In memoriam:
Enrique Roldán: + 12 de julio de 2016
El día 13 de julio, una hospitalera afincada en Holanda nos dio la mala hora del
fallecimiento de Enrique. Cosas del Internet… nos enteramos casi al momento de lo que ocurre; aunque no nos guste. Enrique tenía 51 años y murió en Madrid, en su casa, mientras dormía. Había sido hospitalero con nuestro grupo en algunas
ocasiones y en los últimos años estaba comprometido con otro grupo en Vizcaya. En los días posteriores a su fallecimiento, hablamos con su hermana que sabía cuánto le gustaba a Enrique el Camino. Descanse en paz.
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Quedan muchos días aún de lo que siempre llamamos “temporada alta”; ahora se
extiende desde mayo hasta fin de septiembre y luego siguen y siguen pasando los
peregrinos hasta volver a empezar esa alta temporada. Qué raro se hace recordar
aquellos tiempos en que mirábamos, como si fuera un objeto sagrado, en el libro de un albergue y leíamos que un peregrino había pasado la Nochebuena solo y único en aquel lugar.
Como otros años, esta época estival se está desarrollando sin demasiados
sobresaltos. Parecía que los chinches estaban “tranquilitos” hasta que aparecieron: ¡cómo iba a durar mucho la alegría de no tener noticias de ellos!. Pero aún así, aunque aparecieron, al menos desde esta atalaya no tengo la sensación de otros años en los que pelear contra los chinches parecía la Guerra de los Mundos. A pesar de lo que se repite en cada uno de los cursillos, los bichitos llegan al albergue, se quedan y se hacen multitud. Ninguno de nosotros puede sentirse sorprendido porque la posibilidad de tener estos indeseados compañeros se dé en el albergue. Es evidente que hay que esforzarse cada día en combatirlos, en mantenerlos a raya para que no se hagan fuertes y dueños de nuestro destino obligando a cerrar la casa por inhabitable. Está en nuestra mano. Sé que, desgraciadamente, no todos los titulares o propietarios de los
albergues en los que asistimos atienden nuestras peticiones de ayuda; es demoledor comprobar cómo se desentienden, como si fuera asunto de los hospitaleros en exclusiva, olvidando que los voluntarios vamos con toda nuestra energía a ayudar en esa localidad…una pena. Y hubo más, claro: hospitaleros que se baten el cobre en lugares de mucho trabajo, que no piden palabras de gratitud o admiración pero, por lo mismo, no deberían ser objeto del desprecio de quienes pululan –y remarco pululan por
algunos albergues. A Dios gracias esas personas que se han sentido menospreciadas tienen altura de miras y terminan por hacer un relato en el que prima el sentido del deber, del compañerismo, de las cosas bien hechas. A todos ellos, desde aquí, les pido que sigan contemplando que el Camino está lleno de personas con las que queremos caminar y otras a las que hay que bordear sin contemplaciones.
También hubo algún caso de voluntarios que no terminan de entender que están ahí porque les da la gana pero que no son capaces de ver que si cada día los peregrinos les parecen gente de mal vivir es que deberían volver a casa a descansar. Esto, que ocurrió hace unos meses, pudo echar al traste la labor que en este albergue se hace con los peregrinos; acabar con una buena fama labrada con trabajo y buenos sentimientos, me dijo la persona responsable del lugar cuando pusimos fin a la situación.
Qué más, qué más… sí, un asunto triste. La falta de entendimiento por cuestión
idiomática nos trajo un disgusto. Un invidente entendió que no era admitido en un albergue por la presencia de su perro guía. Nada más lejos de nuestro modo de actuar pero aún así, la cosa terminó en el juzgado. Es un aviso a navegantes: en cada cursillo se dice clarísimamente que los perros guía son los únicos que entran en el albergue.
