Luciferino, ave Fénix, iluminado, mangante, masonazo, ególatra... Mario Conde no deja a nadie indiferente, cosa innegable. Su tasa de conocimiento entre la población es alta. Teniendo el alto coste de acceso a la política en España, mi paisano ya tiene parte del trabajo inicial hecho antes de empezar a trabajar.
Mirando la triste historia de los proyectos políticos personalistas en España, no podemos asegurar que estemos totalmente vacunados frente a estos espantos. En el año 89, la Agrupación Electoral Ruiz-Mateos obtuvo dos eurodiputados. El G.I.L. gobernó en ayuntamientos importantes como Marbella, Ceuta, La Línea de la Concepción o Estepona. Incluso UPyD, desde el prisma del personalismo, se lucra de los restos de la batalla del bipartidismo con cierta salud.
El aroma a desafección política, la caída en picado del apoyo popular a los partidos turnistas, la falta de algo diferente en la política (con permiso de UPyD), la gratuidad de proponer cosas agradables sin tener deudas pendientes y, en fin, las condiciones políticas ideales que la crisis hace surgir (hace seis años nadie sabía lo que era la prima de riesgo), ofrecen el escenario ideal para que los oportunistas salgan a la palestra con proyectos en apariencia inocentes.
Un proyecto personalista
Todavía no empezó a correr el partido de Mario Conde, pero todo el mundo da por hecho que será su cabeza visible. Es la única figura que puede ser reconocida e identificada en todo el país. Una estrategia muy Rosa Diez, no les queda otra. A nivel local, algún caciquillo o algún ex-consejero revenido siempre pueden ser de ayuda (ahí está el PP de Ourense en bloque, con un pasado y un futuro en la cuerda floja), pero en definitiva de lo que se trata es de poner en práctica las tesis defendidas por esta víctima del sistema.
Es evidente que todos pensamos en el pasado de Conde, y él mismo, que de tonto no tiene un pelo, sabe perfectamente que debe convertir ese pasado en un activo. Al contrario que otros políticos en activo, él puede decir que ha pasado por prisión. Su trayectoria se ve salpicada con frecuentes contactos con la gente que más poderosa se cree de este país y, después de un montón de correrías, el tipo vuelve a estar en la ola. Tesón no le falta, aunque el tesón usado para el Mal, no es algo que debamos alabar.
Algunos de sus principios
Tras un montón de palabras bonitas -tras el 15M ya a nadie le cuelan las palabras bonitas- hay ciertas cosas que el partido de Mario Conde parece ya tener bastante claras: la ley electoral (sistema mayoritario a doble vuelta con circunscripciones más pequeñas que la provincia), la función social del crédito (¿manías de banquero?) y cargarse el estado autonómico. En las conclusiones del primer congreso podéis ver más cosas.
En general, pese a que quiera aparentar otra cosa (democracia y tolerancia infinitas), el partido de Mario Conde lo veo como la plasmación del mesetarismo de barra de bar: hay que racionalizar las instituciones, etc. Frases que pueden tener una amplia aceptación, pero que ocultan un programa ideológico muy concreto que responde a una concepción de España estática y vertical. Creo que la derecha liberal española no ha hecho la necesaria crítica para defender la descentralización política como una de sus bases fundamentales. Con ello y con una educación que creen que puede seguir partiendo de un programa gubernamental, sobre todo en cuanto a la cuestión idiomática; se seguirá con el tira y afloja periferia-centro, en el que tantas energías gastamos.