El otro día vi en la Filmoteca por fin “Holy Motors” a raíz de la recomendación que hace un tiempo me hizo un amigo (más vale tarde que nunca, David). Y lo cierto que es que, a pesar de mantenerme dentro de la película durante las casi dos horas que dura, de que no tiene puntos muertos, de seguir más o menos la historia, me pareció una marcianada en líneas generales. Demasiadas ganas de Leos Carax (el director) de hacerse notar, de provocar incluso. He de aclarar que no he visto nada de la cinematografía anterior de Leos Carax, aunque sí he oído hablar de él.
Tan solo el segmento en el que aparece Kylie Minogue me llegó a emocionar. Pero lo que más me gustó de la película es el entreacto, dispuesto para descansar en mitad de los ocho trocitos que forman el argumento principal, y rodado prácticamente en plano secuencia. Es este que sigue a continuación.
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