No pongamos nunca trabas (como pedir que esperen perro y peregrino hasta que
lleguen los hospitaleros que hablan español): es un clarísimo ejemplo de cuidarse para poder cuidar a los demás. Ni qué decir que el hospitalero inmerso en este caso volvió a su país desolado. Sólo espero que quiera volver en otra ocasión.
Y al hilo de este desgraciado caso que os relato arriba se me ocurrió pensar hace
unos días que, como hay que culpabilizar a alguien para sentirse mejor, si les pasa algún percance a los peregrinos por el Camino la culpa será nuestra por no avisar. Por no avisar de que hay tramos sin agua, por no avisar que en el Camino puede haber noches de mucho frío y no llevan un saco de dormir, por no avisar que el bronceado no se pilla sólo en la playa y que el cuello rojo a reventar, los brazos y las piernas a punto de hervir precisan de un factor de protección pantalla total, por no avisar que hay que tener algo de comer por el Camino, por no avisar que si se está en agosto en la Vía de la Plata y hay 40º de temperatura lo mejor es no salir. Culpables de no avisar que hay que cruzar una carretera siempre con precaución, de que no hay agua (otra vez) o de que el calor no es ninguna broma.
Menos mal que también hay noticias que nos hacen despreocuparnos: hospitaleros que hacen piña y, frente a las dificultades, se crecen y las afrontan. Hospitaleras que cantan juntas porque al conocerse se han dado cuenta de que tienen eso en común.
Hospitaleros que son voluntarios como todos y son de los que más sentido común tienen cuando se presenta un problema ¡esos chicos de Vitoria! Gente que cumple con su misión aunque haya días grises. Hospitaleros que vuelven, hospitaleros que quieren volver. Hospitaleros que están contentos con el albergue que les toca en suerte, y con los compañeros también.
Con la llegada del Boletín de septiembre llegará en unos días una nueva estación
aunque ahora parezca que el verano se ha quedado clavado en los mapas del tiempo.
Y como si el otoño fuera la primavera, recomienza la rutina de tantos años: preparar el
Encuentro anual de Hospitaleros.
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La verdad es que lo rutinario es hablar en septiembre de esta reunión porque lo que es el trabajo de preparación nunca es igual, por lo tanto poca rutina.
El encargo de preparar para 180 personas una reunión con todo lo que contiene es una gran responsabilidad que va a tener ocupados desde ya (y antes de este boletín hasta el último minuto de la cita) a unos cuantos hospitaleros. Mentiría si dijera que los que están (estamos) metidos de lleno en esta preparación lo hacemos solamente como un acto de servicio a los demás; mentiría porque la dinámica de organizar todo esto para los otros hospitaleros nos “obliga” a reunirnos en un par de ocasiones, a hablar mucho, a cruzar correos y whatsapps, a compartir ideas, discutirlas, desecharlas, aceptarlas…y eso nos complace. Trabajamos duro durante dos meses, lo hacemos porque nos da la gana, porque nos divertimos mucho en el intercambio y porque todos los demás estáis presentes en cada cuestión que se discute, en cada decisión que se toma sabiendo que, a principios de diciembre, todo quedará compensado por el encuentro, por el reencuentro, por la alegría de volverse a ver y la oportunidad de compartir un tiempo.
Convocatorias
CURSO LA HOSPITALIDAD EN EL CAMINO. HABILIDADES SOCIALES.
León, del 30 de septiembre al 2 de octubre de 2016.
Inscripciones en [email protected] desde el 10 de septiembre o en
941 245 674 (en horario de oficina)
Dirigido a hospitaleros que, habiendo asistido al "Curso de Hospitaleros Novatos" , han ejercido la hospitalidad en cualquier albergue del Camino, que deseen sumergirse en su interior para conocerse mejor y que no tengan miedo a reconocer defectos y virtudes en ellos mismos y en quienes les acompañan compartiendo tareas, diversión y aficiones; si además tienen interés en crecer como personas, ésta es una oportunidad de compartir tres días con otros hospitaleros para poner en común emociones, capacidades e ideas que les pueden ser de utilidad cuando se encuentran con la responsabilidad de conducir un albergue y quizás en otros momentos importantes de su vida.
