Hace tiempo que los hoteles ofrecen sus instalaciones de restauración para la gente de la ciudad. Sus terrazas y comedores se abren con atractivas propuestas para amortizar estos espacios que los huéspedes que vienen de turismo y que están todo el día recorriendo las calles no aprovechan excepto para el desayuno. Una lástima que a nosotros nos viene de perlas porque como sabéis, pensamos que la relación calidad precio en los restaurantes de los hoteles está por encima de la media, igual que en el servicio.
Revista Cocina
Hotel Alma entra en el panorama de esta oferta y, aunque es novel en este juego, ya destaca. Un 5 estrellas Gran Lujo que luce su categoría. Espacios amplios, céntrico, servicio excepcional y ambiente de lo más selecto. Curiosamente su recepción parece pequeña al compararla con los grandes espacios diáfanos decorados con alguna llamativa escultura que hace las funciones de vestíbulo y que da paso al gran y sobrio comedor.
Pero no os dejéis intimidar y pasad. Por ejemplo a tomar su extraordinario brunch tipo bufet que parece interminable. De hecho lo es en una sola visita a no ser que tengas alguna cualidad de superhéroe. Además de todo lo que se ve expuesto puedes escoger de una pequeña carta platos que te hacen al momento, como el Pepito de butifarra, el Bikini trufado o los fijos huevos a la Benedictine por ejemplo.
En sus mostradores, a los que os aseguro que daréis más de un viaje, encontraréis mini bocadillos de embutidos o encurtidos, como el de sardinas que nosotros probamos, montaditos de un jamón ibérico extraordinario o bien diferentes panes y otros embutidos por si tienes otras preferencias. Quesos, fruta y zumos.
En otra parte una variedad de dulces llama la atención: tartas de diferentes sabores, magdalenas, cruasanes, hojaldres y hasta unos peligrosisimos churros con chocolate que desmontan cualquier dieta. Yogures artesanos y cereales, mermeladas y mantequillas completan la oferta junto con la repostería que puede ir variando según el día, aunque siempre encontraremos lo mas típico, como un buen Carrot Cake
Pero hay mas, la que llamaremos zona salada donde hay platos que sirven para cualquier comida: un salmón bastante destacable tanto por sabor como por grosor sobre tostadas, ensaladas, croquetas, albondigas y hasta Ostras con cava para los más sofisticados.
Creo que no hay nadie que no vaya a disfrutar con este brunch. Es tanta la variedad que es imposible que algo no te guste. Eso no será nunca un problema, más bien será todo lo contrario. Todo es tan apetecible que lo difícil será de qué prescindir.
Hotel Alma es un lugar para pasar horas, para ir a comer, porque no se merece que se vaya para menos y porque su amplio horario lo permite, hasta las 16 horas. Además, su precio invita a ello, ya que si solo vais a tomar un café con un trozo de pastel lo encontraréis desproporcionado. Un precio fijo de 35 € que incluye todo lo que en tu cuerpo quepa, por mucho fondo que tengáis. Hemos comido peor por más dinero. Hay que darse el lujo, que no lo es tanto si tenemos en cuenta todo lo que se puede comer en calidad y en cantidad.
Pero no solo queda en un brunch su oferta gastronómica de la que Núria Gironés ha tomado las riendas. Quizá el nombre no os sea familiar, pero si decimos Ca l’Isidre la cosa cambia. Mas de 45 años al pie del cañón le han permitido ver “de todos los colores”: la Barcelona preolímpica, la Barcelona con crisis, la Barcelona turística, el boom de la “gastro Barcelona”… y ahí está, firme en su posición de restaurante referencia de la Ciudad Condal.
Núria Girones es hija de Isidre, el fundador, y es quién se ha puesto al frente de Hotel Alma para gestionar su oferta gastronómica por la que apuestan muy fuerte. Vivir toda la vida entre fogones y la gestión de un local propio aporta una experiencia como pocas que Nuria exprime para la creación de una carta de buen producto y buena elaboración. Varios son los formatos que permiten degustar su cocina tanto en el espacio Jardín del Alma como en el comedor interior, disfrutando siempre de un ambiente tranquilo que lo hace ideal para parejas, reuniones de trabajo o reencuentros de amistades que tienen que ponerse al día y que necesitan horas de charla.
En su carta pueden encontrarse platos clásicos, con algún toque creativo y con productos, “de la terra”, tanto la nuestra como alguna más lejana si supone encontrar un producto mejor. Algunos ejemplos son el Carpaccio de Atún de L’Ametlla y vinagreta de manzana verde o Rape a la plancha, tomates dulces y aceitunas Kalamata.
En su propuesta más formal los menús ofertados confirman nuestra teoría. Sirven un menú degustación que promete mucho: Aperitivo del Alma, Entrantes (Terrina de Campaña con encurtidos, Ensalada de tomate raf, ventresca de bonito y alcaparrones, Espárragos blancos de Navarra, huevo poché y jamón Ibérico) Principal (Filete de dorada a la brasa con verduritas o Solomillo de buey con patatas confitadas y queso idiazábal) y Postre (Flan de yema Alma, nube de vainilla y crujiente de piñón), Café y Petit Fours. El precio, bajo mi parecer, extraordinario 39 Euros (IVA incl.). Faltará completarlo con la bebida, que, si optáis por vino teneis para escoger entre vinos de diferentes D.O y vinos internacionales, tanto blancos, tintos como rosados.
Rompiendo una lanza a favor de los restaurantes, soportar una estructura de este tipo es mucho más difícil para ellos que para un gran hotel que puede tener los precios mucho mas ajustados.
Pensado para algo mas informal también existe la posibilidad de ir a tomar algunas de las tapas mas típicas a su Jardín Alma. Ensaladilla rusa, patatas bravas, Guacamole (sin nachos de bolsa por supuesto) o Croquetas entre otras propuestas, se pueden picotear bien sea como aperitivo, para última hora de la tarde o para una cena de tapeo al aire libre y resguardado del ajetreo callejero sin que tu bolsillo se resienta en exceso, ya que las tapas rondan los 5 Euros.
Un jardín polivalente para disfrutar a cualquier hora del día o de la noche que también tiene una completa carta de cócteles y destilados por si os decidís a visitarlo cuando ya tengáis el estómago lleno.
En fin, todo un derroche, a cualquier hora del día que nos parece sorprendente. Un sitio para impresionar a cualquiera, de lunes a viernes a horario completo. Darse un lujo de estos de vez en cuando no es demasiado sacrificio teniendo en cuenta los precios y siendo conscientes de donde estamos entrando. Es una de las mejores y famosas relaciones calidad precio que sirve de baremo para encajar un lugar más o menos arriba en una lista. Y meto la cuña para aclarar algo que quizá sea evidente pero no creo que lo sea todo el mundo: esa relación no quiere decir barato. Que a veces se confunde. Quiere decir pagar un precio justo para lo que estás recibiendo. En Hotel Alma lo pagas, justo, muy muy justo.
Daos el gustazo, vale la pena