Historia universal de la ginebra.
Lesley Jacobs Solmonson
Lesley Jacobs Solmonson lleva más de quince años escribiendo sobre comida, vino y licores. Escritora y periodista norteamericana cuyos artículos se han publicado en Chilled, Gourmet, Wine Enthusiast, Dining Out y LA Weekly, donde escribe regularmente. Es la co-fundadora, junto con su marido, de la web sobre licores 12bottlebar.com y actualmente trabaja en la historia universal de los licores. Respecto a la ginebra y su historia demuestra conocimiento, pero sobre todo saber hacer respecto a lo que podría haber sido un auténtico tocho enciclopédico. Es un libre breve -no llega a las doscientas páginas-, pero con profundidad. Separa el grano de la paja. Evita una historia excesivamente densa limitándose a lo importante, un visión global pero al mismo tiempo concreta. Utiliza un estilo directo y ligero. Su narrativa, su estilo, el libro en sí mismo no está dirigido exclusivamente a expertos, gourmets o interesados; sino que esa fluidez le accesible a todo público, y curiosos.
Lo cierto es que la de la ginebra es una historia curiosa. Quien dijo con afán peyorativo que "la ginebra sabe igual a como huelen los árboles de Navidad", seguramente, no imaginó que el aroma a pino es también origen de su prestigio, ya que el enebro, ingrediente principal, se utilizó antiguamente con fines curativos. En sus orígenes y también en Norteamérica en el siglo XX la ginebra se popularizó entre las mujeres para dolencias ginecológicas. Pero no todo fueron cosas positivas. Aunque los ingleses siempre fueron grandes bebedores, la locura que se vivió a partir de 1710 hasta 1751, cuando cayó la producción de cerveza y se incrementó la de la ginebra, se desató una ola de delincuencia que estuvo a punto de asolar la ciudad de Londres. No fue tanto la novedad lo que impulsó su consumo, sino el hecho de que fuera barata y además de fácil fabricación. El escritor William Faulkner fue un 'productor casero' del destilado. La pobreza gobernaba en la sociedad y los pobres buscaban consuelo donde podían. Pese a todo, las muertes y aquella situación tenían más que ver con las condiciones sanitarias y la pobreza. Aun así, Sir Joseph Jekyll impulsó una ley en el Parlamento que, entre otras cosas, incrementó el precio de la licencia para vender ginebra. Y en 1751, otra ley se propuso terminar finalmente con "la causa del delito". Así, las tasas sobre los licores se subieron al 50%, se prohibió suministrar aguardiente a locales sin licencia y cerraron pequeñas tabernas.
Regresó con el Imperio Británico y la Royal Navy la 'encargada' de popularizarla y crear lo que se considera el precursor del gintonic. Hablamos ya del siglo XIX, la quinina se utilizaba como remedio para la malaria y los soldados de la Compañía Británica de las Indias Orientales la mezclaban con agua, azúcar, lima y ginebra. En 1858 apareció el "agua tónica india" para simplificar la mezclar, y en 1870 Schweppes Company sacó su propia versión.
Con la Revolución Industrial cambió también la imagen y la acepción de la ginebra. Beber se convirtió en un acto social y no en un medio para emborracharse y olvidar las penas. Surgieron para ello los palacios de la ginebra, que Charles Dickens describió en Escenas de la vida de Londres como "la seducción encarnada". Diseñados por prestigiosos arquitectos de la época, eran salones vestidos de glamour con un largo mostrador sin asientos y una sala abierta. Aumentó la calidad del producto con la aparición de nuevas técnicas y destiladores profesionales conocidos hoy en día como Tanqueray o Plymouth que fijó las bases de la ginebra moderna. La ginebra era una bebida respetable y sofisticada que consumían ahora las clases medias, media-altas, por lo que se instó a que desapareciera el veto a la exportación. En 1850 Gran Bretaña empezó a exportar sus destilados a Norteamérica, hasta entonces cuna del cocktail, y el dry martini se impuso a finales del siglo XIX sobre la ginebra holandesa jenever que se consumía entonces allí. A principios de los 60 el gintonic estaba establecido como una bebida refinada que aumentó en popularidad cuando JFK dijo que era su bebida favorita. Pero antes de eso, la ginebra tuvo que hacer frente a otra ley prohibitiva como la Volstead para proclamar Estados Unidos un país "seco", pero que gracias a ella surgieron clubes clandestinos míticos hoy día como el neoyorkino Cotton Club, y alrededor de ello personajes y gángster que han dado para miles de historia, como Al Capone.Historia universal de la ginebra es una obra cuidadosamente ilustrada, que también ha sabido elegir con cuidado cada anécdota, hecho y circunstancia. Además, el libro se completa con un recetario para preparar los mejores combinados de ginebra, y un catálogo para conocer las mejores y más destacadas ginebras. Una obra para degustar, propios y extraños, que hasta al más abstemio levantará la curiosidad. Acompañar, eso sí, con 30 ml de ginebra Hendrick's, 30 ml de Aperol y otros de de Lillet Blanc bien mezclados y agitados.
HISTORIA UNIVERSAL DE LA GINEBRALesley Jacobs SolmonsonMalpaso, 2015185 Págs.Gin: a global history
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