Revista Cine

Homenaje a Chabrol

Publicado el 18 enero 2011 por Diezmartinez

Homenaje a Chabrol/III

Un Asunto de Mujeres (Une Affaire de Femmes, Francia, 1988) es, acaso, la mejor cinta de Claude Chabrol de los 80 -con una filmografía tan larga y prolífica como la de Chabrol hay que hacer este tipo de categorías-: un drama social/histórico feminista que se niega, de principio a fin, a una lectura simple y directa.

Basado en un caso auténtico sobre una de las últimas mujeres que fueron guillotinadas en Francia, el guión de Chabrol y Colo Tavernier nos ubica en la Francia ocupada de 1941. Ahí, en algún pueblito de la campiña francesa, Marie Latour (impresionante Isabelle Huppert, Mejor Actriz en Venecia 1988), hace lo posible para sobrevivir con sus dos hijitos mientras su marido, Paul (Francois Cluzet), está combatiendo en el frente. Marie es una mujer práctica, directa, sin muchas complicaciones, así que cuando descubre, por accidente, que una vecina quiere abortar -su novio se va al frente y ella no tiene cómo mantener a un hijo- ella, servicial, le ayuda a hacerlo ("No debe ser tan dificil", le dice). Agradecida, la mujer le regala un tocadicos a ella, que siempre ha soñado con ser una gran cantante. De improviso, descubre que hacer abortos en una Francia ocupada, con mujeres embarazadas que no quieren tener hijos o preñadas de hombres que no son sus maridos, es muy buen negocio. El marido regresa de la guerra, derrotado, y Marie no lo ve de mucha ayuda: no lo respeta, no lo desea, no lo quiere. Además, el pobre diablo pronto se queda sin trabajo. Así, con el dinero que ella gana como espanta-cigüeñas -y con otra lanita extra que obtiene rentando un cuarto a una prostituta de postín (Marie Trintignant)- Marie, sus dos hijitos y su marido cero-a-la-izquierda se cambian a una casa más amplia, comen bien y se visten mejor. Todo parece sonreírle a la luchona Marie... hasta que la sonrisa se le congela a ella en los labios.

La Marie de Isabelle Huppert es uno de los personajes femeninos más fascinantes que haya creado Chabrol. Su industriosidad es natural: es una emprendedora nata que, cuando ve una oportunidad de hacer negocio, la toma sin pensarlo. La moral, para ella, es un árbol que da moras, como diría el clásico mexicano: no ve nada mal en ayudar a abortar a esas mujeres que cometieron "un desliz" o que están cargadas de hijos. Menos escrúpulos tiene en rentar su casa a putas muy trabajadoras ni en conseguirse un amante colaboracionista (Nils Tavernier) ni en empujar a que su bolsón marido se acueste con la criada, para que deje de molestarla a ella. Chabrol muestra las decisiones de Marie sin juzgarla: nunca la justifica pero tampoco la disculpa. El entorno en el que se mueve ella -y las demás mujeres que la rodean- es complicado: Marie puede verse, por una parte, como una luchona mujer cualquiera que encuentra la forma de adaptarse a la ocupación alemana. No es un monstruo o, en todo caso, ella no se ve así: su falta de conciencia la convierte en la víctima perfecta pero, también, qué remedio, en la victimaria ideal.

Chabrol dirige con una seca elegancia que se corresponde a la perfección con su personaje central. No hay florituras de ninguna especie: el habitual cinefotógrafo Jean Rabier mueve su cámara funcionalmente mientras la edición de Monique Fardoulis hace avanzar los acontecimientos sin prisa pero de forma contundente. No hay un solo plano de más, no hay un movimiento de cámara innecesario. Si el filme termina de una manera una tanto cuanto abrupta y hasta anticlimática eso se debe a la propia historia de Marie: el filme es tan práctico como lo es ella.
Un Asunto de Mujeres se exhibe hoy en la Cineteca Nacional a las 18:15 y a las 20:30 horas.


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