El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial se localiza en la Sierra de Guadarrama a unos cincuenta kilómetros de Madrid, la ciudad que fue convertida en la primera capital permanente durante el reinado de Felipe II (1527-1598). Su alzamiento aconteció entre los años de 1563 a 1584 siendo los encargados de tal trabajo: en primer lugar Juan Bautista de Toledo y posteriormente, Juan de Herrera, el arquitecto mayoritario de la construcción.
La belleza de dicha construcción no reside únicamente en su magnificencia, su poder invasor y perturbador sobre el territorio de El Escorial, va más allá, se trata de un monumento cargado de valor simbólico con enormes funcionalidades. Tal es el caso que desde finales del siglo XVI se consideró la Octava Maravilla del Mundo, y si por si esto fuese poco sus medidas tampoco fueron escatimadas y es que estas alcanzan los 207 metros de largo y 171 metros de ancho siendo, por tanto, el mayor de los edificios construidos en España.
A todo esto le debemos de sumar que, desde el 2 de noviembre de 1984 el Monasterio comenzó a formar parte de los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, tal fecha coincidió con el IV Centenario de la colocación de la última piedra de la construcción. Vista Aérea del Monasterio de El Escorial.
Como mencionábamos, el Monasterio de El Escorial contaba con enormes funcionalidades, y es que en una misma edificación se acogía: el propio Monasterio, el palacio, el panteón real, se elaboraban productor farmacéuticos, el convento, un colegio, un museo, y por último la valiosa biblioteca.
Finalmente si apreciamos su morfología en planta nos recuerda a la parrilla en la que el santo Lorenzo fue martirizado, sin embargo, este detalle resulta ser una mera casualidad ya que esta no era la forma que en origen le quiso dar Juan Bautista de Toledo, sino que resultó una vez que Juan de Herrera tomó el mando como arquitecto y decide eliminar seis torres interiores de las fachadas. Parece, más bien, que la morfología estructural estaría basada en las descripciones del antiguo Templo de Salomón que realizó el historiador Flavio Josefo. Tomando su explicación se modificó hasta ser adaptado a las necesidades y requisitos dados para las funciones que debía desempeñar, previamente indicados por el monarca, Felipe II.
- El Monasterio de El Escorial. Leyendo su planta:
Una vez aclarado esto nos perdemos en las profundidades del Monasterio.
Planta de El Escorial.
Tras flanquear el vestíbulo nos encontramos con el Patio de los Reyes, llamado así por la galería de seis Reyes que posee la fachada de su iglesia, que son: Salomón, David, Josías, Manasés, Josafat y Ecequías. Además de ello, como elemento distintivo encontramos dos torres que permiten enmarcar la fachada de la misma.
Portada de la Iglesia de El Escorial en el que se aprecia la Galería de los Reyes.
Al avanzar hacia la basílica nos encontramos un pórtico, nártex o vestíbulo para posteriormente alcanzar la planta centralizada que compone el recinto. En esta encontramos tres amplias naves separadas por pilares, pilares que sirven de sustento a la monumental cúpula que corona la edificación.
El visitante que acude al sagrado recinto lo primero que se encuentra es el coro en alto, el cual es llamado por Fray José de Sigüenza, historiador, poeta y teólogo español, como tribuna. Tanto a la izquierda como a la derecha de la Capilla Mayor nos encontramos con esculturas orantes dedicadas de Felipe II y su familia, formando un total de cinco esculturas de bronce doradorealizadas por los Leoni, Leone y Pompeo. Bajo los oratorios nos encontramos las tumbas reales localizadas en la Cripta Real, y finalmente en la parte trasera del recinto encontramos el patio de los Mascarones.
Si miramos la mitad derecha, desde el Patio de los Reyes, al lado sur nos encontramos el Monasterio, básicamente formado por patios cruciformes, y sobre este se localiza la majestuosa biblioteca monástica.
