Socialistas de los de verdad, debiera ser en principio una incongruencia semántica, se es socialista y punto. Pero claro en estos tiempos que corren donde el PP dice que es el partido de los obreros, y donde ser socialista es, en muchos casos, una excusa para ganar seis mil euros de asesor de no se qué o parlamentaria sin saber hacer la "o" con un canuto, ...o ser socialista es subir el impuesto del pan y de las habichuelas, o ser socialista es confundir una crisis financiera con el despido libre y la reforma laboral,... pués claro, en estos días hay que distinguir y no confundir. Gregorio López Martínez es, por eso, un socialista de verdad, que ayer homenajeamos un grupo de amigos y compañeros, binomino que no siempre se conjuga bien. El día 26 de este mes se jubiló (jubileo) Gregorio López Martínez, tras una larga vida política y posteriormente laboral en el PSOE. Goyo, llegó a Cadiz casi para asistir a mi nacimiento, en los años sesenta, desde su Cuenca natal, de hecho siempre ha sido fiel a su constitución biopolítica de castellano viejo, y se encuadró con los "curas rojos" de la época. La Parroquia del Cerro el Moro, fue donde cultivó el marxismo y posteriormente hizo material su ilusión de antiguo profesor de literatura de poner en marcha la desaparecida librería "Petrarca" que montó junto con el compañero Fernando Portillo, convirtiéndose en la llama viva del socialismo marxista de los últimos años de la dictadura, donde, como recordábamos ayer, era la única librería donde se podían comprar todos los libros de Marta Harnecker y las obras completas de Gramsci. Tenemos en común haber sido concejal del Ayuntamiento de Cádiz, en su caso del primer Ayuntamiento democrático del 79, yo muchos años después y en la oposición, ¡claro! Posteriormente, sin que fuera esa su aspiración, se convirtió de momento en todo un gobernador civil en Córdoba y luego en Huelva, más tarde Delegado de Hacienda en Cádiz, donde finalmente recaló para el final de sus años hasta caer en desgracia por aquello de ser leal y apoyar lo que consideraba adecuado en el partido, nunca le he escuchado a Goyo que se haya arrepentido de anteponer sus ideales a su cartera. El final de su vida laboral lo ha desempeñado en su puesto administrativo en la Oficina Parlamentaria del PSOE.
Yo conocí a Gregorio en el PSOE cuando llegué proveniente de aquel partido de vida efímera llamado Nueva Izquierda. Me vendieron a Goyo como un tipo huraño, extraño, "no convenía hablar con él, era peligroso, no estaba en ninguna familia -eso decían-". Finalmente lo conocí de verdad, me ha parecido un personaje de los que la integridad está por encima de todo, de los que hace falta subrayar con el grueso rotulador rojo para diferenciarlo de aquellos que hoy utilizan el partido sin escrúpulos para únicamente apuntarse al carro del que está arriba, sin ideología o con la vulgar ideología de obtener el sillón que fuera de la política jamás conseguirían. Goyo no se jubila de su militancia socialista, además a pesar de su edad, en una juventud madura, como yo digo, es una persona que está al día de las nuevas tecnologías. Fue la persona que me animó a que pusiera este blog en marcha. Sin duda Goyo es un socialista, o mejor decir un SOCIALISTA DE VERDAD.
Ayer tarde algunos compañeros y compañeras le hicimos un homenaje sorpresa a Goyo, bueno Coco Blanco quizás fuera el culpable. Pero todos ganamos, especialmente los más jovencitos o menos maduros, que allí vivimos de primera mano la experiencia de la gente que allí acudieron además de los que he comentado: Ramón Vargas Machuca (que fue el encargado de dar un discurso muy emotivo), Fermín del Moral, Mercedes Dobarco, Eduardo García Espinosa, Carlos Carrasco, Javier Ansó, Antonia Alvarado, Gabino Paradés, Gervasio Hernández Palomeque, José Manuel Vera Borja, Josefina Junquera, Alfonso López Almagro, Emilio Aragón, Blanca Flores, Jose Berasaluce, Enrique Otero, Agustín Domínguez, Pilar Gómez, Baldovinos Miguélez y muchos más...
Me quedé con las palabras de Coco que recordó aquellos tiempos donde el censo del PSOE estaba guardado en una caja de zapato del congelador del frigorífico en aquel piso del barrio de La Laguna. Cómo hemos cambiado...
Te mando un regalo Goyo, ahí va...
Georges Brassens - La mauvaise reputation