Hoy Whatsapp me ha juzgado, emitido veredicto y ejecutado condena. No debo ser lo suficiente buen usuario como para merecer sus servicios.
Y seguro que así es. No represento más que la más absoluta insignificancia, que, en su océano de bits de sumas de insignificancias crean un mastodonte que pisotea sin compasión los derechos más fundamentales de sus propios usuarios; Eso suponiendo que presupongan algún tipo de derecho a nada a ninguno de sus fieles seguidores una vez aceptan unas "Condiciones de Uso" que saben que nadie lee y que de hacerlo, tampoco se sabe muy bien qué es lo que están intentando decir.
Pero Whatsapp cambió la política de uso de tus datos recientemente. Es muy probable que ni te hayas enterado de eso y si lo has hecho tampoco sepas de qué se trata, total los colores y dibujines de la aplicación siguen siendo los mismos que la semana pasada, así que el cambio tampoco será como para echarse a temblar.
Whatsapp es de Facebook y Facebook está ahí para sacar dinero (algo absolutamente legítimo y que respeto profundamente). Eso sí, Facebook pagó por Whatsapp 21.800 millones de dólares, así que no esperes que que con una suscripción de 0,80€ que pagabas al año, asumirías ni de lejos el coste del servicio y de su adquisición por la red social.
Por eso yo, que uso un cliente no oficial (Whatsup) para utilizar el servicio de comunicación que presta Whatsapp -sí lo se, vivo al límite-, y que no permite a la red recolectar ningún dato de mi teléfono con Sailfish OS (ni mi agenda de contactos, ni mi ubicación en tiempo real, ni mis preferencias de navegación en Internet, ni los números a los que realizo llamadas, ni tantas otras que hace un teléfono inteligente por ti sin que tu lo sepas), resulta que a Facebook por muy insignificante que yo sea, eso no le gusta y me manda unas horas al purgatorio para que sufra las consecuencias de vivir sin Whatsapp.
¡Permitirme la libertad de usar un cliente no oficial! ¡A quién se le ocurre, hereje! Oh! Blasfemia que debemos castigar con un período de purga para que sufra la privación de nuestro bienamado y alabado servicio.
Y como ya sabes que no hay nada más atrevido que la ignorancia, pues por eso te cuento esto, para que sepas con quién te la estás jugando realmente mientras compartes el 90% de tu vida a través de sus servidores en California.