Por poco me voy a trabajar sin dejar preparada esta historia, y es que, ¿cómo iba a poder estar tranquila habiendo fallado a vuestra sección semanal?
Cuéntanos algo de ti. ¿Cuál es tu nombre o pseudónimo? ¿Qué edad tienes? ¿Tienes blog, Twitter o Facebook?
Mi nombre es Miriam, tengo 34 años y vivo en Barcelona. En Twitter soy @ms_sakura.
¿Cuánto tiempo intentaste quedarte embarazada de forma natural? ¿Estabas buscando tu primer hijo?
Lo estuvimos intentando durante 3 años. Desde enero de 2010 hasta noviembre de 2012, cuando comenzamos a probar con la reproducción asistida.
¿Cuál es el diagnóstico por el cuál no conseguíais el embarazo?
Aparentemente no había ningún problema. Descartamos temas hormonales con muchísimas analíticas; SOP, porque en algún momento hace años me vieron ovarios polifoliculares; trompas obstruidas, con una histerosalpingografía (que cosa más dolorosa!); tampoco había endometriosis… así que sin dificultad aparente nos pasamos a reproducción asistida.
Así que en noviembre de 2012, después de más analíticas, entre ellas la de la hormona antimulleriana, nos sometimos a la primera IA. No fue hasta una ecografía hecha “a conciencia” por mi ginecólogo, para ver donde ponía los embriones, donde descubrimos que mi útero era arcuato y había poco espacio. Esto no tiene porqué ser un problema para embarazarse, pero en mi caso lo es.
¿A qué tratamientos de fertilidad te has sometido? ¿Vas a someterte a alguno más?
En noviembre de 2012 hice la primera IA, con Omifín y Ovitrelle. Sangrado antes de la beta y, evidentemente, beta negativa.
En diciembre hicimos otro ciclo de Omifín, pero no llegamos a hacer la IA, porque nos pilló la Navidad. En enero, después de insistir en no hacer más IA, nuestro ginecólogo accedió a ir a FIV directos. Nuestra insistencia en ir a FIV era porque mi hermana, que tiene la misma malformación uterina, hizo 7 IA y hasta la FIV, no consiguió el embarazo.
En enero tomé unas anticonceptivas, que ahora no recuerdo el nombre. En febrero me inyecté Procrin y a finales de marzo empezamos con el Gonal. El 1 de abril de 2013 extrajeron los ovocitos. Conseguimos 5 embriones. Quedaron 3 viables, pero de calidad no demasiado buena. Nos dijeron que para aumentar las posibilidades era bueno transferir los 3, y eso hicimos (que locura!). El 16 de abril me hice la beta. Como se les olvidó poner urgente en la petición, los resultados no estarían hasta el día siguiente. Qué nervios! Y la beta fue positiva! 38 semanas después, en diciembre de 2013, después de un duro embarazo, con problemas derivados de esa malformación de mi útero, llegó esta personita que ha hecho que todo valga la pena.
La verdad es que volvería a repetir todo el proceso, pero por ahora no tengo tiempo, ni dinero (que se necesita mucho, por cierto).
¿Qué opinas de la ignorancia que existe alrededor de la infertilidad?
Creo que la ignorancia está relacionada con que la infertilidad sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad. A mí me cuesta hablar de ello con según que personas, especialmente familiares, que no tienen la mente abierta. Aún se escuchan comentarios como “no sirves”, “Dios no te quiere dar hijos”, y cosas por el estilo, que tanto daño hacen a las personas que están buscando un embarazo.
¿Qué le dirías a otras parejas que, como vosotros, se tienen que enfrentar a un tratamiento de reproducción asistida?
Que lo afronten con una actitud lo más positiva posible, y que, si necesitan ayuda psicológica, la pidan. Es bueno poder hablar con alguien que haya pasado por ello. Es un proceso duro, pero tiene una gran recompensa.
¿Alguna cosa más que quieras añadir?
Ya sé que hay otros tratamientos más importantes en los que invertir en la sanidad pública, pero el tema de la RA en algunas CCAA es desesperante. Las “largas” que te dan si eres menor de 35, y las interminables lista de espera, desesperan a cualquiera. Al final te cansas de oír aquello de “aún eres joven” y, si tu bolsillo te lo permite, lo intentas por la vía privada.
Gracias por dejarnos contar nuestras historias a través de esta iniciativa.
Gracias a ti, Miriam, por contarnos tu historia. Por cierto, ¡felicidades por tu churumbel!