La rutina ha vuelto. Y lo ha hecho así de golpe, como una montaña rusa de la que no puedes bajar hasta que terminen las tropecientas vueltas que has pagado con tu entrada. Y es difícil mantener la calma boca abajo, piernas colgando, looping arriba, looping abajo... Sí, digno parque de atracciones el regreso a la rutina. Pero ahí estamos, esperanzados de abrir los ojos en el looping-500. Para calmar un poco tanto ajetreo, ¿qué mejor que las historias de los demás? Por eso ya tenemos aquí las de septiembre :
Número 1. Alabama Monroe. The Broken Circle Breakdown, Bélgica 2012. Cuenta la historia de un amor a primera vista. La vida entre Elise y Didier, dos personas completamente distintas que unen sus destinos y viven la enfermedad su hija y sus consecuencias.
Podría decir que es una de las películas más tristes de la historia. Podría afirmarlo, al menos para mí. Es una película de flashbacks constantes. Nos va presentando secuencias de sus vidas junto al pasado del qué vienen y el futuro consecuente. Bonita historia de amor, apasionada, fuerte. Triste vivencia de la enfermedad tan grave de una hija. No he sido madre pero debe ser desgarradora esa situación. Y tras los golpes fuertes de la vida… las consecuencias y la fortaleza necesarias para enfrentarse a todo. Dura, muy dura. Con una ambientación en la Bélgica amante de todo lo americano, con una música country interpretada por los mismos protagonistas excepcional. Un final precioso, intenso y duro. Por cierto, después de verla poneos la BSO, una delicia country.
Número 2. Pride.Pride, Reino Unido 2014. En 1984, y con Margaret Thatcher como primera ministra, se convoca una huelga de mineros que recibe el apoyo de un grupo de gays y lesbianas. Narra la historia de la unión de dichas fuerzas por una causa común.
Las películas basadas en hechos reales siempre se viven de forma distinta. Sabes que esos personajes fueron reales, vivieron esos hechos y, cuando al final de la película te dicen cómo están o cómo acabaron, te das cuenta de que la historia siguió más allá de la pantalla. Tiene su qué. Me ha encantado la estética ochentera, los paisajes de Gales, las calles enladrilladas de Londres… La mezcla de dos grupos tan dispares en ideales pero que acaban uniendo sus fuerzas. El pueblo minero junto al grupo de gays y lesbianas londinenses, su lucha contra las políticas de Thatcher, los primeros casos de SIDA, el desprecio social hacia los homosexuales en los ochenta, la lucha por el respeto… Vaya: ¡no hay que perdérsela!
Número 3. El festín de Babette. Babettes gæstebud(Babette's Feast), Dinamarca 1987. Siglo XIX en una remota aldea danesa. Dos hermanas, ya ancianas e hijas del difunto pastor del pueblo, recibirán la visita de Babette, francesa que huye de la guerra civil en París. Su llegada revolucionará el puritanismo de los habitantes del lugar.
Basada en el relatode Isak Dinesen que podéis leer antes de su visionado, ¡un cuento genial! Una película poética y distinta. ¡Totalmente distinta, diría! Muy descriptiva, con grandes dosis de material para los sentidos y que te deja atrapado en su ritmo lento y paciente. Refleja como el puritanismo extremo, que convierte en pecado todo disfrute de placeres, a veces no es posible seguir a rajatabla. A veces, el goce sensitivo debe vivirse y no dejarse perder ¡no podemos ser victorianos toda la vida! Dadle una oportunidad a esta película y tal vez os haga pensar un poquito. Eso sí, ¡os dará un hambre atroz!
Número 4: El discurso del rey.The King's Speech, Reino Unido 2010. El duque de York se convierte en Jorge VI rey de Inglaterra. Contará con el logopeda Lionel Logue, quien logrará ayudarle en su tartamudeo y le acompañará en sus múltiples discursos durante la guerra.
Normalmente no os pongo películas demasiado conocidas, ni oscarizadas, pero esta película inglesa de hace ya algunos años me ha cautivado. Emocionante el modo en qué el logopeda ayuda al rey a confiar en él mismo y a indagar en sus miedos. La estética de la película, sobre todo la casa y la consulta de Lionel, no tienen desperdicio. Así como los diálogos entre ambos y la bonita relación que nace y crece entre ellos. Una historia real de superación y de lucha. A mí me ha puesto la piel de gallina, sé que soy fácilmente impresionable, pero de verdad que vale la pena. Una película histórica, una vez más basada en hechos reales, que estoy segura que no os dejará indiferentes.
Espero que os sirvan para calmar el retorno de las montañas, playas o paraísos desconocidos. Y como decía Luis García Montero "sobre el acantilado del recuerdo, después que mi memoria se convierta en arena". En el recuerdo quedan ya las vacaciones, feliz inmersión en la rutina.