Revista Cine

Hola, soy Íñigo Montoya...

Publicado el 12 mayo 2012 por Manuelmarquez
Hola, soy Íñigo Montoya...* Este artículo fue publicado originariamente en mi antiguo blog (El (viejo) glob de Manuel) el 23 de abril de 2006, bajo el epígrafe Grageas de cine.
- Descubro, en una breve reseña acerca del estreno en Tele 5 de una nueva serie -Mentes criminales-, de la cual es muy probable que no llegue a ver ni una sola ráfaga (y no por ninguna animadversión especial contra ella, sino porque es tal la avalancha de series con que nos inunda la actual programación televisiva, que la pretensión de seguirlas, aunque fuera sólo en una mínima parte, resultaría simplemente enloquecedora...), que el protagonista principal de la misma -su personaje encabeza el equipo de analistas del F.B.I. cuyas andanzas recoge- no es otro que Mandy Patinkin. Para muchos de ustedes, amigos lectores, un actor veterano, de sólida reputación como secundario curtido en multitud de films y series televisivas, buen profesional, con prestaciones siempre eficientes. En cambio, para aquellos que formamos parte de la cofradía de embrujados por esa maravilla que atiende al título de La princesa prometida, Mandy Patinkin es Íñigo Montoya. Y tenemos a gala y honor el ser incapaces de olvidar la siguiente frase: Hola, soy Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir. Porque es, simplemente, como esa película, inolvidable...
- No sé si las grandes productoras hollywoodienses asocian, de manera indefectible, la formación de una familia a una extraña enfermedad cuyos síntomas más evidentes estén relacionados con la pérdida total del cerebro, pero viendo cómo, una vez más, el último ejemplar lanzado a bombo y platillo de eso que se suele denominar "comedia familiar", ese engendro que responde al título de Míos, tuyos y nuestros, parece desechar de manera absoluta la posibilidad de cualquier atisbo de actividad neuronal en sus hipotéticos receptores, habrá que concluir que así debe ser. ¿Tan difícil es elaborar un producto que, destinado a un público de arco de edad amplio, pueda aunar calidad y capacidad de entretenimiento? ¿Sólo para los solteros -y sin compromiso- se escriben guiones cómicos inteligentes? Misterios insondables de la ciencia y el arte (habrá que llamar a Íker Jiménez, y rogarle amablemente que haga averiguaciones al respecto...).
- Y, para terminar, una última diatriba. Hace ya algún tiempo que los más diversos medios, tanto generales como especializados, vienen haciéndose eco de la próxima (y ultrasecreta) operación de "trasvase de material" de la pequeña a la gran pantalla, que estará protagonizada por ese (genial) fenómeno mediático que constituyen Los Simpson. Y detecto un cierto regocijo generalizado, especialmente extendido entre los (numerosísimos y fieles) seguidores de la serie, expectantes, en positivo, ante tal buena nueva. Respetuosa, pero firmemente, discrepo. Parto de la base de que el cine, desde sus orígenes, no ha tenido el más mínimo problema en fagocitar historias y personajes (que, al fin y al cabo, no son patrimonio más que del universo de la entelequia en el que moran hasta que a un creador se les ocurre trasponerlos a un soporte comunicativo concreto) procedentes de los más diversos medios: novela, teatro, cómic, videojuego; la televisión no tiene por qué gozar de ningún "privilegio" al respecto. Pero suelo recelar de estas maniobras, en las que raramente hay algo más que una mera expectativa comercial (cuya legitimidad no cuestiono; simplemente, no me suele apetecer compartirla, ni ser partícipe de ella, cuando no va acompañada de ninguna otra...), y en las que se suele olvidar que las diferencias entre la obra cinematográfica y la obra televisiva no son una mera cuestión de soporte físico, sino que también influyen otros elementos de la más diversa índole (ritmo narrativo, secuenciación y fragmentación de los episodios, continuidad y discontinuidad en la recepción). El tema, desde una perspectiva general, daría (para ser más exactos, ya ha dado, desde luego...) para consideraciones muchísimo más extensas; por ahora, y antes de desearles, como siempre, amigos lectores, una feliz semana, tengan la completa seguridad de que este humilde escribiente -que tampoco es un feroz seguidor televisivo de esa franquicia- no hará cola ante la taquilla de ningún cine cuando llegue tan sonado estreno...
* Antecedentes penales (El (viejo) glob de Manuel) XIX.-
* Grageas de cine XI.-

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