Analizaremos cómo nos comportamos en el albergue: cómo somos.
Qué hacemos cuando ejercemos la hospitalidad: relaciones con los peregrinos y con los demás actores de la hospitalidad.
Cómo lo hacemos: si nuestro día nos proporciona satisfacciones y tienen efectos positivos para los demás.
Por qué lo hacemos -aunque pertenece al ámbito privado no esta demás conocer si cumplimos nuestras expectativas-.
20 plazas
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ENCUENTRO ANUAL DE HOSPITALEROS 2016: CONVOCATORIA
Los días 8, 9, 10 y 11 de diciembre tendrá lugar el Encuentro anual de Hospitaleros Voluntarios del Camino de Santiago.
Este año, el lugar será Valladolid; nos vamos a reunir en el Colegio internado Sagrada Familia.
Bajo el lema SEGUIMOS ADELANTE, HOSPITALEROS VOLUNTARIOS, el Encuentro comenzará el día 8, jueves, a partir de las 17 de la tarde y terminará el día 11 domingo, después de la comida.
Ya estamos dando los pasos necesarios para que todo esté organizado para entonces. Nos alojaremos en la parte de albergue que tiene habitaciones cuádruples y en algunas individuales. Desde la organización nos encargaremos de hacer la distribución por habitaciones.
Como en otros años, éste es el criterio para asistir:
1. Hospitaleros novatos que hayan sido hospitaleros en 2016.
2. Hospitaleros veteranos que lo hayan sido en 2016 y nunca hubieran asistido a una de estas reuniones.
3. Hospitaleros veteranos que lo hayan sido en 2016 y no asistieron al Encuentro de Santiago en 2015.
4. Hospitaleros veteranos que lo hayan sido en 2016 y sí asistieron a la reunión de Santiago u otras.
5. Hospitaleros veteranos que no hayan sido hospitaleros en 2016.
Tanto los hospitaleros novatos como los veteranos ya pueden ir solicitando plaza para asistir al Encuentro desde el momento en que lean este boletín.
Los hospitaleros novatos ya pueden solicitar plaza; tendrán como fecha límite el día 18 de octubre (martes) para tener plaza confirmada directamente (es decir, en su calidad de nuevos, ya tienen plaza confirmada si es antes de ese día); después del 18, los nuevos hospitaleros que vayan solicitando asistir entrarán en lista de espera si ya se hubiera alcanzado el número límite para entonces. Se confirmará su plaza a vuelta de mail o llamada de teléfono.
Los hospitaleros veteranos ya pueden ir solicitando plaza desde el momento en que lean este boletín aunque tendrán que esperar hasta el 20 de octubre (jueves) para que se les confirme plaza y a partir de esa fecha, los veteranos que soliciten asistir entrarán en lista de espera si es que se ha llegado entonces al número límite.
Se enviará un mail o llamada a cada veterano confirmando que se le espera en el Encuentro.
El precio por persona aún está por concretarse pero serán unos 130€ aproximadamente y en él se incluyen el alojamiento y la manutención que suponen tres pensiones completas.
El resto de la información del Encuentro se enviará en noviembre a los hospitaleros que vayan a participar, no será a través del Boletín de Hospitaleros.
Poneos en contacto a través del mail con [email protected] para solicitar plaza o aclarar dudas. También en el teléfono 941 245 674 con Marta y Mayte en horario de oficina o a [email protected]
Es importante que en el campo asunto de vuestros mails aparezca vuestro nombre y apellido, por ejemplo: Roberto-Ramiro de Caldas y Jesús. Si llamáis a la oficina en Logroño y dejáis un mensaje de voz identificadlo con vuestro nombre y número de teléfono. Estas simples acciones, nos facilitan mucho el trabajo. Gracias.
Nos vemos en Valladolid.Daniel Paniagua Díez