En este mismo lado sur, igualmente, se localiza el Patio de los Evangelistas. En dicho patio está presente un extraordinario templete de tendencia muy bramantesca, el cual fue realizado por el arquitecto Juan de Herrera. En él, además, vemos esculturas de los cuatro evangelistas: San Marcos, San Mateo, San Lucas y San Juan. En esta ocasión, las torres que quedan a nuestra derecha son las llamadas la Torre de la Botica, lugar en el que se realizaban los productos farmacéuticos. Finalmente, por el lado este tendremos la Sacristía y por el lado sur la sala capitular.
Sobre el vestíbulo tendremos la monumental biblioteca, una de las salas más importantes del inmueble.
En la parte izquierda del plano, de nuevo con patios cruciformes observamos la escuela monástica, a la que se toma acceso desde el Patio de los Reyes. Y finalmente en el lado norte, encontramos el Palacio de los Borbones y justo enfrente a este, pegado a la Basílica tenemos la Galería de las Batallas además del Museo de Arquitectura.
- El Monasterio de El Escorial: Su proceso constructivo:
La creación de la planta fue obra de Juan Bautista, siendo conocida como “traza universal”. Pero al llegar su muerte, aún quedaban partes por finalizar. Entre las obras más avanzadas se encontraban la fachada del Jardín de los Frailes, la cual ya estaba totalmente unificada para aumentar la capacidad del templo, o la parte pétrea de las Torres del Prior, de la Botica y del Norte.
Juan, igualmente, proyectó que el elemento central y más importantedel conjunto que debía ser la iglesia, por lo que esta debía estar despejada sobre la fachada baja de poniente. Sin embargo, como hoy podemos visitarla es dentro del conjunto arquitectónico, con tan sólo una fachada particular que comunica con el patio de los Reyes.
Patio de los Evangelistas. Monasterio de El Escorial.
Su mayor aportación la encontramos en el Patio de los Evangelistas, patio que cuando falleció se encontraba realizado el primer piso con estilo dórico y el segundo labrado en estilo jónico. En este se aprecia cómo se produce una exacta distribución de metopas y triglifos otorgándole al conjunto una gran solemnidad.
En cuanto al patio de San Juan Bautista responde al llamado modelo “cinquecentesco” formado por un sistema de pilar y semicolumna, igual al formulado por Sangallo en el Palacio Farnese de Roma.
SANGALLO, Antonio de (El Joven). Patio del Palacio Farnese. Roma.
El 18 de febrero de 1563 entra como ayudante de don Juan Bautista el arquitecto Juan de Herrera, esto significa que estuvo desde los inicios de cimentación del edificio. Su trabajo era encargarse de las trazas y los diseños del conjunto.
Entre los trabajos que desempeñó Juan de Herrera en esta edificación tenemos en primer lugar la cambiada fachada principal en el lado noroeste. Como mencionábamos, la idea de Juan Bautista era que el visitante al llegar al Monasterio visionase en primer lugar la magnificencia de la portada de la iglesia, por ser esta el edificio más simbólico e importante de tal conjunto. Sin embargo, Juan de Herrera decide cambiarlo. Realiza una especie de trampantojo arquitectónico. El arquitecto coloca esta fachada anterior haciendo que la portada de la iglesia quede oculta desde el exterior, creando, por tanto, una segunda falsa fachada. Esta fachada principal, la recrece con motivo del aumento de tamaño del monasterio (aunque en primer lugar se pensó en dar cabida a cincuenta monjes posteriormente se vio que este número era insuficiente aumentándose hasta la capacidad de cien).
Fachada Oeste del Real Monasterio de El Escorial.
Estructuralmente se compuso portando de un gran énfasis al centro de la gran línea occidental, elevando hasta dos plantas y finalizando con una empinada cubierta.
Esta es una de las más poderosas y monumentales composiciones del Renacimiento, que responde al modelo de fachada de los que ya se realizaban en Italia, llamado como modelo del “Cinquecentesco”. En este se coloca una fachada de dos órdenes: en la planta baja se usa el orden gigante de cuatro columnas con friso sin decorar las metopas mientras que en la parte alta encontramos la formación de dos parrillas, y con elementos decorativos como el escudo del Escorial o el símbolo de San Lorenzo.
