Hoy llego puntual a nuestra cita de los jueves, y os traigo una nueva historia real de infertilidad que me encantaría que os quedaseis a leer.
Hola, me llamo Isabella o Amanda. Claro, son mis pseudónimos en internet. Tengo 33 años y tengo dos profesiones: comunicóloga y health coach. Mi twitter es: @jackybonifaz aunque casi no hablo de infertilidad, sí hablo mucho de nutrición y ejercicio. Facebook personal tengo, pero no está relacionado con este mundo virtual, tengo fan page relacionado con temas de nutrición, y mi blog: BitterSweetOrquest, aunque tampoco escribo mucho.
¿Cuánto tiempo has intentado quedarte embarazada de forma natural? ¿Estás buscando tu primer hijo?
Bueno, vengo planeándolo desde que tengo 29 años; me casé a los 28 y como ya llevaba bastante tiempo con mi ahora esposo, en realidad no quise pensar tanto mi primer embarazo. Mi plan siempre fue embarazarme antes de los 30. Pero como dicen, haz planes y Dios se reirá de ti. Ahora ya no hago planes.
Desde los 29 y hasta los 31 años estuve buscando embarazarme de forma natural, pues en los estudios sólo salían infecciones leves y nada que me impidiera embarazarme. Vamos, físicamente estaba bien. No sana, pero sí bien. Estuve casi un año con antibióticos, estudios diversos y empecé con el método del ritmo, luego temperatura basal (del cual me hice experta), pararme de cabeza, relaciones programadas, vitaminas… en fin. Y nada.
Alguna vez, cuando tenía 27 años, en una plática con amigas, yo comenté que presentía que me iba a costar mucho trabajo embarazarme; no sabía ni por qué lo dije, quizá fue porque siempre he sido muy delgada, mis reglas no eran exactamente puntuales y había batallado mucho con el acné… por lo tanto, sospeché eso. Desde entonces leía historias de infertilidad y métodos. Nueva no fui, y afortunadamente siempre estuve informada al respecto. Pero hubo algo de lo que jamás sospeché a pesar de consultarlo con los diferentes ginecólogos a los que consulté…
¿Cuál es el diagnóstico por el cuál no conseguís el embarazo?
Endometriosis. Pero aún no sabemos a qué grado y qué tan afectado están mis órganos pues hace tres años que me hice la histerosalpingografía y las trompas las tenía perfectamente permeables, y aún así no me embaracé.
Y menciono que era algo que jamás sospeché porque muchas veces les pregunté a los médicos si era normal que me doliera tanto y cada vez fueran más fuertes los dolores en la regla y TODOS, absolutamente TODOS me dijeron: sí, es normal. Tómate tal o cual antiinflamatorio y listo. Y sí, podía hacer mi vida normal después de la pastillita, y durante muchos años me acostumbré a eso. Para mí, es aquí donde está la desinformación.
¿A qué tratamientos de fertilidad te has sometido? ¿Vas a someterte a alguno más?
Hasta ahorita sólo he tenido tres ciclos de estimulación ovárica con Serophene, Ovidrel y Geslutin. Después del primer ciclo, noté que los dolores de regla se exponenciaron considerablemente. Normalmente sólo me dolía un día y con el tratamiento estaba dos días tumbada en la cama y ni el antiinflamatorio me ayudaba con el dolor.
Así los tres ciclos, cuando llegaba la regla me la pasaba dopada y tristísima de los negativos. Fue así como decidí ya no seguir con esos tratamientos y tratar mis dolores primero. Contacté a un médico y le platiqué mi caso, me dijo que tenía que hacerme una laparoscopía para descartar la endometriosis. Y que es probable que lo más efectivo para mí sea de entrada, una mini FIV, pues estoy ovulando muy bien.
Sin embargo, antes de entrar de lleno a esa gran aventura que son los tratamientos complejos de infertilidad, pues decidí hacer un receso espiritual y alimenticio. Me sometí a una dieta de desintoxicación durante tres meses en donde noté un gran cambio: mis dolores de regla disminuyeron considerablemente, mi acné se fue y mi piel cambió. Actualmente ya no tomo ningún antiinflamatorio para el dolor, lo cual es un gran logro. Pero sigo sin conseguir el embarazo.
Me voy a someter a una mini FIV, una vez que junte el dinero.
¿Qué opinas de la ignorancia que existe alrededor de la infertilidad?
Creo que ya no es tanto, cada vez es más común en reuniones familiares hablar de temas como: escuché que la prima de una sobrina no ha podido embarazarse. Para mí no ha sido difícil lidiar con “preguntas indiscretas” puesto que yo siempre lo he hablado de frente, a todos los que me preguntan les digo la verdad y listo, no vuelven a preguntar, al contrario, me ayudan. Nunca sabes en dónde puede estar la ayuda, por eso yo soy de la idea de difundir el tema.
A mí, lo que sí me ha afectado muchísimo y que me ha hecho perder tiempo –que en esta carrera es indispensable- es la apatía de algunos médicos, la falta de compromiso, la empatía… por ejemplo, pude haberme ahorrado mucho tiempo si desde mi primer visita al ginecólogo me hubiera hecho los estudios pertinentes para saber que tenía endometriosis. O bien, pude haberme ahorrado consultas en centros especializados de reproducción que me “aconsejaban” entrar a ciclos programados o inseminación artificial sin escuchar que tengo dolores en la menstruación, que NO es normal que duela. Pero el hubiera no existe, y el hoy sí.
Aunado a lo anterior, es fundamental la alimentación, a lo largo de este proceso he descubierto que la infertilidad está muy relacionada con lo que nos metemos a la boca, somos lo que digerimos. Y siempre es recomendable cambiar hábitos alimenticios tóxicos para poder tener un cuerpo sano y prepararlo para ser el hospedaje más placentero y saludable del bebé.
¿Qué le dirías a otras parejas que, como vosotros, se tienen que enfrentar a un tratamiento de reproducción asistida?
Que esto es una carrera de obstáculos en la cual nunca sabrás cuál es el final hasta que llega. Que la lucha y la resiliencia es fundamental, que la alimentación y la intuición es básico para tomar decisiones. Que si el médico no te escucha, hazte escuchar. Difunde, pregunta, investiga. Y sobre todo… no pierdas tiempo, ni permitas que te lo hagan perder.
¿Alguna cosa más que quieras añadir?
Actualmente, sigo en la búsqueda. Y uno nunca sabe cuándo va a terminar, pero de algo estamos seguros: vamos a aprender muchísimo.
Muchas gracias Isabella por querer contarnos tu historia. Estoy de acuerdo contigo, ¡hay que hacerse escuchar! ¡Te deseo muchísima suerte en tu camino hacia la maternidad!