Revista Cultura y Ocio
Puede parecer una película de las que algunos denominamos "de las 3 de la tarde", de hecho la vi sobre esa hora. También es un poco larga y no lo suficientemente subyugante para que no seas consciente del tiempo que está pasando. Sin embargo, su argumento es tremendamente interesante, diría que didáctico. Nos cuenta una faceta de la vida de Hitler que no suele aparecer en otras películas de la Segunda Guerra Mundial: su pasado y su ascenso al poder, hasta que dar el paso hacia la Cancillería fue inevitable (¿inevitable?). El cine nos tiene acostumbrados a un Hitler que ya había alcanzado el poder, pero ha prestado poca atención a su figura, a las razones que convierten a un hombre en el más cruel de los seres humanos sobre la faz de la tierra. Hay cosas que ninguna generación está capacitada para entender, nada podrá justificar el exterminio, pero sí nos permite al menos tomar conciencia de que basta con ignorar un problema para que este estalle entre nuestras manos. Adolf era una persona tremendamente acomplejada, del que todos se reían y hacían mofa, con grandes problemas de desequilibrio mental y con unas opiniones racistas que nunca escondía y que dejaban sin habla a los comensales de cualquier cena. ¿Cómo se permitió que una persona así llegase al poder? ¿Sabiendo que ponían en peligro la estabilidad de la democracia en Alemania y en el mundo entero? Pues aquí podréis contestar a esas preguntas y seguramente quedaros con la sensación de que todo lo que vino después, lo que nos cuentan las películas bélicas, fue totalmente evitable.