foto de Internet. Héroes Españoles en estado puro.

Son tantos los héroes que la Historia ha dado y tantísimo el bombardeo mediático sajón que es difícil creer que en nuestra misma España hubo muchos y muy grandes hombres que entregados al noble arte de la milicia defendieron un modo de vida, un país y una banderan entregando a cambio y sin dudar lo único que tenían, la vida, porque rendirse era perder la Honra y eso, para un español, es la peor de las desgracias. Así, y aunque nos han adoctrinado en que toda la Historia de España es desde el año mil novecientos treinta y seis hasta la actualidad, hay mucha más historia y muchos más desastres. Batallas en la que España perdió a muchos de sus hijos y en que la nobleza de su entrega resulto tan grande cómo la inutilidad de su entrega al combate. Una de esas desgracias que sacudirian a España en los primeros años del sigloVeinte sería el Desastre de Annual, donde el General Silvestre arrojó miles de hombres a la muerte segura. Un desastre en el cual un Regimiento, el Alcántara 14, pasaría a la historia por su arrojo y valentía ante lo imposible. 
El Desastre anunciado.
La muerte de casi todos sus integrantes sería la rúbrica gloriosa a una acción militar sin la cual la retirada de sus compañeros habría sido totalmente imposible. Esa retirada, enmarcada en el llamado Desastre de Annual, es parte de la Guerra del Rif, por la cual, España, conocería las dentelladas en el propio cuerpo de las rabiosas tribus rifeñas. Sin duda alguna, se medirian unas fuerzas militares muy lejanas a sus pasadas glorias por parte de España con unas fuerzas irregulares, encuadradas en guerra de guerrilla, bien conocedoras del terreno y acaudilladas por el irreductible Abd el-Krim. Todo ello tras ocupar de manera efectiva unos veinte mil kilómetros cuadrados en territorio Marroquí a excasos kilómetros de Melilla. La rotura de un mojón con el escudo nacional sería la mecha que prendería una tensa situación que desembocaría en una sucesión de acciones militares por las cuales se levantaría el Rif contra España durante varios y complicados años.
El Alcántara 14 era un regimiento de Caballería a las órdenes del por entonces comandante general de Melilla, General de División Manuel Fernández Silvestre, a la sazón un militar muy experimentado que había ascendido pro méritos de guerra. Corría el año mil novecientos veinte y Silvestre decidió avanzar por territorio rifeño con el objetivo de alcanzar la ciudad de Alhucemas, situados a una centena de kilómetros de Melilla y para lo cual había que cruzar, ineludiblemente, territorio hostil y enemigo. El objetivo de Silvestre era establecer una línea de abastecimiento regular entre ambas poblaciones procediendo a pacificar la zona sometiendo a los rebeldes por la fuerza, habienda cuenta de que la diplomacia había resultado del todo inútil. Lo malo vino cuando los rebeldes, lejos de someterse presentaron batalla y la situación empezó a estropearse por momentos, agravado el hecho por la ausencia de pertrechos adecuados de las tropas y la mala disposición y suministro de agua a los blocaos situados a lo largo del camino.
Comienzo de la masacre.
Los rifeños no eran precisamente hermanitas de la caridad y atacaron sin piedad a los que pretendían colonizarles. El hecho que motivó el conocimiento de la salvaje forma de proceder y que corriendo cómo un reguero de pólvora no ayudó a apaciguar los ánimos de las ya bisoñas tropas españolas, fue la toma, capitaneados por el referido caudillo Abd el-Krim, que se daba la circunstancia de haber sido profesor de árabe del General Silvestre, de la posición de Abarrán. En tal lugar, todos los defensores españoles fueron pasados a cuchillo cómo advertencia al resto de las tropas que pretendian pacificar la zona cómo protectorado español. En ese contexto de rabia, el comandante Julio Benítez se arrojó al desierto y tomó, no sin dificultades añadidas, el territorio de Igueriben para seguir abriendo camino hacía el centro del Rif en lo que resultó una acción suicida, quedando cercados por tropas irregulares y sedientas de sangre sin posibilidad de resistencia. 
A pesar de ello Silvestre intentó salir a campo abierto con todo lo disponible en Melilla a fin de auxiliar a Benítez que, sin embargo, ya había perdido la posición hacía tiempo. El efecto llamada no tardó en cundir la derrota española enardeciendo los ánimos de los rifeños. Se calcula en unos dieciocho mil los rifeños que calleron sobre el campamento de Silvestre establecido en el territorio de Annual. En esos casos el peor de los amigos es el Pánico y el mismo suele surgir en una situación desesperada en la que la moral está por los suelos. En esa tesitura se debatían los cinco mil soldados que a las órdenes del General estaban atrincherados viéndolas venir. La situación pintaba bastos y ante la imposibilidad de echar raices con una mínima esperanza de éxito se consintió en abandonar la posición y huir a Melilla a la mayor brevedad posible. Todo ello en un camino plagado de enemigos, mucho mejor preparados y que podían caer sobre las tropas sin elmenor de los miramientos. En aquella retirada caótica y desesperada acontecida en tierra africana el veintidós de julio del veintiuno entraría en la Gloria de las Armas Españolas el Regimiento Alcántara 14.
Primeras acometidas del Regimiento.
El Alcántara entraría en combate por primera vez al serle ordenado que, bajo ninguna circunstancia debían de dejar de cubrir la retirada de las desmoralizadas tropas españolas. Casi setecientos jinetes obrarían el milagro, sablazo va, sablazo viene y tras sucesivas oleadas de cargas contra el enemigo de proteger a aquellos hombres que perdían la vida corriendo en dirección a Melilla. El Regimiento se habría encontrado con todo el pastel tras salir muy de mañana a acompañar a otro regimiento con la orden de ocupar una posición para proteger el crítico paso de Izumar. Un desfiladero clave para el tránsito de mercancías y tropas por el Rif. La evacuación del campamento que citamos se produciría casi simultáneamente a la llegada del Regimiento, siéndoles ordenados por parte del segundo General en Jefe la protección de aquellos, con los que se encontrarian de frente antes de llegar a Izumar, huyendo en completo desorden, siendo ostigados y tiroteados por los rifeños desde las alturas del principio del desfiladero.
Continuará>>>
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