La fachada responde a una gran austeridad y sobriedad que viene otorgada gracias a la ausencia decorativa.
Portada de la Iglesia de San Lorenzo de El Escorial.
Si continuamos nuestro recorrido, nuestra siguiente parada será el Patio de los Reyes. Este está concebido con la idea original de Juan Bautista, que fuese el atrio, la parada preparatoria primera antes de adentrarnos en la iglesia. Este patio posee 230 pies de largo y 136 de ancho, en él reside el orden de primera proporción que Vitruvio marca para los pórticos. Nos encontramos con dos pisos de ventanas, lo que hace que pierda carácter de concepto y sencillez en su intención.
Sobre el orden dórico de las columnas gigantes que forman la portada de la iglesia tenemos los seis Reyes de Israel que le dan nombre al patio.
Cúpula de la Basílica.
Continuando hacia el interior de la basílica, se trata de una basílica de planta cuadrada de estructura bramantesca. Sobre los pilares se sustenta una inmensa pétrea cúpula, que representa a la corte, que podría haber sido influenciada por Miguel Ángel en su proyecto para la Basílica de San Pedro. Esta se encuentra sustentada sobre pechinas compuesta por un tambor circular.
Interior de la Basílica.
El coro lo encontramos a los pies y en su parte alta se sigue el esquema tradicional español desplegándose del espacio centrípeto de la cúpula. Bajo el coro tenemos el sotocoro que servía como iglesia popular. En el presbiterio coloca un tramo y se eleva un Sancta Sanctorum al que solo tenía acceso el soberano.
El presbiterio, el retablo, los sepulcros reales y el divino tabernáculo conforman los mayores conjuntos de una gran policromía dada por los mármoles y bronces, junto con las esculturas de los reyes portadas de pesadas vestiduras de oro.
Pasamos ahora al Patio de los Evangelistas, importante por los torreones que lo enmarcan en el espacio. En el lado sur contamos con las Torres de las Campanas y a la derecha e izquierda las Torres de las Campanillas, compuestas todas ellas a base de círculos y semicírculos.
En el centro del patio tenemos situado un templete rematado con cúpula que claramente nos recuerda al realizado por Bramante, hablamos del Templete de San Pietro in Montorio. Este patio se encuentra cargado de clasicismo dado por el arco dintel.
Izquierda. Templete del Patio de los Evangelistas. Derecha. Templete de San Pietro in Montorio, de Bramante.
Terminamos con una de las estancias más importantes de todo el conjunto: la Biblioteca. Su sala principal es rectangular cubierta por una bóveda de cañón que a su vez está reforzada por arcos fajones y compuesta con lunetos que aportan luz a la cubierta.
La Biblioteca de El Escorial.
Gracias a esta bóveda encontramos una división de siete secciones que corresponden a las siete artes liberales: por un lado el Trivium, formado por la Retórica, la Gramática y la Dialéctica, y una segunda parte que es Quadrivium, que estaba formada por la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astrología. En esta se recogen una de las mayores colecciones de códices, incunables, manuscritos y libros de todos los tiempos.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial va más allá de una obra simbólica, de una obra representativa de este arquitecto, Juan de Herrera. El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es una obra cumbre que cierra el estilo Plateresco para adentrar al territorio español en un clasicismo desornamentado, un ejemplo singular y único.
- Bibliografía y fuentes consultadas:
CHUECA GOITIA, Fernando. Arquitectura del siglo XVI. Madrid: Plus-Ultra, 1953. CHUECA GOITIA, Fernando. El Escorial: piedra profética. Madrid: Instituto de España, 1986. FERNÁNDEZ-ALBA, Antonio. El Escorial: metáfora en piedra. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2004. NIETO ALCAIDE, Víctor; MORALES, Alfredo J. Arquitectura del Renacimiento en España: 1488-1599. Madrid: Cátedra, 1989. WILKINSON ZERNER, Catherine. Juan de Herrera: arquitecto de Felipe II. Madrid: Akal, 1996.