La técnica mata la magia. Y eso que El Hobbit, La Batalla de los Cinco Ejércitos es el mejor hobbitón cerrado de los tres. Con algunos momentos buenos. Mi pequeña verdad. Ver a un capo de los orcos virtual, hecho desde un pc, no me convence. En cine, cuando ves la sombra de una cámara, y ya no digamos de un ordenador, se rompe el hechizo, el acuerdo tácito consistente en dejarse engañar entre creadores y espectadores. Y así pasa en La Batalla de los Cinco Ejércitos. Demasiados bichos, ¡todos los bichos en plastelina de ordenador! Bites quequieren darme miedo o emoción sin conseguirlo. El oso que decanta la batalla apenas aparece cuando en la obra de Tolkien es un algo central. Y luego está el odioso sabor PlayStation. El Legolas antigravitario saltando escalones que se derrumban, las imposibles cabriolas de los guerreros, la total ausencia de versemblanza en cada plano, de este Hobbit que ha muerto, que ha llegado a su final. Todavía hoy la técnica, el cine de imágenes virtuales, los planos creados desde una cpu, ni de lejos consiguen hacerme creer que lo que veo es de verdad. Adiós Hobbit, adiós, adiós Peter Jackson, adiós.
Hobbit muerto y finiquitado