Hoy vamos a visitar uno de esos lugares fantásticos de Budapest que se salen un poco de las rutas convencionales de turismo, el Hospital In The Rock.
Creado en la década de los años 30 en las cuevas bajo la Colina del Castillo de Buda como preparación para la inminente Segunda Guerra Mundial, contiene un pedazo de la historia de Budapest desconocida pero muy interesante.
Una visita que nos transporta al pasado, en plena Segunda Guerra Mundial. La recreación que vamos a ver en su interior, toda de objetos originales, los quirófanos, el material, las instalaciones, etc. serán las encargadas de hacernos vivir el pasado más duro de la capital de Hungría en su momento más terrible.
Lo primero es ubicar su localización porque resultar un poco difícil. Sobre la Colina de Buda, y andando hacia el Oeste desde la Iglesia de San Matías, llegamos a uno de los muros que fortificaban la colina desde el que vemos vistas diferentes de la ciudad de Buda, la parte residencial.
Es este punto, si nos fijamos bien hay un ascensor y unas escaleras para descender a la parte baja del muro y una vez abajo encontramos la entrada sin problemas.
Seguimos con la historia del Hospital In The Rock. Hungría en un principio apoyó a los alemanes en la guerra aunque al final intentaron deshacer esta alianza por lo que el hospital básicamente atendía a heridos de las tropas alemanas durante la guerra.
Entre el 1944 y el 1945 fue cuando el Hospital tuvo mayor uso, de hecho se vió completamente desbordado por la cantidad de heridos que le llegaban. Imaginad por un momento la situación, durante el día se refugiaban como podían dentro de las cuevas donde estaba construido el Hospital, que ya de hecho se encontraba sobrepasado en recursos y en pacientes de una forma inimaginable, y por la noche sacaban a los muertos y los enterraban en los cráteres que dejaban las explosiones de las bombas ya que no había otro lugar donde hacerlo.
¿ Muy duro verdad ? Pues la historia al parecer es todavía más dura…
Fue diseñado en su construcción para poder atender a unas 70 personas pero durante el asedio de Budapest por parte de los rusos llegó a atender a más de 600 soldados heridos. Teniendo en cuenta que se fumaba en el interior, el olor, el reducido espacio para esa cantidad de personas y que el hospital se quedó sin suministros, tanto de comida como de medicamentos y materiales el caos era algo sobrecogedor. Había tantos heridos que en una cama para una persona llegaron a ocuparla 3 ó 4 a la vez. En algunos lugares donde la ventilación era bastante escasa, el humo de fumar y del aire enrarecido era tan espeso, que costaba ver como si hubiera una densa niebla. Para poder comer, ya que se había inutilizado el hospital cercano que abastecía de suministros, los caballos encargados del transporte fueron sacrificados para tener comida y no morir de hambre. Se llegaron a utilizar vendas y materiales de los muertos para poder reutilizarlas en los heridos entre otras cosas…
¿ Ya os vais haciendo a la idea de la dureza de la situación ? La verdad es que es bastante triste todo lo que rodeó a la historia del Hospital In The Rock pero también ocurrieron situaciones heroicas protagonizadas por las enfermeras y los médicos que con unos recursos limitados consiguieron salvar muchas vidas, todo bajo el amparo de la Cruz Roja. De hecho, y en medio de la guerra, hubieron incluso varios nacimientos en el interior del Hospital.
Cuando las tropas soviéticas consiguieron tomar la ciudad también lo usaron como hospital para los heridos pero esta vez del otro bando.
Después de la guerra el Hospital cerró sus puertas y sólo fue abierto durante la Revolución de 1956 contra la ocupación soviética.
Una pareja fue la encargada de guardar el lugar y gracias a ellos todas las cosas que podemos ver son originales de la época.
Este largo pasadizo nos lleva a un lugar muy particular…
Durante la ocupación rusa, en la época de la Guerra Fría y ante la amenaza nuclear que en ese momento había, se construyó un Búnker Nuclear en el interior del Hospital con suministros suficientes para abastecer al equipo médico y de enfermeras en caso de una explosión de una bomba atómica en la ciudad. Se desconoce si el fin real era para poder proteger a algunas personalidades importantes pero también es cierto que en caso de una bomba atómica tenías el tiempo justo para poder entrar en el Búnker y cerrar las puertas, así que esta idea es poco probable.
Para la época en la que se construyó, el Búnker cuenta con una gran tecnología, en su mayor parte de origen rusa, desde filtros de aire y de agua, calefacción y un montón más de material que se ha conservado hasta hoy y que pudimos ver en nuestra visita.
Al acabar la visita nos dejan hacer sonar la alarma nuclear que daba el aviso para que bajaran al Búnker. Es como una manivela de esas que se usaban para arrancar los coches antiguos metida en una especie de caja que al girar hace un sonido que se te ponen los pelos de punta, algo que esperamos nunca se tenga que escuchar.
Para acabar nuestro agradecimiento a la Srta. Fruzsina que fue nuestra guía y nos explicó toda la historia que guardan los muros del Hospital In The Rock.
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