Revista Cine

House of Cards

Publicado el 08 marzo 2013 por Nacho_c

Creo que he encontrado la serie que me va a tener enganchado con la misma devoción que lo hizo Breaking Bad o Utopía. Las intrigas de palacio en torno al complejo funcionamiento de la política en los EEUU bajo la lupa del genial David Fincher. Ah, y de protagonista se ha llevado a un tal Kevin Spacey.

He leído en varios blogs que la serie es sobre un político corrupto y no es cierto. Es un político que juega al juego de  la política y tiene sus “truquitos”, no muy limpios, para conseguir dominar el entorno. Son luchas de poder, lacayos, hombres de paja, intrigas, filtraciones, ajedrez sobre moqueta, conflicto de intereses, pero no es corrupción. No son recalificaciones, no son sobres, no son constructores. Es una serie esencialmente cerebral, no de la mafia.

Venimos de ver La Red Social y nos metemos de lleno en los dos primeros capítulos de House of Cards, puede ser que David haya encontrado su nuevo hueco en el género del Drama de Cuello Blanco. ¿Me he inventado un nuevo género? Puede ser. Se encontró a gusto en la cultura underground de final sorprendente de Seven, El Club de la Lucha y un poco en The Game y desde entonces ha habido una mezcla de líneas en sus proyectos.

Disfruto mucho viendo, sobre un guión muy sólido en el remake de la serie de la bbc de los ’90, cómo se desenvuelve la narración con un protagonista que a veces nos habla a cámara, con unas localizaciones de líneas limpias y diáfanas, con un vestuario en el que se empastan los negros y todo rebosa elegancia sutil, con unas actuaciones sobrecogedoramente sobrias y con 60 minutos que se hacen cortos. Los movimientos de cámara y la planificación de las secuencias son tan silenciosas como los pasos sobre una alfombra del Congreso. No nos extraña ver un diálogo de veinte segundos resuelto con seis o siente posiciones de cámara. Constantemente es una lección de cine para ojos muy abiertos.

Por otro lado está su protagonista, del que sólo diré que tiene el aspecto del hombre tranquilo y previsible en el que se puede confiar pero que a veces deja salir un torrente incontrolable de bilis que te deja pegado a la silla. Y en ocasiones ni siquiera necesita levantar la voz, como en la secuencia en la que habla con un vagabundo de la calle. Uno de los grandes actores de nuestro tiempo, Sr Spacey.

No os la perdáis. En Canal+. Por lo menos los dos primeros capítulos. Fuera de los límites de Fincher no me hago responsable. Por lo menos se mantiene en la producción ejecutiva y eso da cierta tranquilidad pero como decepcione habrá sido una pena.


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