Hotel Banyan Tree en Bangkok

Puede que esta entrada no sea muy actual, de hecho nuestro viaje a Tailandia lo realizamos hace más de un año, pero tenía bastantes ganas de hablar del hotel del que disfrutamos durante nuestra estancia allí. 
Cuando decidimos hacer un viaje a Bangkok, lo primero que pensamos es que necesitábamos un buen hotel donde descansar y estuvimos revisando como locos todas las opciones que esta ciudad ofrecía, que no son pocas. Tenéis que tener en cuenta que, sea la época que sea, os vais a encontrar con un calor sofocante y una humedad superior al 85%, por lo que es conveniente que el hotel no esté demasiado lejos de los métodos de transporte que vayáis a utilizar, en caso de que queráis moveros por vuestra cuenta por la ciudad. A mi modo de ver,  es interesante que se encuentre cerca de la zona de Silom Road, probablemente una de las calles más conocidas de Bangkok, o de la zona de grandes centros comerciales en calle Rama I.
Nuestro elegido, el Banyan Tree, está situado cerca de Silom Road, concretamente en Sathon Road, donde se encuentran una gran cantidad de embajadas. Se trata de una avenida de varios carriles, siempre atestados de conductores suicidas, donde se alternan grandes edificios o condominios con casas bajas y chabolas. Vamos, tan llena de contrastes como todo en esta megápolis.
Como veréis por las fotos que os voy adjuntando, la decoración y el diseño del hotel son simplemente acojonantes. La expresión "lujo asiático" no se puede negar que tiene sentido una vez visitas un lugar así. Además, en el precio te venía incluido un desayuno buffet espectacular, con posibilidad de alternar entre un desayuno tradicional europeo, tomarte unas sopas thai o degustar un riquísimo sushi matinal. Era imposible no encontrar algo que no te gustase: así nadie podía dejar de empezar el día cargado de energía.
Dentro de las 60 plantas del hotel, podéis encontraros con una piscina con vistas, situada en la planta 21, en la que relajarte tras un largo día de caminatas, compras y calor; o el impresionante Vértigo bar, una de las terrazas más de moda de la ciudad, situada en el ático, en el piso 61, desde la cual tienes una vistas panorámicas de toda la ciudad. También puedes disfrutar de un Spa de lujo y una sala de masajes tailandeses, algo caros, eso sí, para lo que se estila en el resto de salas de masajes de la ciudad.
Completan la oferta cuatro restaurantes de alta cocina, dos de ellos situados en las plantas superiores, donde podréis disfrutar de comida internacional o tailandesa, según vuestros gustos. Tampoco es que sean demasiado baratos, pero desde luego el entorno, la atención y las vistas justifican su precio; seguramente, si buscaras algo parecido en España, te saldría bastante más caro.
Las habitaciones por dentro son espaciosas y cuentan con todo tipo de detalles. Las más pequeñas tienen ya un salón, equipado con una gran televisión plana, un escritorio y un sofá pegado a una cristalera, que ocupa prácticamente la pared entera. La cama, situada en una sala aparte, es enorme y cómoda. Todas las mañanas, el servicio de limpieza te deja una bandeja con frutas exóticas que son realmente bonitas, aunque de sabor anden algo más escasas.  Nosotros tuvimos la suerte, además, de que nos dieran una habitación en el piso 42, por lo que las vistas eran simplemente alucinantes, sobre todo de noche


Durante toda nuestra estancia, el personal  fue encantador y eficiente. Os recomiendo que si queréis coger un taxi, por ejemplo, sean los propios miembros del hotel quienes se encarguen de realizar las gestiones: evitaréis que el taxista intente timarte o desconectar el taxímetro. También tienen un servicio de Tuc Tuc propio que te llevará a Silom Road, por si quieres evitarte los 15 minutos de paseo bajo el calor.
Como pequeño inconveniente, diría que, aunque está en una buena ubicación y en una avenida segura y amplia, el camino hasta llegar al Sky Train no es demasiado agradable al tener que cruzar una calle llena de chabolas y basuras, pero es que eso forma parte de la rutina cuando caminas por Bangkok, donde te vas a encontrar lujosas residencias rodeadas de mercadillos y casas casi en ruinas, llena de olores y colores de todo tipo. Eso sin contar que la estancia en el hotel es por sí misma ya toda una experiencia, que merece la pena contar, como podéis ver.

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